El obispo de Querétaro, Faustino Armendáriz Jiménez lamentó los paros de transporte público que afectaron al pueblo y crearon un desajuste entre gente humilde y trabajadora.
Respecto al llamado realizado por ciudadanos para que les quiten las concesiones a los responsables del transporte público, sostuvo que se trata de un discernimiento que deben realizar las autoridades correspondientes, en diálogo con los concesionarios.
Respecto a si incrementar la tarifa serviría para mejorar el servicio, argumentó que son los propios usuarios los que deben decir si cada vez que ha aumentado el costo fue para recibir una mejor calidad en sus traslados.
“Si el objetivo es subirles el precio a la gente, creo que hay que considerarlo, ¿por qué? porque lo están subiendo casi al doble… Creo que hay incrementos prudentes desde la argumentación pertinente, o sea, se tiene que argumentar el porqué y el para qué”.
Por último, enfatizó que los desequilibrios afectan a las familias pobres y que cualquier aumento debe plantearse a partir de diversos factores, entre ellos la capacidad adquisitiva de las familias más humildes.
“Creo que hay incrementos prudentes, desde la argumentación pertinente, se tiene que argumentar el porqué y el para qué; por un lado, los concesionarios tienen que ver los salarios de los trabajadores del mundo de la movilidad, de quienes manejan y por otro lado, deben también tener en cuenta los salarios de la gente pobre, de la gente trabajadora”.
Por último reconoció que son temas que siempre se tiñen de política, pero que está en las autoridades el evitar que se politice.
