La Diócesis de Querétaro alertó sobre los riesgos espirituales que conlleva adorar a la muerte, práctica que ha ido en aumento en los últimos años y que en ocasiones termina en exorcismos y liberaciones, afirmó el presidente de la Comisión Diocesana para la Pastoral de la Comunicación, Gustavo Licón Suárez, quien dijo que para estos casos la Iglesia queretana cuenta con un grupo de seis sacerdotes designados por el obispo, Faustino Armendáriz Jiménez.
“Adorar a la muerte es abrir las puertas al demonio y el demonio está trabajando día y noche sin descanso, yo quiero invitar a que tengan mucho cuidado, las consecuencias son tremendas, después viene la tarea titánica que se está realizando de exorcismos y liberaciones y una de las puertas es el culto indebido a la muerte”, reconoció Licón Suárez.
Explicó que muchas personas por el hecho de acudir a lugares como el Santuario de la santa muerte, se ven impulsados por una fuerza inexplicable a realizar actos malignos, que culminan con la desarmonía matrimonial y la destrucción familiar, por tanto se trata de ritos satánicos y promesas que lleva a las personas a buscar ayuda espiritual.
“Son ritos satánicos, además promesas a la muerte algunos dicen que van a vender el alma al diablo, pareciera insignificante pero la consecuencia espiritual son terribles, las personas empezaran a tener visiones a manifestaciones sobrenaturales, pérdidas de la razón, a tener alteraciones en la conducta notorias, es cuando ya les entró el miedo y dicen voy a buscar a algún sacerdote a que le auxilie”, destacó.
Sin embargo, Gustavo Licón refirió que no todo aquel que acude a una consulta necesita un exorcismo, ya que se tiene que hacer un discernimiento mediante una evaluación psicológica, médica y espiritual, donde se determina que si es de orden sobrenatural, se canaliza a las instancias correspondientes.
Precisó que de entre 30 a 50 personas que acuden a una consulta para solicitar un exorcismo, sólo una necesita la liberación, y los demás son ayudados por medio de la confesión y otras instancias médicas y espirituales porque no requieren de este tipo de métodos de sanación espiritual.
“No todo aquél que acude es porque ya necesita un exorcismo, se tiene que hacer todo un discernimiento a partir de una liberación, reconocimiento de Dios en sus tres divinas personas, profesar la fe católica y el arrepentimiento, por eso mucho cuidado, no es cosa de juego el abrir el culto a la muerte”, finalizó.
