Aunque mantener las tradiciones es barato, romper la piñatadurante las posadas lucha por seguir viva y no perderse en elolvido, como narraron a DIARIO DE QUERÉTARO locatarios,esperanzados en que las ventas repunten conforme se acerquen lasfiestas, ya sea porque elaboran piñatas o porque sólo lascomercializan.
Entre quienes crean ese producto característico de las fiestasmexicanas se encuentra José Luis, quien confió que conforme elmes avance habrá más compradores, para quienes tiene una granvariedad de productos que incluyen personajes de caricatura hastalas tradicionales de siete picos.
Explica que a cada piñata se le destinan de entre tres y cuatrohoras, aunque hay algunas que, por su complejidad, requieren mástiempo, lo que incluye tanto a las tradicionales como a lasinnovadoras, más enfocadas al público infantil.
Dice que los precios son muy accesibles, pues van de los 60 alos 150 pesos, lo que se determina a partir de la complejidad delas tradicionales, mientras que las de figuras varían de los 150 alos 220 pesos. Debido a la temporada, las estrellas son las másbuscadas por los compradores, aunque también se ofrecen otras másalternativas, como perritos, caballos y diablos.
“Algunas son muy entretenidas… las figuritas y algunasestrellas que son más tardadas para detallarlas”.
Su puesto, localizado antes de que inicien Los Arcos, mantendrásu horario normal de lunes a domingo durante las fiestas, con elfin de atender a la mayor cantidad de clientes.
El mercado de La Cruz es uno de los más caracterizan a lacapital queretana, y al llegar diciembre, varios de ellos seabastecieron de piñatas suficientes para dar variedad a susconsumidores, entre ellos Karla, quien analiza que cada año sereducen más las ventas, pues mientras antes se llenaba el techodel local de frutas con piñatas, cada vez ofrece una menorcantidad, esperanzada en que ninguna se quede sin vender.
“Aparte de la economía, (lo que afecta son) las costumbres;en Querétaro se han perdido muchas costumbres, ya ni hacenposadas, ni nada, entonces ya compran muy poca piñata. Yo tengo de65 las grandes y la más grande de 80, las más chicas son de 35pesos”.
Incluso, entre quienes las adquieren son pocos los que leagregan frutas tradicionales, como mandarina o naranja, y lo másque llevan es caña, con la idea de regalarla con dulces al momentode arrullar al niño, pese a que la grande le costaría menos de100 pesos, la fruta no temporada no es cara y coincide con JoséLuis en que mantendrá su horario de 8 de la mañana a siete de lanoche, con la idea de atender a la mayor cantidad posible declientes.
La más barata de las piñatas que ofrece Kimberly, también enLa Cruz, es de 60 pesos, mientras que la más cara es de 230 pesos,lo que se determina a partir del tamaño, pero también tiene unaintermedia de 100 pesos y llevársela bien surtida, con todos loselementos tradicionales, sólo elevaría su valor 60 pesos “yacon la caña, la mandarina, el cacahuate y la naranja”.
“Estamos aquí de 7 de la mañana a 7 de la noche, por horarionavideño nos quedamos hasta más tarde... (Sí vienen porque)también ofrecemos la caña pelada, la pasa, todo para elponche”.
Hace dos semanas Carlos empezó a ofrecer piñatas, la másbarata de 60 pesos, mientras que la más cara de 240 y estimó queserá hasta esta semana que repuntarán las ventas, punto en el quecoincidió Nicolás, quien dijo que en diciembre se han registradodías malos, en los que no se vende una sola, pero que hay otros enlos que logra colocar hasta cuatro, pese a que sus precios tambiénson de 60, 80 y hasta 100 pesos, por la más grande.
“Será porque hay más competencia por fuera, no lo sé, perocada año es un poquito menos. Apenas estamos esperando la venta,yo creo que a partir de las posadas, no lo sé va lenta…(llenarla con fruta costaría) como 50 pesos, lo que es caña,mandarinas, cacahuates, naranjas”.
En general existe el temor de que las ventas no repunten, perose mantiene viva la esperanza de que el espíritu navideño seapodere de los compradores y los lleve a querer una posadatradicional, con piñata incluida.
