Por cada mujer que se muere de cáncer de mama, cinco se mueren de un infarto, lo que debería obligar a la sociedad a tomar ese padecimiento más en serio y, sobre todo, prevenir, pese a ello, cada vez más jóvenes presentan factores de riesgo que en un futuro, derivarían en padecimientos del corazón.
Septiembre es el mes del corazón, por lo que DIARIO DE QUERÉTARO se dio a la tarea de ahondar en los factores de riesgo su buen funcionamiento del corazón, e incluso se adentró en la vida de una de esas personas que sí logró sobrevivir a un infarto, pese a que el 50% de a quienes les ocurre muere antes de llegar al hospital.
José Ernesto Pombo, Presidente de la Sociedad de Cardiólogos de Querétaro, razonó que la alta incidencia debería provocar que cada septiembre se unieran todos los sectores: sociedad, gobierno y sector privado, tal como ocurre con el cáncer de mama, pues hasta los laboratorios particulares ofrecen descuentos para ayudar en la prevención.
Sedentarismo y obesidad se encuentran entre los factores de riesgo que hacen vislumbrar una futura población adulta con problemas del corazón, y a ellos se suman: tabaquismo, ingesta de alcohol, hipertensión, diabetes y altos niveles de colesterol malo. Quienes tienen factores de riesgo deberían recurrir a un médico especializado, quien tomará en cuenta situaciones como: desde cuando existen dichos riesgos, recomendará lo que se debe hacer para reducirlos y ordenará dejar las actitudes que los agravan. Las enfermedades congénitas se detectan en menores de 20 y 30 años, pues comienzan a presentar síntomas.
Sí existen acciones para reducir los índices, entre ellas la creación del Código Infarto, programa del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), gracias al cual se logró reducir los índices de mortandad en el hospital Siglo XXI del 26% al 9%, especialmente con su programa de detección y atención oportuna, al que se suma el esquema AsiSSSTE, del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).
CUATRO INFARTOS POR HORA
De acuerdo a cifras del IMSS, cada hora se registran cuatro infartos, mientras que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indicó, en el 2017, que el 11% de las muertes de Querétaro derivan de un infarto, mientras que el promedio nacional es del 27 por ciento.
Los hombres tienen 30% más de probabilidades de sufrir un infarto, pues gracias al estrógeno, la grasa de las mujeres se distribuya a diferentes partes del cuerpo, no al corazón y las arterias, aunque esa característica se detiene al llegar la menopausia.
En este punto resaltó que las edades en las que más se registran infartos son de los 40 a los 45 años, en el caso de los hombres y de los 50 a los 55, en el de las mujeres, pero lamentó que la creencia popular dicta que las mujeres no sufren infartos, lo que impide que se le dé la atención debida pese a que para salvarles la vida cada segundo cuenta.
“La atención oportuna de un infarto, lo ideal es que sea en los primeros 30 minutos, ahí se puede dar una reperfusión (destapar la arteria) con medicamentos, si es que el hospital donde acude no hay forma de abrirlo mecánicamente… en los primeros siete o 20 minutos abrir la arteria… si no se abre la arteria, la muerte cardiovascular puede ser súbita, se puede morir de los primeros cuatro minutos a las 12 horas… En cuatro minutos si el infarto involucra a la arteria principal”, declaró, por lo que recomendó a la población, además de llamar a los cuerpos de emergencia, aprendan reanimación cardiopulmonar.
LAS MUJERES TAMBIÉN SE INFARTAN
Era el 2010 cuando Teresa Sedano recorría los pasillos de una plaza comercial, cuando de repente se dio cuenta de que requería ayuda, pues se sentía muy débil, su hija, Theresa, la trasladó a una clínica en Cuernavaca, en donde le informaron que sufrió de un infarto.
La idea de que su corazón se encontraba mal jamás le pasó por la cabeza, y menos que dos años después le recomendarían colocarse varios stents, pero sólo aceptó intervenirse para colocar dos, pues esos enchufes que ayudan al corazón a bombear sangre implican procesos tanto desgastantes como costosos.
Ahora vive en Querétaro y recuerda que ese primer infarto la hizo muy consciente de que en cualquier momento puede morir y recomienda a todas las mujeres que acudan al médico de manera oportuna, pues ella no sabía que esa especie de dolor fuerte de muelas que da en el maxilar inferior es un claro indicio de que se sufrirá un infarto.
El cuerpo queda sensible después de un infarto, recordó al narrar que le costaba gran trabajo visitar a su madre, María de Los Ángeles Mercado, en el centro de asistencia en el que debió internarla, luego de que varias veces se le salió de la casa. El 2010 murió María de Los Ángeles, y subir la rampa para llegar a ella hacía que sintiera como si el corazón quisiera salírsele por el cuello.
Hoy lamenta todas las “tonterías” que hizo, como fumar en exceso, quedarse de pie hasta las cuatro de la mañana para pintar. Incluso le invirtió muchas horas de desvelo a sus libros, mismos que publicó bajo el seudónimo de Teresa Vizcarra, recuerda mientras muestra algunos de sus libros: “Novelas cortas, cuentos largos” y su novela: “Anillo de compromiso”, próxima a publicarse.
Antes del infarto sufrió un aneurisma por el que hasta en cuatro ocasiones se le dictaminó muerte clínica y el ocho de enero de este año sintió un fuerte golpe en el tórax, acompañado de la sensación de desvanecimiento.
Nada la alteraba, se encontraba acomodando esferas en cajas, su hijo tocó a la puerta, y de repente, sintió como si la golpearan en el tórax y se desvaneciera. Al oírla gritar, su hijo se metió por el patio y en seguida llegaron al sanatorio, donde les informaron que experimentó una arritmia.
Declaró que cada uno de los episodios tuvo en común que puso su vida en manos de Dios, y al analizarlos, reiteró su llamado a la ciudadanía para que adopte medidas de prevención.
