Hace 80 años Orson Welles hacía una adaptación en la radio del libro La guerra de los mundos, afirmando que marcianos invadían en ese momento la ciudad de Nueva York. Conocido es el resultado: histeria colectiva y la confirmación del poder de los medios de comunicación. En 1949 Radio Quito, queriendo emular al célebre Welles, transmitió la falsa noticia de que un objeto volador se aproximaba a la ciudad en medio de una nube de gas. La broma se salió de control y la furia de los ciudadanos derivó en cinco muertos y daños millonarios.
Al recuento de estos hechos paradigmáticos para todo estudiante de Comunicación se le puede sumar uno sucedido en Querétaro. El 5 de enero de 2017 dos personas a bordo de una motocicleta alertaron a comerciantes del mercado Escobedo de la llegada en masa de saqueadores. El cierre de puestos fue en escalada hasta llegar a los ambulantes de las calles aledañas; alguien tomó video de los comerciantes cerrando y de cargadores corriendo de un lado a otro. El video fue puesto en línea en una red social. Mientras, los misteriosos motociclistas replicaron su advertencia en el mercado de La Cruz y el tianguis de la colonia El Tintero. Para la tarde de ese día, la presencia de saqueadores armados y violentos ya había provocado que los comerciantes de los tres mercados citados más los de las inmediaciones de la Plaza Fundadores en el Centro Histórico hubieran cerrado sus puertas. Facebook y WhatsApp compartían sin cesar videos, audios y textos de supuestos ataques, robos tumultuarios y hasta secuestros colectivos en el interior de centros comerciales como Plaza del Parque y Chedraui. Nada de eso fue real. Policía Estatal y otras corporaciones declararon falsos todos los saqueos; ningún comerciante sufrió lo que en redes sociales se afirmaba. La identidad de los motociclistas nunca fue revelada y todo quedó en un caso más de psicosis colectiva.
La inmediatez lograda primero con la radio y después con la televisión colocó a los periódicos en un nivel arriba en la pirámide de la credibilidad; con la Internet, la difusión de la información y por ende del conocimiento adquirieron otras dimensiones. Ha sido justamente en la pasada década cuando el acceso a la información se ha expandido casi incontrolablemente gracias a las rede sociales, acuñando nuevos términos que redefinen conceptos dentro del derecho a la información: la postverdad, que antepone las emociones a los hechos; y las llamadas fake news o noticias falsas
¿Qué hace Diario de Querétaro en estos casos? Publicar los hechos. ¿Hubo presencia policial? Sí. ¿Hubo cierre de comercios? Sí. ¿Hubo saqueos y robos tumultuarios? No hay evidencia. Porque en el siglo XXI, cuando el acceso masivo e inmediato a todo tipo de contenidos no distingue entre lo falso y lo real, el periodismo no debe distraerse de sus fundamentos: cuestionar incluso lo que se ve a simple vista, buscar la verdad siempre.
NO CORRER RIESGOS
Diario de Querétaro entró en competencia directa con los medios del mundo en agosto de 2016 con su edición en línea. Gracias a la infraestructura informativa de Organización Editorial Mexicana, las plataformas en línea de sus periódicos tienen acceso a los hechos de todos los rincones del país, facilitando que los internautas puedan estar informados al momento de todo lo que se genera en su entorno más inmediato pero también en el resto de México y el mundo.
El departamento web está integrado por cinco personas que monitorean las 24 horas del día los hechos y las tendencias de todo lo publicado en línea. Su editora Cynthia Pérez Puga nació en el periodismo escrito y conoce los pasos que un reportero debe seguir antes de publicar una noticia. Asimismo, el resto del equipo (todos egresados de la licenciatura en periodismo) verifican una y otra vez la autenticidad de la información. El objetivo principal no es ganar clicks, es seguir siendo líderes en credibiliad, como lo es la edición impresa de Diario de Querétaro.
Inmediatez y prisa van de la mano en muchos medios electrónicos. No en Diario de Querétaro. “La prisa te lleva a cometer errores, incluso a generar caos” dice Cynthia Pérez Puga. El ejemplo claro es el del 5 de enero de 2017, día en que la edición en línea sólo publicó el hecho verificable: presencia policial en el mercado Escobedo. La edición impresa, el contexto y el desenlace.
De este modo, las dos ediciones de Diario de Querétaro se complementan. En línea, el lector tiene los hechos al momento en que se confirma su veracidad. En el impreso, tiene el contexto, la causa y la consecuencia.
CONOCEMOS A NUESTROS LECTORES
Gracias a las herramientas Google Analitics y las estadísticas de Facebook, más otras mediciones, www.diariodequeretaro.com conoce muy bien a sus lectores: desde dónde acceden a la página web, qué nota llamó más su atención y cuántas personas están simultáneamente leyendo qué cosa. Sabe que en primer lugar son lectores queretanos los que acceden al sitio, en segundo lugar la Ciudad de México, siguen San Juan del Río y Monterrey. Además, es entre las 6 y las 12 horas y entre las 19 y las 21 cuando más tráfico registra. Y que los hombres entran al sitio web directamente, mientras que las mujeres a través de una red social.
Los datos curiosos e historias que hablen sobre la vida de alguna persona son los que les gusta más leer y generalmente les dedican comentarios favorables. Un ejemplo claro es la nota que más se comentó y compartió desde que se puso en línea el sitio; con el nombre coloquial de “La gritona”, esta fogosa pareja generó miles de compartidas y cientos de comentarios, la gran mayoría de ellos amigables, lo que demuestra que los lectores de la edición en línea de Diario de Querétaro prefieren contenidos positivos.
RECIPROCIDAD
La redacción de Diario de Querétaro alimenta los contenidos de la edición web. Pero los lectores en línea también quieren ver, aunque sea en pantalla, la versión impresa. “Muchos de nuestros lectores ingresan al sitio web directamente, no desde alguna red social. Y ahí, muchos buscan la portada del impreso” dice Pérez Puga. “Hace unos meses, se tomó la decisión no publicar ninguna portada en línea de la versión impresa a fin de que el lector diferenciara una y otra; pero nos llegaron cientos de búsquedas y solicitudes para verla, así que tuvimos que volver a pedirla. Con ello, comprobamos que nuestros lectores son fieles a nuestras dos ediciones” finaliza.
