En 22 años que lleva como bolero de los 74 que tiene de edad, José Luis Francisco, quien además de ser nacido en Querétaro, aseguró que ha tenido la suerte de ser el aseador de zapatos de dos gobernadores. Uno de ellos, Pepe Calzada, quien, afirmó, lo invitaba cada semana a su casa para que le aseara el calzado que iba a utilizar en los días consecuentes. “Siempre fui discreto y no le preguntaba nada, sólo iba a hacer mi trabajo”.
En el caso de Pancho Domínguez, dijo que éste le mandaba el calzado con una persona hasta el puesto que tiene en Plaza de Armas. En ocasiones, José Luis Francisco, emocionado, desvía el tema para hablar de su pasión: la lucha libre.
Mostró las marcas de las heridas en la frente y comparte que estuvo sumergido en ese ambiente desde 1966 a 2007 con el nombre de “El Coloso”. Mencionó que estuvo en el cuadrilátero con Blue Demon, Caníbal y El Villano. Mencionó que tiene 34 años con diabetes y diversas lesiones por el deporte que practicó.
Sobre sus inicios en el oficio de bolero comentó fue a ver a un amigo que tenía el puesto precisamente en donde él está, pero que se enfermó y falleció, pero antes de partir le pidió a José Luis Francisco que se quedara en su lugar.
“Antes atendíamos como a 15 o 20 personas, pero con el paso del tiempo la situación ha bajado, porque ahora nos vamos con tres o cuatro”, indicó. El bolero de oficio atribuyó esta situación a que varias oficinas se han descentralizado; es decir, que antes los empleados aprovechaban la presencia de los boleros para asear su calzado.
“Incluso, las personas que venían a ver al magistrado, aquí en el Palacio de Justicia, se boleaban los zapatos porque querían entrar muy pulcros, pero ahora ya ni hay empleados casi, se llevaron las oficinas para otro lado”, expuso José Luis Francisco.
Argumentó que antes, con tanto trabajo que tenían era cansado el oficio, pero que, en su caso, como hacía ejercicio aguantaba. “Siempre me ha gustado el ejercicio, porque cuando luchaba entrenaba de cuatro de la tarde a once de la noche todos los días”.
Algo que le dio experiencia para trabajar en ese oficio es que, de acuerdo con lo que platicó, su padre llegó con ese oficio a Querétaro cuando salió de la Ciudad de México.
“El Coloso”, como era llamado en la lucha libre, habló sobre la diabetes que le aqueja hace 34 años, más las lesiones que acumuló a lo largo de su carrera luchística. Ejemplo de ello, reveló que tiene una hernia en la Columba vertebral, así como afectaciones en las rodillas.
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“Así terminamos la mayoría de los luchadores porque no nos retiramos a tiempo”, expresó al recordar que en su época de luchador llegó a pesar 95 kilogramos, lo que, señaló, le permitió obtener un título vacante en la categoría de peso welter. Añadió que esa pelea la ganó a otro queretano que vive y tiene un negocio de muelles en la colonia Lomas de Casa Blanca.
Por ahora, José Luis Francisco “El Coloso”, continua con su trabajo como bolero, y es uno de los cinco con los que cuenta Plaza de Armas. Aseveró que para todos hay clientes, ya que algunas personas los buscan directamente.