En Querétaro hay una tendencia cultural de hábitos y prácticas relacionadas a un consumo excesivo de los recursos naturales, principalmente del agua, debido a la industria, refirió el sociólogo y académico Gerardo García Guzmán.
Para el especialista en temas relacionados al agua, la disponibilidad hídrica ha ido disminuyendo en la entidad, esto debido a que la demanda de agua supera la oferta y que se refleja en la cantidad por año de cada persona que se estima entre los 990 metros cúbicos, cuando el mínimo referencial es de 5 mil metros cúbicos.
“Lo que nosotros vivimos en Querétaro, con nuestros 45 parques industriales, fraccionamientos cerrados, en una ciudad clavada en el semidesierto... Este tipo de urbanidad obedece a un estilo de vida económico, más que una necesidad biológica", refirió.
Añadió que el tema del agua, en vinculación “con ser la sexta entidad en México con mayor grado de estrés hídrico”, se debe a la generación de proyectos de desarrollo inmobiliario y de cambios de uso de suelo, además de la industria que acapara los recursos para su sustento sin garantizar el cuidado del ambiente.
"Nosotros creemos que las problemáticas ambientales no pueden verse si no reparamos en las relaciones de poder y hay que ponerles nombres, nexos, y empiezan a aparecer los apellidas con las élites corporativas y políticas queretanas que tienen una visión a largo plazo del crecimiento de la ciudad, y desde hace décadas se están acaparando el suelo, los territorios y en específico el agua", comentó.
Sostuvo que en la entidad hay concesiones de agua a empresas privadas que “controlan grandes extensiones de la ciudad y tocan, incluso, las grandes zonas protegidas. La ciudad no tiene a dónde crecer, sino en estas zonas y en los ejidos también, los cuales se ven afectados", incluso, en la investigación que realizó García Guzmán, hace referencia a las empresas “Abastecedora Queretana de Agua y Alcantarillado S.A. de C.V., la Operadora Querétaro Moderno S.A. de C.V. y Bienes Raíces Juriquilla S.A de C.V, que operan en los conjuntos inmobiliarios de la zona metropolitana nororiente, como Zibatá, La Pradera y El Regido, El Refugio y Zakia”.
El asunto del agua en la entidad es una problemática que se había advertido con anterioridad, sin embargo, no hubo una regulación adecuada en tanto el crecimiento industrial, “quienes requieren del recurso hídrico para su funcionamiento”.
"Uno de los principales mecanismos para asegurar el control territorial de la periferia metropolitana es el control de las infraestructuras y de la gestión del agua. Mucho se va en concesiones de empresas privadas que desvían los flujos hacia sus parques industriales, pero darle agua a unos implica quitarselas a otros", concluyó.
