Para Patricia Campos Ávila, “doña Paty”, a sus 59 años de edad no hay temores, ni siquiera a las matemáticas o a sus compañeros que no la querían cuando inició sus cursos de electrónica para aprender a arreglar los aparatos de su casa y después emprender un taller.
Fue la primera mujer en cursar los módulos de electrónica que se dan en el Instituto de la Capacitación del Instituto de Capacitación para el Trabajo del Estado de Querétaro (Icateq), plantel Corregidora a invitación del maestro encargado del área.
“Vine a renovar mi licencia de manejo y conocí los talleres que dan, me interesó electrónica porque tengo un radio que no servía el CD y lo traje a componer y el maestro me invitó al curso, descubrí que es apasionante, interesante y un mundo que no conocía, me ha cambiado la vida porque las mujeres planchamos, lavamos, nos hacemos cargo de los hijos y la casa. No nos ocupamos de nosotras”.
Ella es enfermera de profesión, jubilada y viuda desde hace seis años, y sin dudarlo decidió capacitarse en electrónica, aún y cuando se deben despejar ecuaciones, se utilizan “muchas matemáticas” y recurren a la calculadora científica.
“Durante mi profesión, la enfermería, se hacen cálculos para controles de líquidos, de soluciones, fracciones de medicamentos, esa es nuestra formación en física, matemáticas y química con la que contamos”.
Para ella encontrar en el taller a un grupo de jóvenes no fue un obstáculo, incluso le preguntaron si era maestra, para su sorpresa no era así, Doña Paty era una nueva compañera, la primera en esos cursos del Icateq.
“Cuando se formaban equipos nadie quería trabajar conmigo porque soy una señora de 59 años y utilizo lentes, mi única dificultad; pero con los ojos de ellos, entusiasmo y conocimiento de los maestros salimos adelante, ahora ya todos se pelean por estar en mi equipo porque soy de los más aplicados y de los que menos nos distraemos para no perder el hilo de la práctica”.
Además, doña Paty suma otras virtudes como su puntualidad que la hace llegar de lunes a viernes desde las ocho de la mañana, porque –dice- hay un reglamento que exige puntualidad, desempeño, asistencia, tareas y sólo una ocasión ha faltado por revisión médica para la que tiene que ir a la ciudad de México.
Actualmente cursa el módulo de reparación de equipos de audio y video, y sabe que es un trabajo minucioso, debido a que son piezas muy pequeñas, que demandan intuición y debe ser metódica para descubrir cuál es la falla y arreglarla.
“Lo primero que compuse fue una resistencia para calentar agua en un servicio social en La Noria; también llegaron dos planchas para cabello y tuve la fortuna de detectar el daño y componerlas; además de un aparato de ejercicio para fortalecer brazo y dos planchas para ropa”.
Para las mujeres que dicen que no hay trabajo, expresó, se debe a que no lo buscan, porque no sólo hay capacidad para limpiar la casa, lavar y planchar, “aquí tenemos una oportunidad: la electrónica, no necesitamos un gran taller ni una gran inversión porque los componentes como resistencias y transistores son muy baratos”.
Cuando termine su capacitación en el Icateq –dice doña Paty- implementará en su hogar un taller, pues es una alternativa para no depender de otras personas, pues aunque su pensión le alcanza, no le da para otros gustos y esta es una oportunidad.
“Hacer salud mental reparando un aparato, abriéndolo, conociéndolo y volverlo armar con un método; es ir de lo general a lo particular y viceversa para resolver problemas no sólo de electrónica sino en la vida cotidiana”, concluyó.