/ jueves 17 de enero de 2019

Personas trans, invisibles ante la ley

Problemas en la escuela, desempleo y discriminación, entre los problemas de las personas trans

Un trámite rutinario puede volverse un infierno para Franco y para Danna, que deben comprobar que son las personas que aparecen en sus credenciales de elector. A sus 9 años de edad, Elsa debe explicar por qué su nombre no se corresponde con su acta de nacimiento. Para Camila, de 16 años, la situación no es más sencilla. Todas ellas son personas trans en un estado sin una ley que las reconozca.

Hasta ahora sólo Ciudad de México, Michoacán, Coahuila y Nayarit cuentan con leyes de identidad trans, que les permite acceder a los mismos derechos que cualquier otra persona, al reconocerles una identidad que se corresponde con su imagen, lo que les facilita estudiar, trabajar y moverse sin ser víctimas de discriminación.

En la LVIII legislatura local se ingresó la primera iniciativa de ley para la identidad de personas trans, que nunca se dictaminó y hoy Querétaro es de las entidades sin una ley les facilite cambiar sus actas o contar con protocolos de atención, a pesar de que se estima que el 10 % de la población se identifica como integrante de la diversidad sexual.

Con un solo caso de una universitaria trans que logró el reconocimiento de su identidad después de varios años de lucha legal, actualmente se promueve en Querétaro una ley que reconozca sus derechos.

FRANCO

Franco tiene 29 años, estudia una maestría y trabaja en una de las 12 empresas incluyentes de Querétaro, pero no se salva de la discriminación ni de tener que demostrar que es quien aparece en sus documentos oficiales. Inició su transición en enero de 2018 y a partir de mayo empezó a tomar un tratamiento hormonal, pero su nombre femenino aparece en sus clases en línea y siempre se dirigen a él con su nombre legal.

“No me veo como quien dice mi credencial del INE, entonces cada que pago con tarjeta y me tengo que identificar es un problema, cuando me detiene tránsito y el carro está a mi nombre es motivo de problema, cuando me hablan del banco y piden hablar conmigo no me creen que soy yo, y cuando se bloquea mi tarjeta por algún motivo tengo que ir al banco porque por teléfono no puedo arreglar nada, a menos que le pide a mi novia que marque fingiendo ser yo”, explica.

No entiende por qué causa tanto revuelo aprobar una ley de identidad trans, porque uno de los argumentos que oye es que tal vez quiera volver a cambiar su identidad y en ese caso “a quien le causa problema es a mí, a nadie más”, pero tener una ley resolvería los problemas de muchas personas.

“Es horrible que te digan que no puedes ser quien tú quieres ser y es muy triste y cansado estar peleando por algo tan sencillo como cambiar una F por M”, lamenta.

UN PROBLEMA DE DESIGUALDAD

El activista Tadeo Rodríguez Macías, de Género y Masculinidades Querétaro, advierte que el desarrollo profesional de las personas trans sufre limitaciones frente a quienes no tienen problemas o conflictos para compartir parte de su vida personal en el ambiente laboral, porque de fondo hay un problema de desigualdad.

De las 32 empresas evaluadas como “Mejor Lugar Para Trabajar LGBT”, 12 tienen negocios en Querétaro y cinco tienen grandes centros de trabajo basados en el estado, pero las personas trans todavía enfrentan limitaciones que les impone la falta de una ley de identidad.

“La ley es necesaria porque la esperanza de vida de una persona trans en México es de 35 años de edad y tiene que ver con vivir una vida fuera de lo legal, a una persona trans no la dejan subir a los aviones porque no concuerda su aspecto físico con sus papeles y eso poco a poco va a dejando a las personas trans sin seguridad jurídica o en situaciones de riesgo”, insiste.

ELSA

Con 9 años de edad, Elsa es una niña trans desde hace tres años, cuando empezó a “transicionar al 100 %, en la casa, en la familia” y hace unos meses lo hizo en la escuela. Para Karem, su mamá, esta es la mayor prueba de realidad de vida porque implica enfrentarse a la sociedad a partir de cómo se percibe.

Los padres de Elsa se educaron sobre su condición y una vez que eligió su nombre, empezaron a dirigirse a ella en femenino, pidieron el respeto de sus familiares y encontraron una escuela que reserva su nombre legal, para facilitar su relación con la comunidad estudiantil.

Karem solicitó el cambio de identidad de género en Ciudad de México, donde inició el juicio en el juzgado octavo de lo familiar, quien ordenó un peritaje psiquiátrico de Elsa y lo mismo pidió el ministerio público a sus padres, lo que tiene un costo de más de 100 mil pesos.

“Hoy mi hija no tiene identidad, los niños tienen derecho a gozar de un nombre y una identidad y a mi hija se le está negando. Se le dio cuando biológicamente todo cuadraba, pero cuando una persona sale de esto, la ley ya no aplica. Mi hija no puede acceder a becas, se preguntan por qué una persona trans se dedica a trabajos de riesgo y poco remunerados, pero no es que no aspiren a más, es que no pueden hacerlo fácilmente”, denuncia Karem.

NO HAY DEMANDA DE LEY DE IDENTIDAD TRANS

El presidente de la Junta de Coordinación Política de la LIX legislatura local, diputado Miguel Ángel Torres Olguín, no tiene información de que exista alguna iniciativa de ley de identidad trans actual, ni forma parte de alguna agenda legislativa particular.

De manera particular, en su experiencia en campaña recibió otras demandas como obra y servicios públicos, apoyos sociales y seguridad, pero no figuró el tema de la identidad trans.

La diputada del Partido Acción Nacional (PAN), Verónica Hernández, quien presidió la Comisión de Igualdad de Género, Grupos Vulnerables y Discriminados en la LVIII legislatura local, afirma que nunca recibió una petición de una iniciativa de ese tipo. “Hicimos mesas de trabajo y nadie hizo dicha solicitud”.

CAMILA

Camila, de 16 años de edad, empezó a transicionar hace 10 meses y su mamá, Jaqueline, pidió el apoyo de la escuela, donde aceptaron llamarla con su nuevo nombre, pero no pueden hacer cambios en algunos papeleos porque las autoridades educativas no tienen un protocolo para atender a las personas trans.

Ambas acudieron a diversas instancias estatales y a dependencias nacionales, con lo que consiguieron que la escuela cediera un poco pero una ley de identidad trans “les facilitaría el acceso a sus derechos”.

“Los hacen a un lado, los tratan mal y hay que respetarlos como a cualquier ser humano. En atención médica no hay una atención debida, en educación no hay apoyo de las instituciones correspondientes, hay discriminación todo el tiempo”, denuncia Jaqueline.

NO HAY CASOS, DICE USEBEQ

La Unidad de Servicios para la Educación Básica del Estado de Querétaro (USEBEQ) afirmó que cuenta con protocolos de prevención, detección y actuación en escuelas públicas de nivel básico para evitar la discriminación y para respetar el derecho a la intimidad, mediante un principio de “inclusión educativa, atendiendo a la diversidad y diferencias, sin etiqueta alguna”.

No conoce de solicitudes de cambio de identidad de género en sus escuelas, ni tiene un protocolo específico para atenderlos en las instalaciones.

DANNA

Estudiante de Psicología y con 31 años de edad, Danna recuerda que desde pequeña quiso usar ropa de niña, pero “sabía” que lo tenía que hacer a escondidas y recuerda la frase de su madre de “no olvides que tú eres hombre”. Pensionada por un problema de la vista desde hace dos años y cercana a la lucha de otros activistas, Danna empezó a transicionar en octubre de 2017 y el 14 de abril de este año inició el uso de hormonas.

Eso implicó separarse de su familia un tiempo y aunque la mayor parte de la comunidad trans no quiere exponerse, Danna es de las activistas más visibles. Desde hace tiempo ingresó un amparo, con otras cinco personas trans, para exigirle al ayuntamiento de Querétaro que les permita el cambio de identidad, en un intento por darle fuerza legal a su demanda.

Danna espera que 2019 sea decisivo para esta lucha para librar a las personas trans de vivir con miedo, facilitarles el acceso a la atención médica, el apoyo psicológico y el reconocimiento legal, en lugar de acudir al clandestinaje o a la automedicación “que te va a destruir en algún momento”.

“Hay muchas luchas en las que se empodera a la comunidad trans y se educa a la población para que nos apoye, que estemos en nómina, que seamos profesionistas, ha costado mucho trabajo y sus historias son la mía”, subraya.

Un trámite rutinario puede volverse un infierno para Franco y para Danna, que deben comprobar que son las personas que aparecen en sus credenciales de elector. A sus 9 años de edad, Elsa debe explicar por qué su nombre no se corresponde con su acta de nacimiento. Para Camila, de 16 años, la situación no es más sencilla. Todas ellas son personas trans en un estado sin una ley que las reconozca.

Hasta ahora sólo Ciudad de México, Michoacán, Coahuila y Nayarit cuentan con leyes de identidad trans, que les permite acceder a los mismos derechos que cualquier otra persona, al reconocerles una identidad que se corresponde con su imagen, lo que les facilita estudiar, trabajar y moverse sin ser víctimas de discriminación.

En la LVIII legislatura local se ingresó la primera iniciativa de ley para la identidad de personas trans, que nunca se dictaminó y hoy Querétaro es de las entidades sin una ley les facilite cambiar sus actas o contar con protocolos de atención, a pesar de que se estima que el 10 % de la población se identifica como integrante de la diversidad sexual.

Con un solo caso de una universitaria trans que logró el reconocimiento de su identidad después de varios años de lucha legal, actualmente se promueve en Querétaro una ley que reconozca sus derechos.

FRANCO

Franco tiene 29 años, estudia una maestría y trabaja en una de las 12 empresas incluyentes de Querétaro, pero no se salva de la discriminación ni de tener que demostrar que es quien aparece en sus documentos oficiales. Inició su transición en enero de 2018 y a partir de mayo empezó a tomar un tratamiento hormonal, pero su nombre femenino aparece en sus clases en línea y siempre se dirigen a él con su nombre legal.

“No me veo como quien dice mi credencial del INE, entonces cada que pago con tarjeta y me tengo que identificar es un problema, cuando me detiene tránsito y el carro está a mi nombre es motivo de problema, cuando me hablan del banco y piden hablar conmigo no me creen que soy yo, y cuando se bloquea mi tarjeta por algún motivo tengo que ir al banco porque por teléfono no puedo arreglar nada, a menos que le pide a mi novia que marque fingiendo ser yo”, explica.

No entiende por qué causa tanto revuelo aprobar una ley de identidad trans, porque uno de los argumentos que oye es que tal vez quiera volver a cambiar su identidad y en ese caso “a quien le causa problema es a mí, a nadie más”, pero tener una ley resolvería los problemas de muchas personas.

“Es horrible que te digan que no puedes ser quien tú quieres ser y es muy triste y cansado estar peleando por algo tan sencillo como cambiar una F por M”, lamenta.

UN PROBLEMA DE DESIGUALDAD

El activista Tadeo Rodríguez Macías, de Género y Masculinidades Querétaro, advierte que el desarrollo profesional de las personas trans sufre limitaciones frente a quienes no tienen problemas o conflictos para compartir parte de su vida personal en el ambiente laboral, porque de fondo hay un problema de desigualdad.

De las 32 empresas evaluadas como “Mejor Lugar Para Trabajar LGBT”, 12 tienen negocios en Querétaro y cinco tienen grandes centros de trabajo basados en el estado, pero las personas trans todavía enfrentan limitaciones que les impone la falta de una ley de identidad.

“La ley es necesaria porque la esperanza de vida de una persona trans en México es de 35 años de edad y tiene que ver con vivir una vida fuera de lo legal, a una persona trans no la dejan subir a los aviones porque no concuerda su aspecto físico con sus papeles y eso poco a poco va a dejando a las personas trans sin seguridad jurídica o en situaciones de riesgo”, insiste.

ELSA

Con 9 años de edad, Elsa es una niña trans desde hace tres años, cuando empezó a “transicionar al 100 %, en la casa, en la familia” y hace unos meses lo hizo en la escuela. Para Karem, su mamá, esta es la mayor prueba de realidad de vida porque implica enfrentarse a la sociedad a partir de cómo se percibe.

Los padres de Elsa se educaron sobre su condición y una vez que eligió su nombre, empezaron a dirigirse a ella en femenino, pidieron el respeto de sus familiares y encontraron una escuela que reserva su nombre legal, para facilitar su relación con la comunidad estudiantil.

Karem solicitó el cambio de identidad de género en Ciudad de México, donde inició el juicio en el juzgado octavo de lo familiar, quien ordenó un peritaje psiquiátrico de Elsa y lo mismo pidió el ministerio público a sus padres, lo que tiene un costo de más de 100 mil pesos.

“Hoy mi hija no tiene identidad, los niños tienen derecho a gozar de un nombre y una identidad y a mi hija se le está negando. Se le dio cuando biológicamente todo cuadraba, pero cuando una persona sale de esto, la ley ya no aplica. Mi hija no puede acceder a becas, se preguntan por qué una persona trans se dedica a trabajos de riesgo y poco remunerados, pero no es que no aspiren a más, es que no pueden hacerlo fácilmente”, denuncia Karem.

NO HAY DEMANDA DE LEY DE IDENTIDAD TRANS

El presidente de la Junta de Coordinación Política de la LIX legislatura local, diputado Miguel Ángel Torres Olguín, no tiene información de que exista alguna iniciativa de ley de identidad trans actual, ni forma parte de alguna agenda legislativa particular.

De manera particular, en su experiencia en campaña recibió otras demandas como obra y servicios públicos, apoyos sociales y seguridad, pero no figuró el tema de la identidad trans.

La diputada del Partido Acción Nacional (PAN), Verónica Hernández, quien presidió la Comisión de Igualdad de Género, Grupos Vulnerables y Discriminados en la LVIII legislatura local, afirma que nunca recibió una petición de una iniciativa de ese tipo. “Hicimos mesas de trabajo y nadie hizo dicha solicitud”.

CAMILA

Camila, de 16 años de edad, empezó a transicionar hace 10 meses y su mamá, Jaqueline, pidió el apoyo de la escuela, donde aceptaron llamarla con su nuevo nombre, pero no pueden hacer cambios en algunos papeleos porque las autoridades educativas no tienen un protocolo para atender a las personas trans.

Ambas acudieron a diversas instancias estatales y a dependencias nacionales, con lo que consiguieron que la escuela cediera un poco pero una ley de identidad trans “les facilitaría el acceso a sus derechos”.

“Los hacen a un lado, los tratan mal y hay que respetarlos como a cualquier ser humano. En atención médica no hay una atención debida, en educación no hay apoyo de las instituciones correspondientes, hay discriminación todo el tiempo”, denuncia Jaqueline.

NO HAY CASOS, DICE USEBEQ

La Unidad de Servicios para la Educación Básica del Estado de Querétaro (USEBEQ) afirmó que cuenta con protocolos de prevención, detección y actuación en escuelas públicas de nivel básico para evitar la discriminación y para respetar el derecho a la intimidad, mediante un principio de “inclusión educativa, atendiendo a la diversidad y diferencias, sin etiqueta alguna”.

No conoce de solicitudes de cambio de identidad de género en sus escuelas, ni tiene un protocolo específico para atenderlos en las instalaciones.

DANNA

Estudiante de Psicología y con 31 años de edad, Danna recuerda que desde pequeña quiso usar ropa de niña, pero “sabía” que lo tenía que hacer a escondidas y recuerda la frase de su madre de “no olvides que tú eres hombre”. Pensionada por un problema de la vista desde hace dos años y cercana a la lucha de otros activistas, Danna empezó a transicionar en octubre de 2017 y el 14 de abril de este año inició el uso de hormonas.

Eso implicó separarse de su familia un tiempo y aunque la mayor parte de la comunidad trans no quiere exponerse, Danna es de las activistas más visibles. Desde hace tiempo ingresó un amparo, con otras cinco personas trans, para exigirle al ayuntamiento de Querétaro que les permita el cambio de identidad, en un intento por darle fuerza legal a su demanda.

Danna espera que 2019 sea decisivo para esta lucha para librar a las personas trans de vivir con miedo, facilitarles el acceso a la atención médica, el apoyo psicológico y el reconocimiento legal, en lugar de acudir al clandestinaje o a la automedicación “que te va a destruir en algún momento”.

“Hay muchas luchas en las que se empodera a la comunidad trans y se educa a la población para que nos apoye, que estemos en nómina, que seamos profesionistas, ha costado mucho trabajo y sus historias son la mía”, subraya.

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