/ martes 13 de marzo de 2018

Noche de rap y hip hop mexicano en Querétaro

Jóvenes de entre los 14 y 18 años eran la mayoría de entre los presentes; más hombres que mujeres y la mayor concentración de ellos estaba a nivel de la duela.

El olor a hierba verde, la cerveza en vasos de a litro, la oscuridad solo interrumpida por reflectores de colores y grandes bocinas flanqueando al escenario, armaban la atmosfera para una noche de hip hop.

El auditorio Arteaga, que comúnmente alberga eventos deportivos (lucha, box o basquetbol), le daba la bienvenida a este espectáculo.

El sábado 10 de marzo llegaron a la ciudad los hiphoperos Dharius (Monterrey) y Alemán (Baja California Sur), quienes atrajeron a unas mil 600 personas, según datos de los organizadores, al referido recinto de avenida universidad.

Desde las 21:00 horas comenzaron a escucharse los MC, el primero en salir fue el queretano Trist, quien para demostrar que “en Querétaro hay talento y somos bien hiphoperos”, hasta con un bailarín de break dance - Michael- cargó. Siguió luego el turno a Arbok Velázquez, MC poblano que calentó el animo a quienes se anunciaron como el plato fuerte de la noche.

Eran las 22:20 horas y Dharius salió, el exmiembro de Cartel de Santa presumió experiencia en el escenario, pero el sonido no era bueno, eso no importó, sus fieles fanáticos corearon todas las canciones ofrecidas: Me va poner bien loco, Estilo malandro, Serenata Rap y Qué buen fiestón, fueron parte del repertorio. La Durango y Hey morra, los éxitos del regio, cerraron su participación.

Luego de que el neolonés dejó el escenario, algunos de los presentes abandonaron el auditorio; sin embargo, la mayoría se quedó a ver el show principal, el que daría Alemán.

El bajacaliforniano se dio a desear, esperó unos 20 minutos para salir al escenario, pero en cuanto lo ocupó se adueñó de él. Con todo el estilo del rapero alfa, botella en mano, tatuajes en el torso y brazos, pañuelo en la frente y el micrófono sostenido cual báculo de sacerdote, comenzó el show.

El escenario pareció brillar aun más, la presencia de este sujeto era más notable que quienes lo precedieron. El respetable le correspondió la actitud alzando las manos al aire, coreando sus canciones e inmortalizado el momento (o al menos hasta que el celular no sea reseteado) con el Smartphone.

Interpretaciones como Estilo flow, Levantón, Alterados y Déjame volar fueron parte del concierto, el cual, después de la media noche, concluyó.

Jóvenes de entre los 14 y 18 años eran la mayoría de entre los presentes; más hombres que mujeres y la mayor concentración de ellos estaba a nivel de la duela.

El olor a hierba verde, la cerveza en vasos de a litro, la oscuridad solo interrumpida por reflectores de colores y grandes bocinas flanqueando al escenario, armaban la atmosfera para una noche de hip hop.

El auditorio Arteaga, que comúnmente alberga eventos deportivos (lucha, box o basquetbol), le daba la bienvenida a este espectáculo.

El sábado 10 de marzo llegaron a la ciudad los hiphoperos Dharius (Monterrey) y Alemán (Baja California Sur), quienes atrajeron a unas mil 600 personas, según datos de los organizadores, al referido recinto de avenida universidad.

Desde las 21:00 horas comenzaron a escucharse los MC, el primero en salir fue el queretano Trist, quien para demostrar que “en Querétaro hay talento y somos bien hiphoperos”, hasta con un bailarín de break dance - Michael- cargó. Siguió luego el turno a Arbok Velázquez, MC poblano que calentó el animo a quienes se anunciaron como el plato fuerte de la noche.

Eran las 22:20 horas y Dharius salió, el exmiembro de Cartel de Santa presumió experiencia en el escenario, pero el sonido no era bueno, eso no importó, sus fieles fanáticos corearon todas las canciones ofrecidas: Me va poner bien loco, Estilo malandro, Serenata Rap y Qué buen fiestón, fueron parte del repertorio. La Durango y Hey morra, los éxitos del regio, cerraron su participación.

Luego de que el neolonés dejó el escenario, algunos de los presentes abandonaron el auditorio; sin embargo, la mayoría se quedó a ver el show principal, el que daría Alemán.

El bajacaliforniano se dio a desear, esperó unos 20 minutos para salir al escenario, pero en cuanto lo ocupó se adueñó de él. Con todo el estilo del rapero alfa, botella en mano, tatuajes en el torso y brazos, pañuelo en la frente y el micrófono sostenido cual báculo de sacerdote, comenzó el show.

El escenario pareció brillar aun más, la presencia de este sujeto era más notable que quienes lo precedieron. El respetable le correspondió la actitud alzando las manos al aire, coreando sus canciones e inmortalizado el momento (o al menos hasta que el celular no sea reseteado) con el Smartphone.

Interpretaciones como Estilo flow, Levantón, Alterados y Déjame volar fueron parte del concierto, el cual, después de la media noche, concluyó.

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