Miles de personas se reunieron en la llamada Fiesta Grande, en honor a Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, en el municipio de Colon, en la festividad más importante para la Diócesis de Querétaro en un jolgorio de danzas, decenas de comercios en los alrededores y peregrinos de todas las parroquias en el estado.
A pie, en bicicleta, en caravana motociclista o a caballo, personas de distintas localidades acudieron al pie del Santuario para ofrendar y agradecer a la Virgen de Soriano las dádivas otorgadas durante el año, así como el cumplimiento de mandas por el que algunos fueron de peregrinos, con los colores morado y blanco entre sus pertenencias.
La mayoría de peregrinos se encontraba descansando en diversos rincones, espacios y áreas verdes, luego de acudir al Santuario y mostrar respeto ante la figura de la Virgen, en una práctica anual donde muchos fieles, aún pese a lo que implica caminar bajo el sol durante horas, refrendan su fe religiosa.
"Tengo 25 años viniendo diario; le hice una promesa a la Virgen para que cuidara a mi madrecita luego de un accidente que tuvo y de eso ya 25 años. Mi mamá mejoró y aunque falleció hace 10, aún vengo porque así fue la promesa", explicó Eva Leticia, originaria de Cadereyta.
Como ella, en esta celebración hay miles de historias que coinciden en Soriano, de peregrinos que llegan cansados e insolados para ingresar a la Basílica, entrando por Francisco I. Madero, donde fotógrafos aprovechan para vender su trabajo a los turistas, con esta iglesia detrás en una foto para el recuerdo.
A la par de la multitud, en las calles de los alrededores se encuentran decenas de puestos coloridos, de venta de ropa, juguetes, comida, bebidas, plantas, objetos religiosos, entre otros; un tianguis extenso que abarca no solo Francisco I. Madero, sino la calle Salvador Díaz Mirón, Carlos Rovirosa y Del Salitrillo.
Se contó con la presencia de cuerpos policiales quienes resguardaron el sitio para protección de la ciudadanía, quienes dirigieron el tránsito vehicular para el cuidado de los peregrinos que llegaron durante el transcurso del día. Además de personal de Protección Civil, paramédico y del cuerpo de bomberos.
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La historia de la construcción de esta Basílica se debe a la gran afluencia de peregrinaciones al templo de Santo Domingo para venerar a la imagen de la Virgen de los Dolores, la cual fue trasladada en 1703 de Zimapán a Cadereyta y posteriormente a Santo domingo en 1705, en donde estuvo casi dos siglos hasta que se construyó su nuevo templo, hoy Basílica de Soriano.
