/ sábado 3 de abril de 2021

Baño de “Sábado de Gloria”, tradición finiquitada

A pesar del llamado de las autoridades a no salir, Querétaro se mantiene en un promedio de visitas, si bien no turístico, sí con gente propia y ajena en las calles

El acto de mojarse de manera divertida, como se hizo en México hasta hace pocos años, corresponde a un pasaje Romano, en donde el Imperio siempre temió que se quedara sin adeptos, tras la llegada de Cristo.

Es así que la sociedad creyente se organizaba para convertirse al catolicismo, y comúnmente aprovechaban este día de luto para dedicárselo a Jesucristo y tomar en su honor el sacramento.

Entre tanta multitud y la premura por bautizarse, la vigilancia romana quedaba confusa, mientras la gente acudía en masa y la iglesia, literalmente, bendecía tinacos completos de agua, y para ahorrar tiempo los lanzaba en baldes ante los presentes, logrando así el primer sacramento, a pesar de los detractores.

Lo hacían desde las ventanas, las puertas, cualquier orificio de pared de la iglesia, ganándole la batalla a los soldados vigilantes, ante un “delito” aparente, pues no había pruebas más que agua (bendita, pero para los no creyentes seguía siendo agua, sin delito que perseguir); en tanto varios soldados salían bautizados sin quererlo, también mojados, sin explicarse el significado.

La costumbre se trasladó a través del tiempo y se perdió el sentido, de modo que se convirtió en una práctica divertida, y se siguió haciendo hasta los años 90’s cuando el gobierno consieró que era un desperdicio del vital líquido limitando la distribución para esta fecha.

Posteriormente, se aprovechó por balnearios autorizados promover acudir a chapotear y divertirse en reunión familiar en temporada vacacional y de calor, hasta hace unos pocos años que, si se le pregunta a un niño el por qué acudir a nadar, no sabría responderlo.

Miguel, de 10 años respondió a Diario de Querétaro: “No sé, yo me divierto”, dijo.

Este año, y desde hace algunos ya, la gente no acude a los balnearios públicos solo por acudir en Semana Santa, lo que es costumbre es ir de visita a ciudades del interior de país, como Querétaro, ciudad que, antes de la pandemia se colocó en el número uno como el destino preferido de los turistas en esta temporada vacacional.

Hoy, por la pandemia de Covid-19 y ante el llamado de las autoridades a no vacacionar y permanecer en distanciamiento social a menos que sea necesario reunirse para evitar contagios, poca la gente salió a otras ciudades, aún así, mucha gente está acudiendo a Querétaro, lo que puede palparse en las calles y centro comerciales.

El acto de mojarse de manera divertida, como se hizo en México hasta hace pocos años, corresponde a un pasaje Romano, en donde el Imperio siempre temió que se quedara sin adeptos, tras la llegada de Cristo.

Es así que la sociedad creyente se organizaba para convertirse al catolicismo, y comúnmente aprovechaban este día de luto para dedicárselo a Jesucristo y tomar en su honor el sacramento.

Entre tanta multitud y la premura por bautizarse, la vigilancia romana quedaba confusa, mientras la gente acudía en masa y la iglesia, literalmente, bendecía tinacos completos de agua, y para ahorrar tiempo los lanzaba en baldes ante los presentes, logrando así el primer sacramento, a pesar de los detractores.

Lo hacían desde las ventanas, las puertas, cualquier orificio de pared de la iglesia, ganándole la batalla a los soldados vigilantes, ante un “delito” aparente, pues no había pruebas más que agua (bendita, pero para los no creyentes seguía siendo agua, sin delito que perseguir); en tanto varios soldados salían bautizados sin quererlo, también mojados, sin explicarse el significado.

La costumbre se trasladó a través del tiempo y se perdió el sentido, de modo que se convirtió en una práctica divertida, y se siguió haciendo hasta los años 90’s cuando el gobierno consieró que era un desperdicio del vital líquido limitando la distribución para esta fecha.

Posteriormente, se aprovechó por balnearios autorizados promover acudir a chapotear y divertirse en reunión familiar en temporada vacacional y de calor, hasta hace unos pocos años que, si se le pregunta a un niño el por qué acudir a nadar, no sabría responderlo.

Miguel, de 10 años respondió a Diario de Querétaro: “No sé, yo me divierto”, dijo.

Este año, y desde hace algunos ya, la gente no acude a los balnearios públicos solo por acudir en Semana Santa, lo que es costumbre es ir de visita a ciudades del interior de país, como Querétaro, ciudad que, antes de la pandemia se colocó en el número uno como el destino preferido de los turistas en esta temporada vacacional.

Hoy, por la pandemia de Covid-19 y ante el llamado de las autoridades a no vacacionar y permanecer en distanciamiento social a menos que sea necesario reunirse para evitar contagios, poca la gente salió a otras ciudades, aún así, mucha gente está acudiendo a Querétaro, lo que puede palparse en las calles y centro comerciales.

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