Nuevo titular de la DEDH debe tener deseo de servir

Zulema López

  · lunes 13 de febrero de 2017

LA TITULARIDAD de la Defensoría exige un verdadero deseo de servir y velar por la comunidad. Foto: Fernando Reyes

El obispo de Querétaro, Faustino Armendáriz Jiménez, apuntóla necesidad de que quien se encuentre al frente de la Defensoríade Derechos Humanos sea una persona con verdadero deseo de servir yvelar por el bien de la comunidad, además de tener experiencia enderechos humanos.

“El gran reto es implementar la justicia, luchar contra laimpunidad, contra todos aquellos actos de corrupción. Yo creo quela ciudadanía merece al mejor, o a la mejor candidata para estatarea tan importante”.

Al ser abordado respecto a las denuncias presentadas portrabajadores y ex trabajadores del presidente saliente, Miguel NavaAlvarado enfatizó que quien esté al frente de la Defensoríatiene que ser una persona muy objetiva.

“Una persona que, es cierto, con criterio, pero también condeseos de servir y de ayudar a los demás, de manera muy clara ydejarse ayudar”.

En este tema recordó que la Defensoría también cuenta con unconsejo ciudadano, de ahí que la nueva titular lo deberáoptimar.

El jerarca católico subrayó que las recomendaciones de laDefensoría no son obligatorias, de ahí que resulta imprescindibleque quien quede al frente se caracterizarse por un verdadero deseode servir y no “irse para otros lados que no sean el servicio yel bien de la comunidad en el marco del derecho”.

Lo anterior lo declaró en entrevista posterior a encabezar lamisa en la Santa Iglesia Catedral, en la que contó con laparticipación de los integrantes del Encuentro Familiar Mundial,ante quienes fijó la necesidad de continuar abriendo caminos y deacercamiento con las familias, sobre todo ante las situaciones deagresión que se viven.

Por último, y dentro del acto eclesiástico, dijo que la vidacristiana no se puede vivir en solitario, pues es indispensablehacerlo en sociedad e hizo un llamado a la reconciliación.

“Que Dios nos ayude a ir tendiendo puentes de diálogo ytambién de amor. Las leyes, no por el hecho de ser leyes,garantizan el bien común; la paz social, el bienestar, la dignidadhumana y la fraternidad de los pueblos, ellas son solamente uncamino, sin embargo; lo más importante es lo que Jesús hoy nospide: que estas sean motivadas y tuteladas por el amor”,finalizó.