/ miércoles 1 de noviembre de 2017

El es Dios, compadrito

Por Ricardo López Ugalde, Azucena RiveraAguilar, Edith Rangel Cruz, José Carlos Dorantes y AlejandroVázquez Estrada/Centro INAH-QRO

 Puntos de arranque para entender elpatrimonio cultural inmaterial

Acercarse hoy en día a la discusión sobre qué espatrimonio,  quién lo define  y  qué objetivos persigue,implica reconocer que hay una voz principal a ser escuchada, lacual corresponde a los creadores y portadores de expresiones obienes culturales específicos, que a su vez integran un campo dedisputas y negociaciones sociales a medida que diversos actores,públicos y privados, se interesan en el acontecer de la culturasituada en el contexto mexicano.

Nos referimos a un campo de disputa, debido a que, en un amplioespectro, es posible identificar, por lo menos, dos posturasclaramente antagónicas para la gestión y manejo de los elementosconsiderados como patrimonio cultural. La primera de ellas seencuentra encaminada hacia lo que hoy se conoce como el impulso ypromoción de la patrimonialización que permite vislumbrar nichosde negocio dentro del turismo cultural, apostando a la derramaeconómica propiciada por los visitantes que observan y disfrutande expresiones culturales que les son ajenas. Dentro de estavertiente, se ha detectado un uso indiscriminado del patrimoniocultural debido a la carencia de reglamentaciones definidas queeviten la destrucción, erosión y deterioro de los patrimonios yde los colectivos sociales portadores.

La segunda postura alberga una recomendación central,considerando que “el sujeto creador y portador de la cultura seaun actor sustantivo de las decisiones respecto a qué, cómo y paraqué deben conservarse las expresiones y bienes que han devalorarse como patrimonio” (Pérez Ruiz, 2008:44). Es decir, serequiere ante todo de fortalecer el involucramiento directo de losportadores en la toma de decisiones y acciones en relación a surealidad. Esta visión implica considerar en la parte central delpatrimonio a las personas y a los procesos culturales e históricosque las acompañan y les dan forma. En este sentido, se buscaromper con las imposiciones, decretos y ordenanzas legitimadasdesde las cúpulas gubernamentales e institucionales,  emitidasdesde los lentes de un espectador extrañado de lo que consideradiferente, exótico, diverso y ajeno.

Participación social y asignación de valor a lacultura

La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio CulturalInmaterial de la UNESCO (CSPCI-UNESCO), firmada en París enel año 2003, representa un momento especial en la discusióninternacional acerca de la gestión y manejo de los patrimoniosintangibles, inmateriales o vivos (PCI). Los antecedentesinmediatos a dicho documento se ubican a finales del siglo XX, enla Conferencia de la UNESCO de 1999 y en la Reunión internacionalde expertos de la UNESCO de 2002 (Villaseñor y Zolla, 2012), dosmomentos que marcaron rutas importantes para discutir la injerenciade los PCI en el respeto y participación de los portadores de lacultura susceptibles de patrimonialización.

Sobre este aspecto destacó la imperiosa necesidad de procurarescenarios para la toma de decisiones de los colectivos humanos enmateria de identificación, enunciación y protección de PCIpropios; lo anterior se refleja en el papel fundamental reconocidoa las bases sociales creadoras de las expresiones culturales,específicamente en su involucramiento para la puesta en marcha dela Salvaguardia, entendida ésta como las “medidas paragarantizar la viabilidad del patrimonio cultural inmaterial,comprendidas la identificación, documentación, investigación,preservación, protección, promoción, valorización, transmisióny revitalización” (UNESCO, 2003:3). Además se percibe unapreocupación por la incidencia de actores externos con interesesopuestos a los de los grupos sociales en cuestión, generándoseposibles casos de extractivismo cultural, debatiendo la atribucióno mando diferencial para definir y decretar determinados elementosculturales como PCI por encima de otros.

Dentro del contenido general de la CSPCI-UNESCO se puedenidentificar 2 principales temas, el primero a) asociado asensibilizar sobre el carácter que engloban los PCI en laprocuración del respeto a la diversidad cultural dentro de losEstados-nación; y b) el segundo totalmente vinculado a labúsqueda de la participación activa de las poblaciones creadorasde los PCI en los distintos ámbitos de su valoración, manejo, usoy gestión.

El segundo tema supone la puesta en marcha de canales decomunicación y dialogo multi-actoral, a fin de reflexionar acercade los alcances, necesidades y retos que atraviesan expresionesculturales específicas, por lo que los objetivos políticos de laCSPCI-UNESCO suponen integralidad, además de cumplimiento del ejeparticipativo en las diversas fases de los procesos depatrimonialización. De lo contrario resultacontradictorio que las iniciativas de decretos de PCI’s apelen alrespeto de la diversidad cultural o al componente pluricultural deun Estado-nación o entidad federativa mexicana, al tiempo queminan los canales de discusión directa con los portadores decultura.

Sobre lo anterior, en su artículo 15 sobre laParticipación de las comunidades, grupos e individuos, laCSPCI-UNESCO establece lo siguiente: “En el marco de lasactividades de la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial,cada Estado parte tratará de lograr una participación lo másamplia posible de las comunidades, los grupos y, si procede, losindividuos que crean, mantienen y transmiten ese patrimonio y deasociarlos activamente a la gestión del mismo” (UNESCO,2003:6).

Sin duda el énfasis y preocupación de la CSPCI-UNESCO porotorgar voz a los portadores de cultura, refleja problemáticas ocontroversias por las maneras diferenciadas e intereses divergentesen la asignación de valor a determinados elementos culturales. Enrazón de esto algunos estudiosos del tema (Villaseñor y Zolla,2012) se han preguntado sobre las implicaciones de los decretos depatrimonio cultural, por lo que podemos identificar dos principalescuestiones, por una parte cuáles son los objetivos explícitos alimpulsar determinados PCI’s, por otra cuáles son los puntos dequiebre frente a dichas iniciativas.

El caso reciente del decreto de la Danza de concheros delmunicipio de Querétaro como Patrimonio histórico culturalinmaterial, iniciativa del gobierno municipal desde suSecretaría de Desarrollo Humano y Social, refleja parte de lasinconsistencias que la CSPCI-UNESCO busca contener. Al revisardicho decreto destaca el sesgo interpretativo que se hace de laCSPCI-UNESCO, resultando en una lectura parcial que no dimensionalos sustentos principales y el espíritu de tal documento. En elrubro de los considerandos, dicha instrumentalización de laCSPCI-UNESCO resulta en omisiones para encumbrar una prácticacultural como PCI, específicamente en el origen de tal propuesta,aspecto que ha sido confrontado por líderes y representantes dedanzas de concheros, portadores de cultura que reclamaron ausenciade consulta.

Es importante advertir que el espíritu consultivo de laconvención es necesariamente previo, inevitablemente informado ysobre todo conlleva el espíritu de recabar de manera colaborativael consentimiento de los portadores de la expresión con lafinalidad de que los decretos se vuelvan herramientas de gestiónsocial y cultural y no instrumentos normativos y verticales, queoperan en beneficios que no surgen desde la reflexión local de losportadores.

Es por la omisión de estos proceso que múltiples voces de latradición conchera han expresado en distintos foros supreocupación en cuanto a las implicaciones que puede tener estetipo de declaratoria que surge desde la institución y no toma encuenta el conocimiento, ni los modos de discusión y  reflexiónque los portadores han tenido en relación al estado de laexpresión declarada.

Es importante señalar que sobran ejemplos a nivel mundial sobrelos efectos dañinos que tienen estas declaratorias construidasmediante procesos unilaterales que nominan, caracterizan y declaransin previo acuerdo con los portadores.  Estos efectos han sidoprofusamente descritos desde la antropología con fenómenos comola mercantilización de las expresiones, lafolclorización de sus símbolos, elextraccionismo del mercado, la gentrificación delos contextos, la erosión de las expresiones y sus territoriosmediante la presencia de un turismo desinformado. A partir de estaslecciones aprendidas  podremos mirar lo que sucede en otroscontextos para generar modos cordiales y participativos para pensar y vivir el patrimonio.

Sin embargo, así como tenemos estos ejemplos donde resaltan lassombras y los dilemas desencadenados a partir de las declaratorias,también contamos con procesos brillantes donde la población haparticipado de manera activa dentro de dichos procesos. Una deestas experiencias sucedió en el semidesierto queretano en elproceso de constitución del expediente tecnico del elemento:Lugares de Memoria y tradiciones vivas de los pueblos ñañhade Tolimán. La Peña de Bernal, guardián de un territoriosagrado.

Este proceso emanado por iniciativa del gobierno del estado enturno fue abrazado con especial interés por el equipo deetnografía del centro INAH- Querétaro quien tenía 7 años detrabajo etnográfico en la región. Dicho antecedente permitió larealización de un trabajo de consulta extenso y profundo en lascomunidades indígenas de los cinco municipios del semidesierto. Alo largo de distintos foros de consulta y grupos de discusiónrealizadas durante dos años de intenso trabajo, se vertieron lasopiniones e inquietudes de los cargueros, rezanderos, alberos,encargados de capilla, mayores, tenanches, cronistas, responsablede templos , mayores de la danza, titulares de cultura municipalesy autoridades locales, esto con el fin de articular la diversidadde opiniones y lograr la mayor discusión posible para animarconsensos.

Estas opiniones están contenidas junto con el expedientetécnico que se presentó ante la UNESCO en el apartado llamado“Declaratoria de los pueblos indígenas otomí-chichimecas delsemidesierto queretano” el cual dice de manera textual:

En virtud de que nuestro Pueblo Otomí-Chichimeca, laspersonas que integramos nuestras comunidades y nuestras familias,desde generaciones pasadas hemos acumulado muchos conocimientos ybienes (como nuestras capillas comunitarias y familiares)costumbres, tradiciones y valores.

Que nos asentamos en un territorio que también cuenta conrecursos naturales, donde existimos y nos desarrollamos, territorioque consideramos nos da la vida, que de él obtenemos loindispensable para vivir (las plantas, el agua, los animales) y nosotorga identidad, que nos mantiene unidos como Pueblo.

Que debemos respetar la tierra, y todas las formas de vidanatural y cultural que sobre nuestra región tenemos y que lasplantas y animales que nosotros aun podemos ver y disfrutar,también nuestros hijos y sus hijos puedan conocerlo, apreciarlo yheredarlo.

Todos tenemos algo que dar y que cuidar de nuestranaturaleza, nuestras tradiciones y costumbres y de nuestra culturaotomí- chichimeca, con nuestros valores, y nuestracultura.

Pero hemos sido también saqueados, hay quien se llevanuestras biznagas y cactus, nuestras plantas medicinales. Tambiénse roban nuestras imágenes gente que no es de este lugar, no lesinteresan nuestros oratorios y algunos han sido destruidos poco apoco. Nuestra cultura no es reconocida por la gentemestiza.

Aquí estamos y a nosotros nos interesa cuidar nuestranaturaleza, conservar y transmitir las tradiciones de nuestracultura que es un valor único y que es de todos losotomíes-chichimecas.

Solos ya no es fácil, por eso pedimos que también se nosvoltee a ver y juntos lo hagamos.

Es por ello que decidimos apoyar el proyecto culturaldenominado “Lugares de memoria y tradiciones vivas de los pueblosotomí-chichimecas de Tolimán. La Peña de Bernal, guardián de unterritorio sagrado”. (Expediente técnico presentado aUNESCO, 2010: 180)

 Lograr estas reflexiones y consensos es una tarea quese debe de afrontar con seriedad, rigor académico y una firmeconvicción de que el diálogo de saberes es el camino paraconstruir acuerdos y modos participativos de sumarnos a cuidar ymultiplicar nuestro patrimonio. Entendemos que el espíritu de ladeclaratoria conchera fue elaborada desde buenas intenciones, sinembargo, es riesgoso cuando esta animada por las intensiones deunos a partir de la exclusión de otros, en este caso losportadores y ejecutantes, actores vitales e indispensables para lareproducción de esta expresión cultural.

Algunas ideas para repensar lapatrimonialización de la cultura

En países como México, en el que existen profundasdesigualdades y donde, por lo general,  la toma de decisiones esautoritaria y a conveniencia política, uno de los retos másclaros en cuanto al patrimonio cultural inmaterial es la capacidadpara diseñar políticas culturales que amplíen la participacióny el compromiso social, a fin de promover el fortalecimiento yrespeto de una diversidad cultural incluyente, con voz y voto, conpleno ejercicio en la toma de decisiones. Esto significa romper conun esquema de relaciones jerárquicas que se han encargado degenerar procesos de clasificación y etiquetación cultural enbeneficio de unos cuantos; por ello, instancias como la UNESCO anivel internacional y el INAH a nivel federal, son institucionesque se han transformado a lo largo de los años para dar respuestaa las demandas de los portadores. Aunque resta mucho por hacer,está abierta la posibilidad de entablar diálogos, consultas,negociaciones, así como escuchar las peticiones e intereses de loscreadores y portadores de la cultura, lo cual debe convertirse enel eje dentro de la política pública en todos los niveles.

El hecho de que gobernadores, activistas, presidentes,intelectuales, expertos, cronistas, académicos o sociedad  civil,actúen de “buena fe” no es suficiente; será necesariofomentar mesas de trabajo que concreten en toda su amplitud losejercicios de la salvaguardia del patrimonio cultural, así como lareproducción, valoración, apropiación por parte de las presentesy nuevas generaciones. Esto supone incidir en la creación decanales de comunicación con los portadores de cultura, además dediscutir la perspectiva de considerar a los bienes patrimonialescomo objetos comercializables, aspecto que implica posiblesdescontextualizaciones de las expresiones culturales en detrimentode los usos y significados sociales locales.

Bibliografía
Pérez Ruíz, M. “Patrimonio, diversidad cultural ypolíticas públicas. Preguntas frecuentes” en Diario decampo, INAH, nueva época, #7, enero-marzo 2012, pp. 4-82
UNESCO, Convención para la Salvaguardia del PatrimonioCultural Inmaterial, Paris, 17 octubre 2003. En línea:http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001325/132540s.pdf
Villaseñor, I. y Zolla, E. “Del patrimonio culturalinmaterial a la patrimonialización de la cultura” en Culturay representaciones sociales, UNAM, año 6, #12, marzo 2012,pp. 75-101.
Lugares de Memoria y tradiciones vivas de los pueblosñañha de Tolimán. La Peña de Bernal, guardián de un territoriosagrado Expediente técnico. Gobierno del Estado de Querétaro(2010)

Por Ricardo López Ugalde, Azucena RiveraAguilar, Edith Rangel Cruz, José Carlos Dorantes y AlejandroVázquez Estrada/Centro INAH-QRO

 Puntos de arranque para entender elpatrimonio cultural inmaterial

Acercarse hoy en día a la discusión sobre qué espatrimonio,  quién lo define  y  qué objetivos persigue,implica reconocer que hay una voz principal a ser escuchada, lacual corresponde a los creadores y portadores de expresiones obienes culturales específicos, que a su vez integran un campo dedisputas y negociaciones sociales a medida que diversos actores,públicos y privados, se interesan en el acontecer de la culturasituada en el contexto mexicano.

Nos referimos a un campo de disputa, debido a que, en un amplioespectro, es posible identificar, por lo menos, dos posturasclaramente antagónicas para la gestión y manejo de los elementosconsiderados como patrimonio cultural. La primera de ellas seencuentra encaminada hacia lo que hoy se conoce como el impulso ypromoción de la patrimonialización que permite vislumbrar nichosde negocio dentro del turismo cultural, apostando a la derramaeconómica propiciada por los visitantes que observan y disfrutande expresiones culturales que les son ajenas. Dentro de estavertiente, se ha detectado un uso indiscriminado del patrimoniocultural debido a la carencia de reglamentaciones definidas queeviten la destrucción, erosión y deterioro de los patrimonios yde los colectivos sociales portadores.

La segunda postura alberga una recomendación central,considerando que “el sujeto creador y portador de la cultura seaun actor sustantivo de las decisiones respecto a qué, cómo y paraqué deben conservarse las expresiones y bienes que han devalorarse como patrimonio” (Pérez Ruiz, 2008:44). Es decir, serequiere ante todo de fortalecer el involucramiento directo de losportadores en la toma de decisiones y acciones en relación a surealidad. Esta visión implica considerar en la parte central delpatrimonio a las personas y a los procesos culturales e históricosque las acompañan y les dan forma. En este sentido, se buscaromper con las imposiciones, decretos y ordenanzas legitimadasdesde las cúpulas gubernamentales e institucionales,  emitidasdesde los lentes de un espectador extrañado de lo que consideradiferente, exótico, diverso y ajeno.

Participación social y asignación de valor a lacultura

La Convención para la Salvaguardia del Patrimonio CulturalInmaterial de la UNESCO (CSPCI-UNESCO), firmada en París enel año 2003, representa un momento especial en la discusióninternacional acerca de la gestión y manejo de los patrimoniosintangibles, inmateriales o vivos (PCI). Los antecedentesinmediatos a dicho documento se ubican a finales del siglo XX, enla Conferencia de la UNESCO de 1999 y en la Reunión internacionalde expertos de la UNESCO de 2002 (Villaseñor y Zolla, 2012), dosmomentos que marcaron rutas importantes para discutir la injerenciade los PCI en el respeto y participación de los portadores de lacultura susceptibles de patrimonialización.

Sobre este aspecto destacó la imperiosa necesidad de procurarescenarios para la toma de decisiones de los colectivos humanos enmateria de identificación, enunciación y protección de PCIpropios; lo anterior se refleja en el papel fundamental reconocidoa las bases sociales creadoras de las expresiones culturales,específicamente en su involucramiento para la puesta en marcha dela Salvaguardia, entendida ésta como las “medidas paragarantizar la viabilidad del patrimonio cultural inmaterial,comprendidas la identificación, documentación, investigación,preservación, protección, promoción, valorización, transmisióny revitalización” (UNESCO, 2003:3). Además se percibe unapreocupación por la incidencia de actores externos con interesesopuestos a los de los grupos sociales en cuestión, generándoseposibles casos de extractivismo cultural, debatiendo la atribucióno mando diferencial para definir y decretar determinados elementosculturales como PCI por encima de otros.

Dentro del contenido general de la CSPCI-UNESCO se puedenidentificar 2 principales temas, el primero a) asociado asensibilizar sobre el carácter que engloban los PCI en laprocuración del respeto a la diversidad cultural dentro de losEstados-nación; y b) el segundo totalmente vinculado a labúsqueda de la participación activa de las poblaciones creadorasde los PCI en los distintos ámbitos de su valoración, manejo, usoy gestión.

El segundo tema supone la puesta en marcha de canales decomunicación y dialogo multi-actoral, a fin de reflexionar acercade los alcances, necesidades y retos que atraviesan expresionesculturales específicas, por lo que los objetivos políticos de laCSPCI-UNESCO suponen integralidad, además de cumplimiento del ejeparticipativo en las diversas fases de los procesos depatrimonialización. De lo contrario resultacontradictorio que las iniciativas de decretos de PCI’s apelen alrespeto de la diversidad cultural o al componente pluricultural deun Estado-nación o entidad federativa mexicana, al tiempo queminan los canales de discusión directa con los portadores decultura.

Sobre lo anterior, en su artículo 15 sobre laParticipación de las comunidades, grupos e individuos, laCSPCI-UNESCO establece lo siguiente: “En el marco de lasactividades de la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial,cada Estado parte tratará de lograr una participación lo másamplia posible de las comunidades, los grupos y, si procede, losindividuos que crean, mantienen y transmiten ese patrimonio y deasociarlos activamente a la gestión del mismo” (UNESCO,2003:6).

Sin duda el énfasis y preocupación de la CSPCI-UNESCO porotorgar voz a los portadores de cultura, refleja problemáticas ocontroversias por las maneras diferenciadas e intereses divergentesen la asignación de valor a determinados elementos culturales. Enrazón de esto algunos estudiosos del tema (Villaseñor y Zolla,2012) se han preguntado sobre las implicaciones de los decretos depatrimonio cultural, por lo que podemos identificar dos principalescuestiones, por una parte cuáles son los objetivos explícitos alimpulsar determinados PCI’s, por otra cuáles son los puntos dequiebre frente a dichas iniciativas.

El caso reciente del decreto de la Danza de concheros delmunicipio de Querétaro como Patrimonio histórico culturalinmaterial, iniciativa del gobierno municipal desde suSecretaría de Desarrollo Humano y Social, refleja parte de lasinconsistencias que la CSPCI-UNESCO busca contener. Al revisardicho decreto destaca el sesgo interpretativo que se hace de laCSPCI-UNESCO, resultando en una lectura parcial que no dimensionalos sustentos principales y el espíritu de tal documento. En elrubro de los considerandos, dicha instrumentalización de laCSPCI-UNESCO resulta en omisiones para encumbrar una prácticacultural como PCI, específicamente en el origen de tal propuesta,aspecto que ha sido confrontado por líderes y representantes dedanzas de concheros, portadores de cultura que reclamaron ausenciade consulta.

Es importante advertir que el espíritu consultivo de laconvención es necesariamente previo, inevitablemente informado ysobre todo conlleva el espíritu de recabar de manera colaborativael consentimiento de los portadores de la expresión con lafinalidad de que los decretos se vuelvan herramientas de gestiónsocial y cultural y no instrumentos normativos y verticales, queoperan en beneficios que no surgen desde la reflexión local de losportadores.

Es por la omisión de estos proceso que múltiples voces de latradición conchera han expresado en distintos foros supreocupación en cuanto a las implicaciones que puede tener estetipo de declaratoria que surge desde la institución y no toma encuenta el conocimiento, ni los modos de discusión y  reflexiónque los portadores han tenido en relación al estado de laexpresión declarada.

Es importante señalar que sobran ejemplos a nivel mundial sobrelos efectos dañinos que tienen estas declaratorias construidasmediante procesos unilaterales que nominan, caracterizan y declaransin previo acuerdo con los portadores.  Estos efectos han sidoprofusamente descritos desde la antropología con fenómenos comola mercantilización de las expresiones, lafolclorización de sus símbolos, elextraccionismo del mercado, la gentrificación delos contextos, la erosión de las expresiones y sus territoriosmediante la presencia de un turismo desinformado. A partir de estaslecciones aprendidas  podremos mirar lo que sucede en otroscontextos para generar modos cordiales y participativos para pensar y vivir el patrimonio.

Sin embargo, así como tenemos estos ejemplos donde resaltan lassombras y los dilemas desencadenados a partir de las declaratorias,también contamos con procesos brillantes donde la población haparticipado de manera activa dentro de dichos procesos. Una deestas experiencias sucedió en el semidesierto queretano en elproceso de constitución del expediente tecnico del elemento:Lugares de Memoria y tradiciones vivas de los pueblos ñañhade Tolimán. La Peña de Bernal, guardián de un territoriosagrado.

Este proceso emanado por iniciativa del gobierno del estado enturno fue abrazado con especial interés por el equipo deetnografía del centro INAH- Querétaro quien tenía 7 años detrabajo etnográfico en la región. Dicho antecedente permitió larealización de un trabajo de consulta extenso y profundo en lascomunidades indígenas de los cinco municipios del semidesierto. Alo largo de distintos foros de consulta y grupos de discusiónrealizadas durante dos años de intenso trabajo, se vertieron lasopiniones e inquietudes de los cargueros, rezanderos, alberos,encargados de capilla, mayores, tenanches, cronistas, responsablede templos , mayores de la danza, titulares de cultura municipalesy autoridades locales, esto con el fin de articular la diversidadde opiniones y lograr la mayor discusión posible para animarconsensos.

Estas opiniones están contenidas junto con el expedientetécnico que se presentó ante la UNESCO en el apartado llamado“Declaratoria de los pueblos indígenas otomí-chichimecas delsemidesierto queretano” el cual dice de manera textual:

En virtud de que nuestro Pueblo Otomí-Chichimeca, laspersonas que integramos nuestras comunidades y nuestras familias,desde generaciones pasadas hemos acumulado muchos conocimientos ybienes (como nuestras capillas comunitarias y familiares)costumbres, tradiciones y valores.

Que nos asentamos en un territorio que también cuenta conrecursos naturales, donde existimos y nos desarrollamos, territorioque consideramos nos da la vida, que de él obtenemos loindispensable para vivir (las plantas, el agua, los animales) y nosotorga identidad, que nos mantiene unidos como Pueblo.

Que debemos respetar la tierra, y todas las formas de vidanatural y cultural que sobre nuestra región tenemos y que lasplantas y animales que nosotros aun podemos ver y disfrutar,también nuestros hijos y sus hijos puedan conocerlo, apreciarlo yheredarlo.

Todos tenemos algo que dar y que cuidar de nuestranaturaleza, nuestras tradiciones y costumbres y de nuestra culturaotomí- chichimeca, con nuestros valores, y nuestracultura.

Pero hemos sido también saqueados, hay quien se llevanuestras biznagas y cactus, nuestras plantas medicinales. Tambiénse roban nuestras imágenes gente que no es de este lugar, no lesinteresan nuestros oratorios y algunos han sido destruidos poco apoco. Nuestra cultura no es reconocida por la gentemestiza.

Aquí estamos y a nosotros nos interesa cuidar nuestranaturaleza, conservar y transmitir las tradiciones de nuestracultura que es un valor único y que es de todos losotomíes-chichimecas.

Solos ya no es fácil, por eso pedimos que también se nosvoltee a ver y juntos lo hagamos.

Es por ello que decidimos apoyar el proyecto culturaldenominado “Lugares de memoria y tradiciones vivas de los pueblosotomí-chichimecas de Tolimán. La Peña de Bernal, guardián de unterritorio sagrado”. (Expediente técnico presentado aUNESCO, 2010: 180)

 Lograr estas reflexiones y consensos es una tarea quese debe de afrontar con seriedad, rigor académico y una firmeconvicción de que el diálogo de saberes es el camino paraconstruir acuerdos y modos participativos de sumarnos a cuidar ymultiplicar nuestro patrimonio. Entendemos que el espíritu de ladeclaratoria conchera fue elaborada desde buenas intenciones, sinembargo, es riesgoso cuando esta animada por las intensiones deunos a partir de la exclusión de otros, en este caso losportadores y ejecutantes, actores vitales e indispensables para lareproducción de esta expresión cultural.

Algunas ideas para repensar lapatrimonialización de la cultura

En países como México, en el que existen profundasdesigualdades y donde, por lo general,  la toma de decisiones esautoritaria y a conveniencia política, uno de los retos másclaros en cuanto al patrimonio cultural inmaterial es la capacidadpara diseñar políticas culturales que amplíen la participacióny el compromiso social, a fin de promover el fortalecimiento yrespeto de una diversidad cultural incluyente, con voz y voto, conpleno ejercicio en la toma de decisiones. Esto significa romper conun esquema de relaciones jerárquicas que se han encargado degenerar procesos de clasificación y etiquetación cultural enbeneficio de unos cuantos; por ello, instancias como la UNESCO anivel internacional y el INAH a nivel federal, son institucionesque se han transformado a lo largo de los años para dar respuestaa las demandas de los portadores. Aunque resta mucho por hacer,está abierta la posibilidad de entablar diálogos, consultas,negociaciones, así como escuchar las peticiones e intereses de loscreadores y portadores de la cultura, lo cual debe convertirse enel eje dentro de la política pública en todos los niveles.

El hecho de que gobernadores, activistas, presidentes,intelectuales, expertos, cronistas, académicos o sociedad  civil,actúen de “buena fe” no es suficiente; será necesariofomentar mesas de trabajo que concreten en toda su amplitud losejercicios de la salvaguardia del patrimonio cultural, así como lareproducción, valoración, apropiación por parte de las presentesy nuevas generaciones. Esto supone incidir en la creación decanales de comunicación con los portadores de cultura, además dediscutir la perspectiva de considerar a los bienes patrimonialescomo objetos comercializables, aspecto que implica posiblesdescontextualizaciones de las expresiones culturales en detrimentode los usos y significados sociales locales.

Bibliografía
Pérez Ruíz, M. “Patrimonio, diversidad cultural ypolíticas públicas. Preguntas frecuentes” en Diario decampo, INAH, nueva época, #7, enero-marzo 2012, pp. 4-82
UNESCO, Convención para la Salvaguardia del PatrimonioCultural Inmaterial, Paris, 17 octubre 2003. En línea:http://unesdoc.unesco.org/images/0013/001325/132540s.pdf
Villaseñor, I. y Zolla, E. “Del patrimonio culturalinmaterial a la patrimonialización de la cultura” en Culturay representaciones sociales, UNAM, año 6, #12, marzo 2012,pp. 75-101.
Lugares de Memoria y tradiciones vivas de los pueblosñañha de Tolimán. La Peña de Bernal, guardián de un territoriosagrado Expediente técnico. Gobierno del Estado de Querétaro(2010)

Local

Dan recomendaciones por picadura de alacrán

Con el calor se incrementan los casos, por lo que autoridades de Salud piden actuar de inmediato

Elecciones 2024

Será Querétaro la ciudad más iluminada del país: "Felifer"

Lanza plan para garantizar alumbrado público con el sistema led con una inversión de 22 millones de pesos

Elecciones 2024

Promete Dorantes impulsar programa de incubación laboral

Señaló que se deben generar incentivos correctos para que, a nivel nacional, los jóvenes aprendan mientras trabajan con un salario competitivo asegurado

Policiaca

Detienen a 5: habrían participado en 11 homicidios en la capital queretana

El operativo se realizó en conjunto con la policía municipal de Corregidora y agentes de investigación

Deportes

Ganan su primera serie en la LMB

La novena queretana venció en tres juegos a los Guerreros de Oaxaca, encuentros que se disputaron en el estadio Hermanos Serdán de Puebla

Gossip

Queretanos piden a CD9 su “The Last Party”

Tras el anuncio de sus presentaciones en la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, piden a la boyband una fecha para Querétaro