Benjamín Sánchez Guillén ha vivido 101 años y no sufre de ninguna enfermedad, venció incluso al Covid-19 en noviembre de 2020; toda su vida ha llevado hábitos saludables pero sin restricciones, con actividad física y alimentos naturales, su memoria está intacta y continúa aprendiendo de las tecnologías para comunicarse con sus familiares.
Oriundo del municipio de Peñamiller, el próximo 11 de septiembre cumplirá 102 años en este mundo, en el que aún continúa aprendiendo y gozando de buena salud, considerablemente, pues a su edad no padece de ninguna enfermedad crónica, como alteraciones en la presión sanguínea o diabetes.
Al cumplir su primer siglo de vida fue que lo operaron por primera vez, se trató de una intervención quirúrgica para remediar un problema en su columna vertebral; además en noviembre pasado fue hospitalizado durante seis días debido al riesgo que representaba para su edad el haberse contagiado de coronavirus; no obstante, le dieron el alta médica en poco tiempo. Hace un par de semanas lo operaron de la próstata y se ha recuperado favorablemente.
Cuando se le pregunto sobre su primer recuerdo, piensa en la naturaleza que rodeaba a su pueblo, a las comunidades cercanas y a tiempo que caminó desde pequeño: días y días de recorrer a pie los caminos, brechas y senderos del semidesierto queretano, de la sierra, la huasteca y algunos otros estados de la República.
Su trabajo siempre implicó esfuerzos físicos, antes de la urbanización de los caminos y carreteras en el país, sus propios pies fueron su medio de transporte, al estar internado en una escuela primaria rural en Xichú, Guanajuato, se fugó junto con otros compañeros y volvió caminando hasta su pueblo.
Cuando recuerda la travesía relata: “al llegar a la cima de la montaña encontramos un río, tomamos agua de ahí, agua limpia, ni qué pensar de que estuviera contaminada en aquél entonces”, recuerda con lujo de detalles. Para entonces tendría menos de 15 años.
Su padre fue herrero, oficio que aprendió a la perfección y que le abrió puertas y oportunidades laborales que lo llevaron a conocer otros estados del país. Al relatar sus anécdotas, sobresale la relación constante entre su vida y el campo, la crianza de animales y el trabajo de la tierra.
Formó parte de los proyectos educativos de escuelas primarias, secundarias y normales rurales, por lo que su alimentación siempre se basó en lo que las parcelas comunitarias producían: maíz, trigo, frijol, frutas, verduras y animales de granja.
La primera vez que estuvo trabajando como herrero en la capital queretana, durante la construcción de algunos tramos de la carretera 57, cuenta que acudía casi a diario al Cine Goya, ubicado en la calle Juárez esquina con 16 de Septiembre; al salir de una función, encontró una bicicleta en un bazar e hizo de las dos ruedas su nueva afición y medio de transporte durante el tiempo que trabajó en Querétaro y a la vuelta en su pueblo.
En sus tiempos de estudiante normalista, perteneció al equipo de básquetbol de la escuela, por lo que el deporte ha estado siempre presente en su vida. Su alimentación continúa siendo la misma, por las mañanas piensa en tamales y café, negro o con leche, aunque se lamenta de que su sentido del gusto aún no se recupera por completo de los estragos del Covid-19.
Su pasión por aprender, conocer y estudiar lo llevó a perfeccionar su oficio como herrero y a ampliarlo hacia la carpintería; en cuanto al aprendizaje académico, obtuvo los grados requeridos para impartir clases en primaria, secundaria y normal. Al jubilarse “ocupó su mente”, con los oficios que había aprendido de su padre y siguió leyendo, aprendiendo, “porque la cultura no se acaba”.
Su memoria recuerda fechas, años, nombres, sucesos históricos y anécdotas de lo cotidiano, al preguntarle sobre su comida favorita su esposa y nieta ríen porque lo describen como antojadizo, él reconoce a su esposa como su compañera de vida.
Gran parte de los trayectos que Benjamín narra sucedieron a pie, pasando los días yendo a dormir a las 10 de la noche y despertando a las 5 de la mañana, su vida ha sido movimiento, físico y mental.
Aunque ahora su es limitada por la operación de columna vertebral y el deterioro normal de su edad, su vista y oído le permiten explorar el mundo digital con el control de una televisión inteligente, dispositivo a través del cual se mantiene informado en temas de actualidad.