Dixäy Medicina Tradicional está conformado por cuatro herederas de los saberes comunitarios indígenas de las comunidades de Amealco que se han dedicado a recuperar los tratamientos curativos que ofrecen las plantas; la naturaleza puede acompañar el dolor emocional que implica una pérdida amorosa, conocida también como Mal de Amores, se conmemora su día cada 29 de julio; las plantas pueden brindar cobijo y sosiego con la mezcla adecuada.
No obstante, Isabel, Marco, Maru y Zenayda lamentaron que exista una cantidad importante de charlatanes que se aprovechan del dolor y la desesperación de las personas que buscan aliviar su situación y acuden con “brujos”, que les cobran miles de pesos por pócimas que nada tienen que ver con la medicina tradicional.
“A veces la gente viene y nos pregunta por amarres o que les pasan cosas extrañas y nos preguntan si les estarán haciendo alguna maldad y yo no sé, lo que sabemos es cómo se corta una planta, no somos curanderos, las curanderas son las plantas, yo sólo sé que debo ir de mañana y secarla a la sombra, que hay un proceso para tratarlas”.
TRABAJAN EMOCIONES
Desde su perspectiva, ellos no son quienes ofrecen cura, sino las plantas mismas son las que curan y apoyan a quien sufre física o emocionalmente “no podemos decir que tomando tal té de flores, se te va a olvidar el ingrato o la ingrata, pero sí se trabajan las emociones con lo que nos enseñaron nuestras abuelitas, muchas enfermedades y dolencias que sí son males físicos pero que muchas veces tienen una raíz emocional”.
Señalaron que el proceso por el que se asimila una ruptura es semejante al de un tratamiento con plantas, puesto que, “para tratar una enfermedad como el mal de amor, como dicen las abuelitas, es despacito, todos los días, una tacita, un traguito o una pizquita, poco a poquito se va limpiando el interior, si lo hablamos, qué mejor”.
PARA PENAS DEL CORAZÓN
Desde su cosmovisión, la naturaleza actúa como una madre, por lo que comprenderla implica ser paciente y vincularse con el entorno: “solamente lo que uno hace es lo que puede llevarnos a una felicidad y las plantas nos acompañan cuando tenemos pena en el corazón, nos podemos bañar con las plantas, hablarle a mi planta, a mi agua y decirle cómo me siento, porque el agua es ese medio que va a hacer que la planta pueda llegar a ti, ese calorcito al mal físico y al fondo del alma del corazón para aliviar ese dolor.”
Desde la experiencia, Maru refirió que sí hay algunas plantas que ayudan específicamente en momentos de tristeza, ansiedad y depresión, como el toronjil, “cuando hemos hecho corajes, las hierbas amargas, como el ajenjo, la prodigiosa o el simonillo, nos ayudan a sentirnos mejor”.
CÓMO TRATAR LA TRISTEZA
Debido a que la tristeza por lo general se acompaña de desánimo y falta de energía e interés, han preparado mezclas que ayudan a reconfortar a quienes pasan por esos estados emocionales: “vitaminas, les llamamos, porque son de frutas, como hoja de guayaba, tejocote, que nos dan energía, para el estrés, la ansiedad, tenemos una mezcla que lleva toronjil, romero, hinojo, hierbabuena que es para el dolor; para nervios, estrés, ansiedad, depresión, esas plantitas nos ayudan, también para conciliar el sueño”
El vínculo con la comunidad, con los demás seres queridos y el darles espacio a los sentimientos, forman parte de los procesos de curación a través de plantas que han identificado “cuando una emoción no se expresa, no se saca en su momento, si no lo lloras, si no lo gritas o la manera en que tú quieras expresar lo que sientes, se nos va guardando, sobre todo, las emociones malas, como la tristeza y el enojo que se van quedando”.
Durante los últimos seis años han construido un proyecto que ha vinculado a otros actores de la comunidad, entre ellos, la producción de muñecas artesanales cuyas ganancias han sido destinadas al apoyo de los tratamientos de cáncer de algunos pequeños y mujeres de la comunidad; el objetivo de su proyecto es compartir sus saberes para sanar.
