Para las niñas y niños en Querétaro, el confinamiento derivado de la pandemia por Covid-19 fue un acontecimiento que afectó su salud mental, al presentar sentimientos de ansiedad, miedo o tristeza, situación que tendrá que analizarse a fin de conocer las consecuencias en su aprendizaje y socialización; así lo indicó Alma Érika Kopca Valencia, psicóloga clínica experta en terapia para infantes.
Para la especialista, los niños enfrentan un mayor impacto emocional y en su vida diaria con el confinamiento a diferencia de las personas adultas, "porque esta es la etapa donde estamos conociendo, socializando, en poder palpar, explotar los sentidos como la vista, el oído, el tacto, el olfato, los sabores... y de repente se fueron a encerrarse en casa y a una pantalla".
Al respecto, detalló que fue impactante ver a niños y niñas que iban en el preescolar y tomar clases virtuales, creciendo con este hecho hasta la fecha, lo que puede influir en afectaciones en el desarrollo en una edad donde se requiere de mayor socialización, de compartir y conocer el entorno a base de juego, dinámicas propias de un infante.
"A lo mejor las mamás hacían lo suficiente para seguir indicaciones, pero la convivencia con tus iguales fue lo que hizo para atrás los procesos con los chicos; no poder tocar, jugar con tu compañerito de al lado, todo fue pegando muy fuerte. Donde se notó mucho fue con los cambios de preescolar a primaria o quienes terminaban la primaria y pasaron a secundaria. Fue muy fuerte porque son dos años en un proceso educativo que no conocieron en forma presencial", dijo.
Mencionó que las instancias educativas junto a los docentes, buscaron la manera de resolver la situación con programas y planteamientos pedagógicos que llevaron a niños y niñas a aprender a través del mundo digital, "sin embargo no fue suficiente, porque tenemos chicos que no aprendieron, no socializaron, no tuvieron ese otro contacto, desarrollo; hay jóvenes de 14 años que tenían 12 cuando inició esto y en terapia dicen que se perdieron de muchas cosas, de salir".
A decir de instituciones como la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), los niños y niñas de 3 a 12 años mostraron malestares subjetivos que no constituyen patologías ni trastornos en salud mental, relacionados a irritabilidad, mal humor, enojo, fastidio, intolerancia, miedo y temores vinculados a la preocupación por el contagio de sus padres.
"Desde la infancia vienen las bases de lo que vamos desarrollando para conocer el tipo de adulto que voy a ser", mencionó, y añadió que con la pandemia se puso en la agenda mediática el asunto de la salud mental y su cuidado, lo que hace cuestionar el cómo será el regreso a clases presenciales y lo que se denomina como normalidad, de manera paulatina.
"¿Cómo será el regreso? Luego de dos años, regresaremos distintos, más grandes, habrá cambios. Muchas escuelas trabajaron la parte psicológica de cómo recibir esta parte, con un cubrebocas, porque no ha terminado. Seguimos en este estado de alerta. Tengo niños que no querían regresar porque tenían vergüenza de cómo los iban a mirar", concluyó.
