/ jueves 4 de octubre de 2018

Estafador enganchaba en Central Park

Laura Patricia cuenta cómo “invirtió” 125 mil pesos prestados para recibir, según la promesa, 4,700 pesos por mes “sin hacer nada”

La publicidad a través de medios serios, las oficinas en edificios confiables y la necesidad de ganar más dinero para ayudar a su mamá, llevaron a Laura Patricia a caer en el fraude de la empresa Corporación Internacional de Franquicias Élite, donde invirtió 125 mil pesos en una franquicia inmobiliaria, la mitad de ese dinero prestado, con la promesa de recibir casi cinco mil pesos mensuales de rendimiento.

Tuvo el primer contacto con la gente de Élite en 2016 y hoy se cuestiona a sí misma “por creer que puedes ganar dinero sin hacer nada”. En aquel momento su mamá necesitaba su ayuda económica y Laura pensó que podía hacer un esfuerzo por invertir su dinero para apoyarla a enfrentar los gastos por una enfermedad que padecía.

No lo sabía en aquel momento, pero se convirtió en una de las cien personas defraudadas por el gerente de la empresa, Erick Alejandro N., quien operó en estados como Puebla, Michoacán y San Luis Potosí y hoy sólo espera que le regresen su dinero, porque la mitad es de su hermana a la que convenció de prestarle para recibir los rendimientos más altos.

“Estuvieron haciendo publicidad a más no poder en diferentes medios confiables, sobre todo en radio, lo platicaban muy bonito, que podías invertir y no hacer nada, que ellos manejaban tu franquicia y te iban a depositar cada mes dependiendo del monto que invirtieras. Era ser parte de una franquicia, en mi caso Escalona Golden, que era una franquicia de bienes raíces. Yo estaba en una situación algo vulnerable porque quería más dinero para ayudar a mi mamá y lo vi como una forma de tener más dinero y ver qué más podía hacer por mi mamá, era muy atractivo”, recuerda.

Con el apoyo de su hermana, invirtió los 125 mil pesos para recibir más de 4 mil 700 pesos mensuales. Acudió al piso 11 del edificio Central Park, donde se encontraban unas oficinas “muy amplias, muy elegantes”; incluso meses después, cuando se cambiaron a otro edificio en la esquina de Tecnológico y Zaragoza, le avisaron con tiempo de la mudanza y eso le dio confianza.

La primera vez fue a pedir información en compañía de una amiga, que no tuvo todo el dinero necesario para invertir, pero Laura sí regresó y firmó un convenio donde se estableció el monto y el plazo de la inversión, la cuenta a la que le depositarían el dinero cada mes y otros detalles del acuerdo.

Firmó el contrato el 15 de septiembre de 2016, le depositaron la primera cantidad en noviembre en noviembre de ese año y la segunda en diciembre, pero en enero de 2017 ya no hubo depósito, ni en febrero cuando fue a las nuevas oficinas a reclamar.

“Todavía no estaban instalados los locales, tenían todo en el piso. Querían que entrara a otras franquicias pero ya no entré, ya lo sospechaba. Ahí coincidí con otra señora afectada y decidimos unirnos, junto con muchos otros, muchos más, la empresa se fue de ahí y les perdimos el contacto. Al gerente le perdí la pista, había otra mujer, Gaby, que trabajó en medios de comunicación y fue el primer enlace, ella me contactó con su gerente”, relata.

Su primer paso fue acudir a la Comisión Nacional para la Protección y defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), “porque era la oficina que estaba más cerca de la empresa”. De ahí la mandaron a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) donde le recomendaron presentar la denuncia por fraude en la Fiscalía General de Justicia.

Dudó en acudir a la fiscalía porque algunos abogados que consultó negaron que existiera un fraude, “porque yo estuve de acuerdo en ser inversionista de esa franquicia” y las inversiones son riesgosas, además que la matriz estaba en Puebla y “pensé que me saldría más caro”.

“Decidí presentar la denuncia en la Fiscalía. Le dije a mi hermana lo que pasó, todavía no le he pagado. En la Fiscalía nos dijeron que éramos varios y que eso era conveniente para nosotros, me pidieron mis estados de cuenta para comprobar los dos depósitos que me hicieron. Es un dinero que yo ya no cuento, pero si me los regresan va a ser muy bueno para irme de vacaciones, porque mi mami ya no está, que era el objetivo”, recuerda.

A Laura la citaron este miércoles en la Fiscalía para declarar en el caso, luego de que lograron la detención Erick Alejandro N., gerente de Corporación Internacional de Franquicias Élite, quien podría recibir hasta 50 años de cárcel por fraude maquinado contra unas cien personas de Querétaro.


La publicidad a través de medios serios, las oficinas en edificios confiables y la necesidad de ganar más dinero para ayudar a su mamá, llevaron a Laura Patricia a caer en el fraude de la empresa Corporación Internacional de Franquicias Élite, donde invirtió 125 mil pesos en una franquicia inmobiliaria, la mitad de ese dinero prestado, con la promesa de recibir casi cinco mil pesos mensuales de rendimiento.

Tuvo el primer contacto con la gente de Élite en 2016 y hoy se cuestiona a sí misma “por creer que puedes ganar dinero sin hacer nada”. En aquel momento su mamá necesitaba su ayuda económica y Laura pensó que podía hacer un esfuerzo por invertir su dinero para apoyarla a enfrentar los gastos por una enfermedad que padecía.

No lo sabía en aquel momento, pero se convirtió en una de las cien personas defraudadas por el gerente de la empresa, Erick Alejandro N., quien operó en estados como Puebla, Michoacán y San Luis Potosí y hoy sólo espera que le regresen su dinero, porque la mitad es de su hermana a la que convenció de prestarle para recibir los rendimientos más altos.

“Estuvieron haciendo publicidad a más no poder en diferentes medios confiables, sobre todo en radio, lo platicaban muy bonito, que podías invertir y no hacer nada, que ellos manejaban tu franquicia y te iban a depositar cada mes dependiendo del monto que invirtieras. Era ser parte de una franquicia, en mi caso Escalona Golden, que era una franquicia de bienes raíces. Yo estaba en una situación algo vulnerable porque quería más dinero para ayudar a mi mamá y lo vi como una forma de tener más dinero y ver qué más podía hacer por mi mamá, era muy atractivo”, recuerda.

Con el apoyo de su hermana, invirtió los 125 mil pesos para recibir más de 4 mil 700 pesos mensuales. Acudió al piso 11 del edificio Central Park, donde se encontraban unas oficinas “muy amplias, muy elegantes”; incluso meses después, cuando se cambiaron a otro edificio en la esquina de Tecnológico y Zaragoza, le avisaron con tiempo de la mudanza y eso le dio confianza.

La primera vez fue a pedir información en compañía de una amiga, que no tuvo todo el dinero necesario para invertir, pero Laura sí regresó y firmó un convenio donde se estableció el monto y el plazo de la inversión, la cuenta a la que le depositarían el dinero cada mes y otros detalles del acuerdo.

Firmó el contrato el 15 de septiembre de 2016, le depositaron la primera cantidad en noviembre en noviembre de ese año y la segunda en diciembre, pero en enero de 2017 ya no hubo depósito, ni en febrero cuando fue a las nuevas oficinas a reclamar.

“Todavía no estaban instalados los locales, tenían todo en el piso. Querían que entrara a otras franquicias pero ya no entré, ya lo sospechaba. Ahí coincidí con otra señora afectada y decidimos unirnos, junto con muchos otros, muchos más, la empresa se fue de ahí y les perdimos el contacto. Al gerente le perdí la pista, había otra mujer, Gaby, que trabajó en medios de comunicación y fue el primer enlace, ella me contactó con su gerente”, relata.

Su primer paso fue acudir a la Comisión Nacional para la Protección y defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), “porque era la oficina que estaba más cerca de la empresa”. De ahí la mandaron a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) donde le recomendaron presentar la denuncia por fraude en la Fiscalía General de Justicia.

Dudó en acudir a la fiscalía porque algunos abogados que consultó negaron que existiera un fraude, “porque yo estuve de acuerdo en ser inversionista de esa franquicia” y las inversiones son riesgosas, además que la matriz estaba en Puebla y “pensé que me saldría más caro”.

“Decidí presentar la denuncia en la Fiscalía. Le dije a mi hermana lo que pasó, todavía no le he pagado. En la Fiscalía nos dijeron que éramos varios y que eso era conveniente para nosotros, me pidieron mis estados de cuenta para comprobar los dos depósitos que me hicieron. Es un dinero que yo ya no cuento, pero si me los regresan va a ser muy bueno para irme de vacaciones, porque mi mami ya no está, que era el objetivo”, recuerda.

A Laura la citaron este miércoles en la Fiscalía para declarar en el caso, luego de que lograron la detención Erick Alejandro N., gerente de Corporación Internacional de Franquicias Élite, quien podría recibir hasta 50 años de cárcel por fraude maquinado contra unas cien personas de Querétaro.


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