El cambio no está en los candidatos, está en el pueblo y este año es el definitivo para lograrlo, apuntó el ex diputado federal, Gerardo Fernández Noroña, quien dijo que la designación de Gilberto Herrera Ruiz como candidato al Senado de la República por Querétaro es un buen mensaje para la ciudadanía.
Durante la conferencia “Ley de seguridad interior y el reto del proyecto alternativo de nación”, que impartió en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAQ, Fernández Noroña mencionó que la gente está harta de la situación actual del país por lo que son ellos los que deben buscar ese proceso de cambio para echar abajo leyes y reformas para poner todo al servicio del pueblo.
“La gente está harta, quiere un proceso de cambio y la única garantía de que ese cambio se haga no está en los candidatos, no está en Andrés Manuel, está en el pueblo, en la gente en que actuemos y empujemos para ponerlo todo al servicio de nuestro pueblo y se va a requerir de mucha determinación este es nuestro año, 2018 es el año definitivo”, afirmó el ex diputado federal.
Mencionó que cualquier persona que esté dispuesta a luchar puede formar parte de este proceso de cambio, siempre y cuando sean honestos y leales, por lo que aplaudió la designación del exrector de la UAQ, Gilberto Herrera Ruiz, lo que es un buen mensaje para el pueblo queretano.
Sobre la candidatura del líder del Sindicato de Trabajadores Mineros de la República Mexicana, Napoleón Gómez Urrutia, el exdiputado argumentó que se trata de un perseguido político, ya que si fueran ciertas las acusaciones que se le imputan, desde hace muchos años hubieran podido detenerlo por proceso de extradición.
“Napoleón es un perseguido político porque si fuera cierto lo que dicen habría sido detenido y extraditado, está en Canadá y hay tratado de extradición con ese país, entonces no hay ningún problema sólo que están mintiendo (…), de Andrés Manuel dicen que es corrupto y ahí está a la vista y no lo han demostrado”, agregó.
Durante su ponencia, Gerardo Fernández Noroña destacó que la aprobación de la Ley de Seguridad Interior tiene un trasfondo político, que resulta “gravísimo” para la población, toda vez que viola los derechos y garantías de la población y permite imponer un toque de queda en las calles sin consentimiento de nadie.
Al respecto subrayó que el ejército lleva once años en las calles y hasta el momento no ha habido un cambio en cuanto a la seguridad del país, por lo que no es necesario una ley que viola el marco constitucional y que deberá analizarse para su revocación.