Católicos marchan y hacen oración por los migrantes

Actuar a favor de los migrantes fue el llamado que realizó la Diócesis de Querétaro durante la misa realizada al término de la Marcha por la Paz, que tuvo como sede el atrio del templo de la Cruz; ahí el vicario General, Martín Lara Becerril urgió a los cientos de fieles a reflexionar sobre los riegos que enfrentan los migrantes, quienes arriesgan su vida para lograr un sueño.

También llamó a sanar las heridas de la sociedad y a orar para que en el 2018 se vote a favor de los políticos que buscan servir al país, no a servirse de él.

Al iniciar su homilía se refirió a los migrantes y su sueño por otorgar mejores condiciones a sus familias y que si bien, se trata de personas que caminan con los bolsillos vacíos, siempre van con anhelo de trabajar, por lo que su existencia representa la oportunidad de construir una nueva sociedad más justa.

Señaló que existen 250 millones de migrantes, 22 millones de ellos refugiados, y replantó la situación de este sector ya que expresó llevan consigo el reto de formar una nueva sociedad, apoyada en esos anhelos de superación humana, “pues cargan en su corazón el peso de sus familias y el deseo de integrarse a una nueva sociedad, a la que están dispuestos a enriquecer”.

Resaltó que son muchas las historias de vida y muerte que se originan en la migración, como las que ocurren en los desiertos lejanos, en Arizona y Río Bravo, pues a los migrantes no les importa poner en riesgo su vida para alcanzar una mejor vida para ellos y sus familias.

Argumentó que Querétaro se ha consolidado como un “remanso de paz”, por lo que el reto del 2018 será seguir construyendo una sociedad más plural, llena de valores humanos y cristianos que tenga por motor a la paz, sobre todo ante el arribo estimado en 40 familias diarias.

Detalló que el Papa Francisco urgió a que la paz no debe quedarse en una mera “bonita idea” y que para alcanzarla es necesario poner en práctica cuatro verbos: acoger, proteger, promover e integrar, poniendo especial atención en los migrantes y refugiados.

Declaró que las migraciones han sido provocadas por las guerras, el hambre, la búsqueda de la paz, el deseo por consolidar los sueños, la limpieza étnica, los conflictos armados, y la falta de oportunidades laborales, como las que se tienen en México.

Lamentó que entre las consecuencias de la migración se encuentran sufrir pobreza extrema y perder los derechos humanos, de ahí que el Papa urgió a los fieles a construir la paz, en la que se proteja, reiteró, a migrantes y refugiados, integrándolos en la conformación de una nueva sociedad.

JÓVENES COMO ESPERANZA

En este punto, sostuvo que es en los jóvenes en donde se basarán las esperanzas rumbo a generar la paz, por lo que tendrán grandes espacios tanto sociales como eclesiales, pues debe dársele a la sociedad un rostro joven, valiente y lleno de alegría, de ahí que urgió a la feligresía a confiar en ellos, así como en sus fortalezas, iniciativas, sus sueños y anhelos de servicio.

Argumentó que se trata de un sector que destaca por sus ganas de transformar el mundo, a la Iglesia, a sus propias familias, y lograr la paz.

Continuó que el 2018 presenta grandes retos, pero al mismo tiempo grandes oportunidades para crecer, madurar, salir adelante, seguir construyendo la paz mundial, Estado e Iglesia.

Razonó que para construir la paz, deben permanecer lejos de los vicios pues los esclavizan y que en vez de ello, deben responder a “las necesidades de los más necesitados, tocar las heridas de los más pobres, acudir a las periferias humanas y tocar las heridas de la sociedad”, pues en ellos está darle tanto a la Iglesia como a la sociedad “un rostro joven”.

En otro orden de ideas, dentro de la ceremonia también se oró para que el 2018 se vote a favor de quienes busquen servir al país, no servirse.

Asimismo, se urgió para proteger la vida desde su concepción hasta su muerte natural, toda vez que la mejor imagen y evangelio de la paz es la de un niño resguardado en brazos de su madre.

“La primera imagen de la paz es el pesebre de Belén”, sostuvo el también vocero de la Diócesis, quien urgió a confiar la paz del mundo en la Virgen María.

LA MARCHA

Si bien, la marcha por la paz inició con unas 50 personas, en el atrio de La Cruz se contó con una más nutrida asistencia, pues de acuerdo a los organizadores, se prepararon unas 500 sillas y pese a ello, varias personas tuvieron que quedarse de pie.

La marca inició a eso de las 3:30 de la tarde, partiendo de la Plazuela Mariano de las Casas para tomar avenida Zaragoza, y por último, llegar al atrio de La Cruz.

Al encabezar la romería, el sacerdote Jaime Gutiérrez Jiménez, responsable de la pastoral de la Familia, Jóvenes, Laicos, Vida y Adolescentes, resaltó que la Marcha por la Paz inició durante el obispado de Mario de Gasperín y en respuesta a la invitación papal de sumarse a la marcha.

Por último, enfatizó que en esta ocasión la marcha se destinó para orar por los migrantes, pues ellos requieren vivir en paz.