El 30 de abril es el día más esperado por niñas y niños: juguetes, chocolates, dinero, regalos en general son uno de los anhelos más grandes de la niñez; sin embargo, a dos años de la pandemia por Covid-19, que ésta termine es una de las peticiones más comunes.
Mientras unos corren por el parque de Carretas, otros piensan qué regalo pedir o a dónde ir, incluso qué desean para el mundo.
Es el caso de Joana, Josué y Omar que desean que la guerra que empezó hace meses entre Rusia y Ucrania cese. Solo quieren paz en el mundo y que las y los niños se encuentren bien.
O Sebastián, Sophie, Alondra y Matías que piden que la pandemia se termine y pronto puedan volver a la normalidad, abrazarse, correr de la mano y recuperar aquellas, sencillas, pero importantes, actividades que realizaban previo a la contingencia.
Román y Juan Pablo sueñan con que las personas en situación de calle, niñas y niños tengan siempre qué comer y un hogar donde dormir durante toda su vida. Mientras que Itzel desea que la contaminación se acabe y tener un mundo mejor.
Santiago vela por el respeto de los derechos de todas y todos los niños, como educación, alimentación, salud y vivienda, y Celic, Jorge, Valentina y Rafael desean que este 30 de abril pasen un día increíble.
Cada uno de ellas y ellas muestra, a través de su mirada y sus pícaras sonrisas, las necesidades y sueños de la niñez, una niñez que ha tenido que sobrellevar dos años de encierro, casi dos años de lejanía con sus seres queridos y, en algunas ocasiones, pérdidas importantes.
Aún así, su más grande anhelo es que todas las niñas y niños del mundo sean felices, que los consientan y que les digan lo importantes que son y lo mucho que las y los quieren.