La Secretaría de Extensión y Cultura Universitaria (SECU) de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), la Facultad de Artes y la Secretaría de Cultura estatal develaron el busto en honor a José Luis Sierra Salcedo, poeta, cronista, ensayista y académico universitario por más de 30 años, quien resaltó la labor de la institución a través de su obra y trabajo.
La escultura fue realizada por Ma. del Socorro López Salas y se encuentra en el Andador Libertad, esquina con Luis Pasteur, en el Centro Histórico de la ciudad.
Durante la ceremonia, Eduardo Núñez Rojas, titular de la SECU, recordó que Sierra Salcedo fue su profesor en la preparatoria, por lo que reencontrarlo en la Universidad fue gratificante. Además, expresó que sería interesante llevar a cabo un poemario con algunos de sus materiales para continuar con su legado.
Asimismo, Sergio Rivera Guerrero, director de la Facultad de Artes, aseguró que éste es un acontecimiento importante para la UAQ, puesto que José Luis fue un amigo y hombre de letras que dejó una herencia en cada una de sus obras.
“Ese amigo hoy se va a quedar en esas calles de Querétaro, esperemos que sea para siempre, que nadie afecte su efigie, que este reconocimiento que le hace la universidad y la sociedad queretana sea para siempre, sea perenne, que siempre recordemos cuando andemos por ahí”, afirmó.
José Luis Sierra Salcedo (1949-2013) nació en la ciudad de Querétaro y fue catedrático, poeta, editor, gestor cultural y conductor radiofónico; realizó sus estudios de psicología y derecho en la UAQ, así como estudios de posgrado en España.
También participó en diferentes eventos culturales nacionales e internacionales; incursionó en el teatro con la compañía universitaria Cómicos de la Legua de la UAQ y fue uno de los fundadores del Sindicato Único del Personal Académico de la UAQ (Supauaq), entre otras actividades profesionales.
Durante la develación del busto estuvieron presentes Josefina Arellano Chávez, esposa de José Luis Sierra Salcedo, quien hizo una reseña sobre él; Dalia Sierra Corona y José María Sierra Arellano, hijos del poeta, quienes leyeron parte del trabajo poético del universitario; así como Socorro López Salas, autora de la pieza; Alonso Hernández Prado, director de Cultura, Arte y Humanidades de la SECU, y familiares, amigos y colegas.
