La comodidad de una oficina nunca será opción para Yasik Smirnoff, al contrario, escapar de la rutina lo llevó a conocer 142 países, tener proyectos en varios de ellos que abarcan: ser apicultor en tierras mexicanas aprovechadas por jóvenes, dar conferencias, asesorar compañías, crear hospitales destinados para atender a personas de escasos recursos, entre otros. Muchos son los proyectos concretados y en gestión, para un joven de tan sólo 24 años.
Comenzó su trayectoria con 18 años, pero casado y con un negocio consolidado se preguntó si tendría que repetir el mismo día por el resto de su vida. Decidió tomarse un mes para despejar dudas y cómo seguían presentes, tomó pasaporte, cepillo de dientes y se fue al Tibet, sin un peso en el bolsillo, siempre con el respaldo de múltiples lugareños, entusiasmados por ayudar a un posible próximos monje.
“Mis amigos me llevaron a una exposición… la más grande exhibición de empresas en el mundo, son compañías de negocios, industrias, todo, fábricas, electricidad, carros, todo; hay más de diez mil empresas juntas, presentando productos… Veo todas esas oportunidades para hacer negocio China-Rusia, y abrimos una empresa… equipos de laboratorios... máquinas especiales para un tipo de producto (de una fábrica) y lo hacemos, para hospitales también, clínicas… Me di cuenta de que había muchas oportunidades de negocios, abrí una compañía, me hice de un socio… Después se convirtió en rutina… Me di cuenta de que el tiempo pasa tan rápido”.
Múltiples historias tiene de sus viajes, en los que incluso su vida ha estado a punto de extinguirse al: caer en un volcán, perder el conocimiento en el desierto, ser apuntado con un arma e, incluso, rodeado por un grupo de cocodrilos, pero las buenas experiencias siempre rebasan a las malas y, por fortuna, Dios, o el destino, siempre se ha topado con gente dispuesta a darle la mano.
“Nací en Siberia, soy de Rusia, familiares tengo en todas partes del mundo. A los 15 años salí de la casa de mis papás para estudiar, tuve chance de entrar en un programa especial en un centro científico de Rusia… Después de la Universidad… tuve oportunidad para estudiar en China, gané una beca con energía alternativa… Antes vivía más con mi cerebro que con mi corazón, antes vivía con planes, porque tenía una empresa en Hong Kong; estudié física, soy físico… En China hay mucha competencia… si quieres entrar a esta universidad… la competencia es entre, aproximadamente, 400 personas para un solo lugar. Tienes que ser mejor que 400 personas… Las bibliotecas de las universidades siempre están llenas, todos están estudiando. Trabajan duro”.
Entre sus actividades también trabaja con jóvenes en prisión y ahí fue que entendió que todo ser humano tiene algo positivo, de ahí la importancia de encontrarlo.
Pasará una semana en Querétaro, siempre dispuesto a apoyar a un buen negocio, recibir propuestas “para ir a comer tacos” con cualquier extraño, o vender la miel siberiana elaborada néctar de 60 flores diferentes, tal y como su abuelo le enseñó.
En este punto resalta que comenzó a trabajar con 20 jóvenes mexicanos de entre 15 y 20 años, uno de ellos tuvo problemas por sembrar mariguana. Su exceso de reglas para crear negocios hizo que sólo permanecieran los ocho más dedicados, quienes pasaron de ser personas de escasos negocios a empresarios con estrictas reglas sobre horarios y normas de operación.
El hospital que creó en Sudamérica podría replicarlo en México, pero sólo si encuentra personas interesadas en invertir, pues no se trata de ser paternalista, es apoyar a quienes desean mejorar sus condiciones de vida.
Resalta que en Querétaro también pondrá en marcha cursos de fines de semana para emprendedores, con ideas totalmente contrarias a las de una incubadora de empresas. Mientras en una incubadora se protege el crecimiento de los emprendedores, en los cursos se les reta, se les pone dificultades más grandes de las que se podrían enfrentar, pues sólo así serán capaces de crecer, punto en el que analiza que Google y Disneylandia son empresas que nacieron de una idea “de garaje” y debieron superar retos; ninguna creció al interior de un capullo protector.
Narra que sus oportunidades se le presentan solas, sí, él siempre piensa en nuevos proyectos, pero Dios o la vida deciden cuáles se concretan y hacia dónde va su camino, mientras platica algunas de sus próximas ideas emprendedoras, entre las que se dará tiempo para visitar sumar todos los países del país, diez de ellos en Africa, como Burkina Faso y Senegal.
“Coca-Cola, Canon, HSBC”, my oficial sponsors, follow me Yasik Smirnoff”, es la leyenda que aparece en su mochila, que, en ocasiones, se vuelve su única compañera, aunque explica que una entrevista de National Geographic le abrió puertas, toda vez que en sus recorridos por el mundo siempre llega con personas dispuestas a enseñarle la zona o bien, presentarle algún proyecto.
“A los 21 National Geographic me contactó, en Europa, de alguna forma se enteraron de mi historia y me comentaron “queremos entrevistarte”… había visitado 107 países…
Resalta que permanecerá unos diez días más en Querétaro, donde recibirá propuestas, ya sea de alguien que necesita que lo oriente sobre cómo poner en marcha su idea; acompañar a quien quiera ir por unos tacos, o para vender la miel que trae de Siberia, que vende a 200 pesos kilo, mientras que el mismo producto lo encuentran en negocios mexicanos a 300 el medio kilo, esto a través de su celular, abierto al público, dice 55 45 84 16 70.
“Es mi séptima u octava vez en México… Estoy trabajando con comunidades indígenas y otras comunidades pequeñas… el proyecto que tengo (con ellas) es crear empleos bien remunerados para jóvenes de las comunidades; ese es un gran problema en las comunidades, que no tienen empleo”.
Por último afirma desconocer cómo logró combinar dos mundos, uno lleno de gente alternativa, hippies, comunidades y lenguas nativas, el otro, el conformado por proyectos formales y empresarios.
