CIUDAD DE MÉXICO.- Llegar a los pies de la Virgencita es un sentimiento especial que no tiene palabras ni significado, afirmó Adriana, peregrina perteneciente a la comunidad de Pie de Gallo del decanato de Santa Rosa Jáuregui, que tras ocho días de camino pudo contemplar a la Guadalupana para pedirle por su familia, la paz del mundo y la situación de la juventud actual.
Con lágrimas en los ojos, Adriana no sabe describir el sentimiento de tener enfrente a la Virgen Morena, algo que dice reconforta todo el cansancio y el esfuerzo que realizó para llegar bajo sus pies y que la han tenido por 14 años presente en la romería queretana.
“Es un sentimiento especial grande, algo que no tiene palabras ni significado, algo que sólo tu corazón siente el impacto al ver la imagen es algo grande que sólo tú como persona puedes sentir y que al momento en que todas las personas te preguntan no lo puedes describir con palabras, creo que una lágrima lo dice todo por una mirada tierna”, reconoce Adriana.
Menciona que cualquier cansancio o problema se disuelve con la sola imagen de la Virgen, a quien le agradeció por llevarla con bien a su presencia, así como pedirle por su familia, la juventud y la paz del mundo entero, sobre todo por la situación de violencia por la que está atravesando México.
Tras ofrecer su camino a la Morenita del Tepeyac, la originaria de Pie de Gallo afirma que continuará en esa labor de evangelización que durante todo el camino fue impulsada por los sacerdotes, es por ello que trabajará a favor de la juventud para promover la fe en ellos.
“Vale la pena y aquí estamos a seguir motivando más jóvenes, impulsando la fe y que conozcan un poco más de María que no se queden con una imagen precisa que busquen más a fondo en su interior”, concluyó.