/ lunes 21 de junio de 2021

Prevalecen los vochos y hacen su fiesta

El 22 de junio de 1934 comenzó la creación del prototipo del "Volkswagen", de ahí la fecha de esta celebración

El vocho es uno de esos automóviles que, como los anfibios, rompen las fronteras que lo sitúan entre una especie y otra; en este caso un híbrido que va de lo tradicional a lo moderno, pues aunque su producción se realizó en 1938 y terminó en 2003, prevalecen por doquier, como una parte importante de la cultura popular mexicana.

Cada año, desde 2012, se organiza en Querétaro una caravana por las calles de la ciudad para conmemorar el Día Internacional del Vocho, en el que se conjuntan estos pequeños automotores arreglados y diseñados ante la expectación de las personas que los ven llegar admirados.

El recorrido de este año inició en la explanada del estadio La Corregidora para transitar por algunas de las avenidas principales de la ciudad como Boulevard Bernardo Quintana, Avenida Los Arcos, Libramiento Sur-Poniente, Constituyentes, Zaragoza, Tecnológica, Universidad y entre calles del primer cuadro del Centro Histórico para regresar de vuelta al estadio.

En entrevista, Juan Carlos Rodríguez, mejor conocido en estos círculos como Capi Volks, quien es el organizador del evento, comentó un poco acerca de esta caravana: “al principio éramos un club, Innovation Volks, que éramos entre 12 y 15 amigos e invitamos a algunos otros conocidos a participar”, recordó, quien además añadió que “iniciamos en 2012, pues aquí en Querétaro no se hacía; se hacían en otros estados y aquí comenzamos”.

Con el tiempo este proyecto acrecentó: “el segundo año salimos de la Plaza de Toros y éramos cerca de 50 carros y 6 clubs, y cada vez íbamos integrando en cada caravana. Hay caravanas donde salen más de 40 logos de 40 clubs que había en ese entonces”, manifestó.

Luego de este recorrido, que dio inicio a las 9:30 de la mañana, poco a poco llegaron en grupos de dos ó tres vochos, quienes esperaban al resto, que se había separado debido al tráfico y los semáforos, por lo que cada quien se desvió para verse en el cierre de esta caravana.

Lijar, cambiar los neumáticos, sonido, vestiduras, pintura y cuanto se le haga, es solo una faceta de lo que implica comprometerse para los amantes del también llamado “escarabajo”, que no dudan en mostrar su orgullo por la ciudad de Querétaro y que han conformado organizaciones para su promoción.

Juan Rodríguez, expectante, quien se mantuvo cerca de una hora antes de que llegara la caravana, y quien iba acompañado de sus hijos, refirió que solo para arreglarlo “de manera clásica, con su lijada y pintura, son cerca de 150 mil pesos”, quien agregó que cuenta con cinco vochos y que ha tenido que invertir más del millón: “es que le tienes que comprar todo y si a un vocho de, por ejemplo, 1968 le inviertes, lo puedes hasta vender en 500 mil pesos sin problema. Pero a mí sí me gusta conservarlos”, añadió.

Familias completas acuden y posan para la fotografía; caminan de aquí para allá mientras observan los detalles de cada vocho y se detienen cada tanto para otra fotografía y la siguiente, y los niños admiran con detenimiento aquellos con arreglos más estrafalarios, cuyos padres motivan subiéndolos a sus hombros o tomándolos de la mano y explicarles los detalles de cada uno.

La idea, como explicó Capi, es que cada evento sea 100% familiar, que es parte importante de la propuesta y también “es unir y seguir de cierta forma promoviendo el tema del gusto por el Volkswagen… la intención es salir a rodar”.

Al llegar la mayoría de vochos, Capi reunió a la gente para agradecer el apoyo de todas las personas y organizar la fotografía oficial, así como invitar a las personas que venían individualmente a sumarse a alguno de los clubs presentes para seguir ampliando su organismo y tener mayor presencia en la entidad.

Cada vocho tiene su particularidad. Es una manera de mostrar el gusto propio a partir de un automóvil, como una forma de identidad en la que se convive con otras personas con los mismos gustos. Colores, accesorios, réplicas exactas en miniatura en el tablero o en el toldo y algunos con diseños de pintura con la imagen de Don Ramón, los Cazafantasmas o los personajes de Woody y Buzz Lightyear saliendo de un maletero. Un festival para todos y todas.

Hace 36 años en Brasil se propuso la iniciativa que ha llegado a esta ciudad, para sumarse por el amor a estos vehículos con arreglos clásicos o modernos. Anfibios que recorren la ciudad, como un registro de la memoria de un automóvil histórico que aún pervive y que coincidió con este Día del Padre, lo cual es una oportunidad para celebrar a los jefes de familia en estos eventos, pues, como dijera Capi, “ también el festejado el día de hoy es el vocho”.

El vocho es uno de esos automóviles que, como los anfibios, rompen las fronteras que lo sitúan entre una especie y otra; en este caso un híbrido que va de lo tradicional a lo moderno, pues aunque su producción se realizó en 1938 y terminó en 2003, prevalecen por doquier, como una parte importante de la cultura popular mexicana.

Cada año, desde 2012, se organiza en Querétaro una caravana por las calles de la ciudad para conmemorar el Día Internacional del Vocho, en el que se conjuntan estos pequeños automotores arreglados y diseñados ante la expectación de las personas que los ven llegar admirados.

El recorrido de este año inició en la explanada del estadio La Corregidora para transitar por algunas de las avenidas principales de la ciudad como Boulevard Bernardo Quintana, Avenida Los Arcos, Libramiento Sur-Poniente, Constituyentes, Zaragoza, Tecnológica, Universidad y entre calles del primer cuadro del Centro Histórico para regresar de vuelta al estadio.

En entrevista, Juan Carlos Rodríguez, mejor conocido en estos círculos como Capi Volks, quien es el organizador del evento, comentó un poco acerca de esta caravana: “al principio éramos un club, Innovation Volks, que éramos entre 12 y 15 amigos e invitamos a algunos otros conocidos a participar”, recordó, quien además añadió que “iniciamos en 2012, pues aquí en Querétaro no se hacía; se hacían en otros estados y aquí comenzamos”.

Con el tiempo este proyecto acrecentó: “el segundo año salimos de la Plaza de Toros y éramos cerca de 50 carros y 6 clubs, y cada vez íbamos integrando en cada caravana. Hay caravanas donde salen más de 40 logos de 40 clubs que había en ese entonces”, manifestó.

Luego de este recorrido, que dio inicio a las 9:30 de la mañana, poco a poco llegaron en grupos de dos ó tres vochos, quienes esperaban al resto, que se había separado debido al tráfico y los semáforos, por lo que cada quien se desvió para verse en el cierre de esta caravana.

Lijar, cambiar los neumáticos, sonido, vestiduras, pintura y cuanto se le haga, es solo una faceta de lo que implica comprometerse para los amantes del también llamado “escarabajo”, que no dudan en mostrar su orgullo por la ciudad de Querétaro y que han conformado organizaciones para su promoción.

Juan Rodríguez, expectante, quien se mantuvo cerca de una hora antes de que llegara la caravana, y quien iba acompañado de sus hijos, refirió que solo para arreglarlo “de manera clásica, con su lijada y pintura, son cerca de 150 mil pesos”, quien agregó que cuenta con cinco vochos y que ha tenido que invertir más del millón: “es que le tienes que comprar todo y si a un vocho de, por ejemplo, 1968 le inviertes, lo puedes hasta vender en 500 mil pesos sin problema. Pero a mí sí me gusta conservarlos”, añadió.

Familias completas acuden y posan para la fotografía; caminan de aquí para allá mientras observan los detalles de cada vocho y se detienen cada tanto para otra fotografía y la siguiente, y los niños admiran con detenimiento aquellos con arreglos más estrafalarios, cuyos padres motivan subiéndolos a sus hombros o tomándolos de la mano y explicarles los detalles de cada uno.

La idea, como explicó Capi, es que cada evento sea 100% familiar, que es parte importante de la propuesta y también “es unir y seguir de cierta forma promoviendo el tema del gusto por el Volkswagen… la intención es salir a rodar”.

Al llegar la mayoría de vochos, Capi reunió a la gente para agradecer el apoyo de todas las personas y organizar la fotografía oficial, así como invitar a las personas que venían individualmente a sumarse a alguno de los clubs presentes para seguir ampliando su organismo y tener mayor presencia en la entidad.

Cada vocho tiene su particularidad. Es una manera de mostrar el gusto propio a partir de un automóvil, como una forma de identidad en la que se convive con otras personas con los mismos gustos. Colores, accesorios, réplicas exactas en miniatura en el tablero o en el toldo y algunos con diseños de pintura con la imagen de Don Ramón, los Cazafantasmas o los personajes de Woody y Buzz Lightyear saliendo de un maletero. Un festival para todos y todas.

Hace 36 años en Brasil se propuso la iniciativa que ha llegado a esta ciudad, para sumarse por el amor a estos vehículos con arreglos clásicos o modernos. Anfibios que recorren la ciudad, como un registro de la memoria de un automóvil histórico que aún pervive y que coincidió con este Día del Padre, lo cual es una oportunidad para celebrar a los jefes de familia en estos eventos, pues, como dijera Capi, “ también el festejado el día de hoy es el vocho”.

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