La Navidad será un paso y signo más de la vida hacia la vida plena de Dios, señaló Fidencio López Plaza, obispo de la Diócesis de Querétaro, en el marco de la misa de Navidad oficiada en la Santa Iglesia Catedral del estado, en la que mencionó que la Navidad es la fiesta de Dios en el cielo y la paz en la tierra.
Durante la misa, el obispo recordó las principales lecciones de la vida cotidiana que Dios ha enseñado con el camino recorrido a través del encendido de las velas de la corona de adviento.
"El camino que hemos recorrido encendiendo las velas de la corona del adviento, desde que todas las velas estaban apagadas, hasta ahora en la que todas están encendidas, Dios nos ha ido enseñando las principales lecciones de nuestra vida cristiana", refirió.
La primera lección, dijo, se da cuando sobre abundó la gracia por encima del pecado, esto luego de llegar la oscuridad causada por la caída de la tentación de Adán y Eva de querer ser como Dioses. Así, Dios se hizo niño, pan y vino, misterio de comunión con la humanidad.
La segunda lección, agregó, es la compresión del misterio de Dios encarnado en el misterio de cada hombre y mujer, cuando Dios nació en Belén, donde solo algunos pastores tuvieron ojos para ver y oídos para escuchar el llamado de los ángeles y encontraron al niño en un pesebre, con pañales.
La tercera permite comprender que la misericordia se encarnó en la miseria, debido a que Dios "nos amasó con sus propias manos y nos hizo a su imagen y semejanza; en tanto, añadió, la cuarta permite comprender que las personas no tienen nada que ofrecer que puedan llamar nuestro, pues lo más nuestro es su miseria, pecado, admiración y gratitud al padre Dios. "Gracias, padre, por tanto amor".
La última lección de la vida cristiana permite comprender que el lugar de Jesús es el centro y el de la humanidad la periferia, por lo que el cristiano más feliz será siempre un descentrado.
"La Navidad es la fiesta de Dios que viene a ocupar el lugar que le pertenece, el centro, él es la luz del mundo y la sal de la tierra", enfatizó.
Durante la misa, una familia llevó al niño Dios para ser bendecido.