Ante el cierre del Templo de la Congregación este 12 de diciembre, los devotos a la Virgen de Guadalupe han decidido acatar las medidas de seguridad sanitaria y, en lugar de realizar los convivios familiares muchos han decidido, por la pandemia cambiar la celebración.
Miguel Ángel Ramos es un joven que lleva a la Virgen de Guadalupe en uno de sus brazos. Si bien es devoto por sus abuelos, quienes le enseñaron la cultura, su fe incrementó, después de que lo ayudó con “un problema”.
Para el 12 de diciembre, acudía a la Ciudad de México para llevarle flores, sin embargo, por las nuevas medidas anti Covid-19, señala que, este año, realizará un rosario, le entregará rosas y solo realizará una comida pequeña con su familia.
“Hacíamos reunión de toda la familia, nos juntábamos y hacíamos una comida grande para celebrar el 12 de diciembre y tengo dos tías que se llaman Lupes y aprovechábamos para festejarles su cumpleaños, pero este año no se puede”, indica, al señalar que “hay que cuidarse, porque la pandemia sí existe y muchos no creen”.
Magdalena Rodríguez, devota desde niña de la Virgen de Guadalupe, explica que, cada 12 de diciembre, asistía al Templo de la Congregación para celebrarla, lo que descarta realizar este 2020 y solo participará en esta festividad con un altar y un rosario.
“Por la situación, está bien que no se lleve a cabo como cada año (…) Estoy de acuerdo en que se haga todo este protocolo de que no se junte tanta gente. No pasa nada, por un año, no pasa nada”, dijo.
Margarita Gasca reconoce que es devota desde que tiene “uso de razón” y cada 12 de diciembre, la celebraba con 46 rosarios que iniciaba desde el 28 de octubre, además de tomarse una “canelita”; sin embargo, por la pandemia, menciona que solo realizó un altar, el rosario y verá la misa por televisión.
“Estoy muy de acuerdo, porque está muy bien visto lo que está pasando (…) hubo semanas que, día tras día, caía uno de nuestros compañeros (…) no sé si ha sido la situación de la pandemia, la edad y decimos: gracias a Dios un año más y más cuando oímos la cifra que diario han caído”, lamentó.
María Teresa Hernández reconoce que es devota desde niña de la Virgen de Guadalupe, porque su padre era peregrino hacia la Ciudad de México; sin embargo, con la pandemia, asegura que se debe tener fe en que la sociedad saldrá adelante.
“Cada uno la llevamos en el corazón, en el fondo. Sí son bonitas las fiestas, porque se junta todo el pueblo (…) pero ahorita con la pandemia, yo creo que cada uno, cada persona, la va a llevar en el fondo del corazón”, menciona.
En el mercado Escobedo de forma habitual, José Luis Estrella Olvera, recuerda que se hace una misa y va un mariachi, sin embargo, desconoce si este año se realizará o no. Asimismo, asegura estar a favor de que se cierren tanto la basílica como el Templo de la Congregación, para evitar la aglomeración de personas.
“Los comentarios que se oyen, los milagros que hacen, yo creo que no los inventan. De creer, sí creo en la Virgen”, puntualizó.
