Yo soy guadalupana desde siempre y todos los años vengo a ver a la Virgen para celebrarla, afirmó María, una queretana devota de la Morena del Tepeyac que desde hace 46 días inició con los festejos uniéndose a los rosarios que se rezaron en el templo de La Congregación y que culminan hoy con una de las máximas fiestas católicas mexicanas.
Los puestos de antojitos mexicanos instalados en las inmediaciones del templo están a la espera de todos los visitantes que recibirá la guadalupana, en una fiesta que comenzó desde la madrugada de hoy con las tradicionales mañanitas interpretadas por diferentes grupos y asociaciones, y que concluirá a las 21 horas, cuando se oficie la última celebración litúrgica.
“Estar aquí es como venir a ver a mi madre”, comenta María, quien se siente emocionada por vivir un año más la tradicional celebración del 12 de diciembre. Se dice agradecida con la Morena del Tepeyac que a lo largo de su vida la ha llenado de muchos regalos “le estoy muy agradecida por todo lo que ha hecho en mi vida, sobre todo el hecho de estar viva y con salud, además de tener a mi familia”, afirmó.
Hay quienes tienen tanto que agradecerle a la Guadalupana que aseguran no tener con qué pagarle los favores, es por ello que sus rezos y la veneración se vuelven parte de su vida, sobre todo en los momentos más difíciles.
La sanación de una enfermedad, la solución de un problema, la conversión de un familiar y hasta la salvación de un accidente, son algunos de los milagros que la Virgen de Guadalupe ha hecho a los guadalupanos queretanos quienes agradecidos acuden a su casa cada año para celebrarla.
“A mi suegra le detectaron cáncer por segunda vez, entonces la tuvieron que operar, nosotros la pusimos en manos de la Virgen de Guadalupe y todo salió muy bien, es por eso que vengo a agradecerle a mi virgencita por todo lo bueno que ha hecho en nosotros”, reconoció Ana María de los Ángeles.
Hay algunos otros que acuden a la Virgen cada vez que tienen una preocupación para que ella sea quien ilumine su mente y puedan solucionar su problema, “acudimos a ella para platicarle y darle las gracias, venimos y platicamos con ella y nos ilumina para saber qué tenemos que hacer”, agregó Hortencia Rangel.
Sin importar condición social, edad o género, los queretanos acuden a visitar a la Guadalupana, para elevar una oración, prender una veladora y ofrecerle un ramo de rosas con las que se adornan todo el templo durante su celebración.