Cuando el presidente de México, Luis Echeverría Álvarez, visitó Querétaro en 1972 para conmemorar el Año de Juárez, al pie de su monumento en el Cerro de las Campanas, el entonces rector de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), José Guadalupe Ramírez Álvarez, aprovechó el momento para solicitar al primer mandatario, que se construyera en ese mismo lugar el centro universitario que tanto hacía falta a los queretanos.
En su discurso, el también periodista, abogado y docente dijo que, así como Juárez había ordenado lanzar fuego y metralla en esa colina, ahora a él “le correspondía ordenar que se lanzara cemento, arena, cristales, hierro, para construir aulas, porque ahí se iba a hacer nuevamente México”.
Conmovido con las palabras del rector, el primer mandatario consintió enseguida la petición, iniciándose al poco tiempo la construcción del campus universitario.
Esta solo es una de las tantas anécdotas que acompañan la figura del también fundador de DIARIO DE QUERÉTARO, a quien hoy se recordará en la UAQ, a propósito del centenario de su natalicio.
Será en su casa de Escobedo, donde la rectora de la Casa de Estudios, Teresa García Gasca y el presidente municipal de Querétaro, Luis Bernardo Nava, se reunirán para rememorar en esta fecha a uno de los queretanos ilustres más importantes del siglo XX, y para dialogar sobre un tema pendiente: el patrimonio que José Guadalupe Ramírez Álvarez heredó a la comunidad universitaria.
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Y es que antes de morir, el ex rector dejó asentado en su testamento que, a través de un fondo común manejado por un patronato, sus bienes fueran usados para becar a estudiantes sobresalientes de la UAQ en las especialidades de historia, periodismo y derecho, por lo que, luego de 32 años de su fallecimiento, en 2018 por fin se conformó la asociación cultural J. Guadalupe Ramírez, para dar cumplimiento a la voluntad del docente.
En el marco de la fundación, la rectora dejó pendiente el tema sobre lo que se hará con el inmueble ubicado en la calle Mariano Escobedo número 67 –localizado al lado de la antigua sede de Diario de Querétaro–, donde, dijo, podría construirse una casa para la cultura y la divulgación de la ciencia o una casa para los estudiantes.
José Guadalupe Ramírez Álvarez nació en Querétaro el 12 de diciembre de 1920, en el seno de una familia modesta, siendo el menor de 12 hermanos.
A los 17 años se abrió camino en la docencia, y más tarde se adentró en la abogacía, llegando a ser director de la Facultad de Derecho (1969- 1971) en la UAQ, y posteriormente rector de esta universidad (1971- 1976).
En la historia de Querétaro del siglo XX, J. Guadalupe Ramírez Álvarez destaca también por su labor dentro del periodismo, la historia, la literatura, y por su puesto, como formador de diferentes generaciones de profesionales.
Debido a las dificultades económicas por las que pasó durante su infancia y adolescencia, el ex rector sintió gran empatía por sus estudiantes, por lo que es conocido que siempre estuvo dispuesto a orientar y ayudar a sus educandos en las aulas y fuera de ellas.
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Una antigua fotografía de 1986, tomada en el barrio de Santa Ana, testimonia esta cercanía y cariño, pues en ella se observa a una gran muchedumbre de jóvenes, cargando entre hombros el féretro del maestro.
Autor de 29 libros sobre la historia de Querétaro y sus personajes, el escritor también pasó a la historia como el primer cronista del estado, y como fundador de los periódicos Amanecer y DIARIO DE QUERÉTARO.
A los 66 años, J. Guadalupe Ramírez Álvarez fue nombrado Maestro Emérito de la UAQ, luego de lo cual falleció de leucemia, y desde el 2016 sus restos descansan en el Panteón y Recinto de Honor de Personajes Ilustres de Querétaro.
