Debido a que sus hijos tienen trabajar, Martín festejó el Día del Padre por adelantado, incluso, dijo que solamente durmió un par de horas para estar puntual en su puesto para bolear zapatos en el Centro Histórico de la ciudad.
“Todavía traigo los efectos, pero nos la pasamos bien”, afirmó al momento en el que, satisfecho, mostraba un video de la reunión en su casa. Tiene 49 años, al comentar que fue papá cuando aún era menor de edad; ahora tiene tres hijos y cinco nietos.
Comentó que es originario de Boca del Río, en el estado de Veracruz, pero que radicó 20 años en Estados Unidos, donde el haber trabajado en una empresa cervecera le permitió arreglar papeles para trabar de manera legal, aunque ya no tiene deseos de volver, sino de quedarse en Querétaro con su familia.
Martín expresó que hace 20 años llegó a esta ciudad, y que con el dinero que logró juntar en Estados Unidos pudo construir un par de departamentos que por ahora renta.
“Tengo buena relación con mi hijo y ms dos hijas; el menor tiene 23 años. Además, tengo cinco nietos, que son tres de mi hijo y dos de mi hija”, refirió.
El hombre nacido en el estado de Veracruz, agregó que cuando trabajo en el país vecino no aprendió a hablar inglés, debido a que se juntaba con puros paisanos mexicanos.
“Creo que me va bien, y el trabajo que tengo de bolero es para no aburrirme, para tener algo que hacer”, aseguró Martín.
Igual es conocido por algunos clientes, quienes llegan a saludarlo, aunque en ningún momento pierde la conversación. Incluso, aun ocupado, ofreció una silla para platicar con Diario de Querétaro.
Recordaba los momentos que pasó el viernes en familia para festejar por adelantado el Día del Padre. “Solamente dormí dos horas, y aún traigo los efectos, porque nos la pasamos bien. Nos reunimos ayer (viernes), porque mi hijo tiene compromiso de trabajo este domingo”.
En cuanto al trabajo que realiza como bolero, Martín mencionó que llega desde temprano, pero que se va a su casa a las cinco de la tarde, en tanto que sábados y domingos se va a las seis; agregó que descansa los miércoles.
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El hombre tiene un puesto para bolear botas y zapatos, en el cruce de Avenida Zaragoza y Corregidora, en pleno Centro Histórico.
