Con los parques y espacios públicos clausurados, los pocos ciudadanos que salen a la calle en Santa Rosa Jáuregui se sientan en las banquetas y los alrededores, algunos aún no creen que la pandemia del Covid-19 sea real, pero se animan a salir.
Comúnmente llamado “Sábado de Gloria”, este día de la Semana Mayor es donde muchas personas acostumbran mojarse o ir a balnearios, pero este día fue diferente, muy poca gente en la calles, más de la mitad de los comercios están cerrados, solo los de venta de comida y carnitas están abiertos.
Sentados en una banca, afuera de la delegación y aprovechando la poca sombra que hay, una pareja de jóvenes platican y ríen, viven su romance, cuentan que ya casi ni se ven por el Covid-19, son incrédulos de la enfermedad, pero aprovechan la mañana del sábado para dar una vuelta y regresar a sus casas.
“Está mal (el cierre de los jardines y parques), siento que si tenemos que cuidarnos porque no sabemos si es verdad o es mentira lo del virus pero si se ve triste, la verdad, cuando tenemos tiempo libre nos vemos, porque trabajo luego no tenemos tiempo y este lugar es el que nos queda más cerca”, comentó María de los Ángeles, vecina de Santa Rosa Jáuregui.
Comerciantes de globos y juguetes de plástico que se venden en el parque y antojitos, ahora están en las esquinas, amontonados y sin poder recorrer los pasillos para ofrecer sus productos solo se quedan parados a esperar a que alguien se acerque a comprar, cuenta que a veces venden uno o dos juguetes al día.
Leandro Estada, vendedor de juguetes de plástico y globos explica que bajaron las ventas, pues poca gente acude al parque central de esta pintoresca delegación, “si han bajado las ventas, nos quedamos aquí en la esquina, en el precio de casi la mayoría de juguetes está en 50 pesos”.
Los boleros se instalaron a las afueras de la delegación, acuden uno que otro cliente a darle brillo al calzado, no pueden darse el lujo de perder los 20 pesos por boleada que cobran en este céntrico espacio.
Algunas zonas comerciales de Santa Rosa Jáuregui lucen vacías, son más los comerciantes en las calles que gente, desde el mercado a lo largo de la calle Independencia el movimiento son locatarios acomodando cazos de carnitas o venta de ropa, otros venden flores pero poca gente es la que llega.
El sábado de Gloria es un sábado sin movimiento, un sábado sin gente y sin niños, se extraña el sonido de los cuchillos cortando las cartitas en la tabla o los puestos de comercios ofreciendo diversos productos, las heladerías cerrada, muchos afirman que la recuperación será difícil y lenta, pero no queda otra más que salir adelante.