El hecho de que las instituciones empleen internet para la sistematización de sus datos implica que la confidencialidad de los usuarios está expuesta, consideró la especialista María Guadalupe García Martínez, al presentar la conferencia “Privacidad en la era digital”, como parte de la agenda universitaria que ofrece la dirección de innovación y creatividad cultural de la UAQ.
Durante la mesa de diálogo que fue moderada por la responsable del Laboratorio de Arte y Nuevos Medios, Alejandra García, la especialista describió que la red es una fuente vinculada directamente a la privacidad de los usuarios y cuestionó a los asistentes sobre cuántos de sus datos personales están registrados en los espacios virtuales.
“Casi siempre que pensamos en datos personales que están en Internet, pensamos sólo en nombres, pero los datos de identificación no son los únicos que aportamos a la red, también están, por ejemplo, los datos de contacto, el teléfono, el correo electrónico, la cuenta de Facebook o Instagram, también están datos académicos, qué estudiamos, por cuánto tiempo, en qué trabajamos, cuánto ganamos, cuánta antigüedad tenemos e incluso datos biométricos”, argumentó.
La especialista dijo que, además de lo anterior, los usuarios de redes suelen ofrecer información sobre su ideología, su orientación sexual, su origen étnico, o su historial académico, sin estar conscientes de ello.
“Cuando hay información nuestra creemos que nosotros la dimos por descuido o por decisión propia, pero el hecho de que las instituciones empleen Internet para la sistematización de sus datos implica que nuestra confidencialidad está expuesta, eso es uno de los grandes dilemas de la privacidad”, resaltó.
Ante este panorama mencionó que se han generado tres derechos para que los usuarios puedan tener certeza respecto a la privacidad de su información, principalmente en Europa, continente que es considerado el pionero en debatir en torno al Derecho Digital.
Tales derechos, explicó la especialista, son el Derecho al olvido, el Derecho a oponerse a la elaboración de perfiles y el Derecho a la portabilidad de datos. Dichas prerrogativas nacieron en la Unión Europea, pero hay otras que aún se discuten, como el Derecho a no estar vigilado, según describió la ponente.