/ martes 28 de marzo de 2017

Retos que enfrentan los discapacitados

Las personas con discapacidad se enfrentan a retos tres vecesmás grandes que cualquier otra persona, la oferta educativa paraellos sufre grandes rezagos en los niveles medio y superior, hayquienes sufren de discriminación en el seno familiar, en lasociedad y en el campo laboral, pues son pocas las oportunidades detrabajo.

Así lo refieren Enedina y su hijo Misael, quienes desde hace 25años se han enfrentado a las dificultades que afectan a unapersona sorda y de bajos recursos, cuando el pequeño mostró lasprimeras señales de percibir el ambiente que lo rodeaba de unaforma diferente.

“Los oyentes nunca se preocupan por comunicarse con lossordos, desconocen la lengua de señas y nosotros nos tenemos queesforzar, pero así soy feliz porque somos iguales; creo que si alos oyentes no les interesa comunicarse con un sordo, a mí tampocome interesa comunicarme con un oyente”, estas son las palabrasque pronuncia Enedina al traducir la opinión de su hijo en lenguade señas.

Hoy Ismael está por empezar el quinto cuatrimestre de suingeniería en Animación y Efectos Visuales, en la UniversidadPolitécnica de Santa Rosa Jáuregui (UPSRJ), una institución quebrinda oportunidades igualitarias a las personas con algunadiscapacidad para que alcancen sus sueños.

El joven estudia una carrera cuyo material no siempre es fácilde conseguir, pero lo impulsa a seguir estudiando el hecho de quemuchos de sus compañeros han mostrado el interés de buscar unaforma de entablar amistad con él, a pesar de que no le puedenhablar.

“A mí no me importa que no sepan lengua de señas, con quesepan escribir el español y se esfuercen como yo, está bien, esdifícil unir las palabras con el lenguaje, por eso debo escribirdiario para comunicarme con los oyentes”, expresa Ismael.

SILENCIO

Hace más de 25 años, en San Martín Texmelucan Puebla, Enedinaconvivía regularmente con personas sordas que eran amigos de suesposo, pero no tenía el interés de aprender la lengua de señaspara comunicarse con ellos; la poca disposición de Enedina produjouna conversación que nunca olvidaría.

“Mi esposo me decía que aprendiera lengua de sordos para queno fueran groseros conmigo y yo no quería, recuerdo que me dijo‘un día puedes llegar a tener un hijo sordo y qué vas ahacer’, yo le dije, ‘pues en ese momento aprenderé lengua desordos, mientras no’”, rememora.

Casi como una profecía, las palabras del hombre se volvieronrealidad poco después, cuando nació Ismael, un niño comocualquier otro, que no hacía caso y se alejaba corriendo mientrasEnedina lo llamaba; sus días pasaron con normalidad hasta que sepercataron de que el pequeño sólo escuchaba el silencio. “Pocoa poco identificamos que no nos hacía caso, el ruido no leafectaba y un día llegaron unas personas en una jornada de salud,nos dieron un pase para ir al CRIQ del estado de Puebla, ahí nosdieron la noticia de que nuestro hijo es sordo profundobilateral.

Recé porque no fuera así, salimos abrumados y mi marido hastala fecha no lo ha aceptado. Salí triste, pero me finqué la metade que mi hijo saliera adelante”, recuerda.

El primer reto al que Ismael se enfrentó fue que en lacomunidad donde vivía no había una escuela que se adaptara a susnecesidades, a los dos años él necesitaba un lugar que loatendiera y sólo había una escuela de atención múltiple; entrócon niños mayores que él, de hasta seis años.

Fue entonces cuando Enedina comenzó a desarrollarse como mamáde un niño sordo, aprendió la lengua de señas, aunque aseguraque sigue en proceso porque las señas siempre evolucionan; cuandoMisael tenía seis años llegó a Querétaro y entró al Centro deAtención Múltiple Hellen Keller, porque todo era máspersonalizado.

“Cuando estaba muy chico, a veces lo mandaba a la tienda y conseñas me decía “yo, cómo voy a pedir, soy sordo’, y yo ledecía, no me importa, eres sordo, pero puedes pedir escribiendo oseñalando’, me puse en el plan de ‘no me importa tudiscapacidad, lo tienes que hacer’”, señala Enedina con ungesto duro.

Con el tiempo Misael se convirtió en el mayor de tres hijos,pero pronto perdería su figura paterna, “su papá me dejóporque llegamos al acuerdo de que en vacaciones yo llevaría a mishijos a San Martín y él me enviaría dinero, pasaron 13 años, mecansé de buscarlo y sólo ocho veces me envió algo”.

Para mantener a su familia, Enedina tuvo que trabajar en uncentro comercial por la noche, por las mañanas hacía el aseo enotras casas y después llegaba atender a sus hijos, sólo podíadormir cuatro horas, lo mismo durante seis años.

Los hermanos de Misael extrañaban a su papá, por eso quisieronregresar a San Martín; ahí el niño ingresaría a una escuelallamada Jean Piaget, para sordos, pero la larga distancia quedebía recorrer para llegar y el maltrato de sus compañeros ledisgustaron, por eso se quiso regresar a Querétaro con “su mamáLola”, como conoce a su abuela materna.

Sin la ayuda de Enedina terminó la secundaria, lo que lesirvió para convertirse en una persona autónoma; después sushermanos y su mamá regresaron a Querétaro.

Por esos días se abrió el programa piloto de inclusión en elCOBAQ y Enedina no dudó en aprovechar la oportunidad; no obstante,al término de un año les dijeron que se prescindiría delprograma, pero los padres de familia y los intérpretes se unieronpara que continuaran enseñando a las personas condiscapacidad.

Ismael, Enedina y sus compañeros lograron que el programa sequedara y hasta hoy egresan nuevas generaciones de sordos.

OPORTUNIDADES NULAS

Cuando Ismael salió del COBAQ entró a trabajar a una empresadonde hacían piezas para montacargas, donde demostró ser unempleado ejemplar y pidió la oportunidad de subir de puesto;siempre le decían que sí, pero nunca lo evaluaron y no pudocrecer en la empresa.

“Es muy difícil, Ismael ha pedido trabajo de medio tiempopara que pueda seguir estudiando, pero es difícil que se lo denpor su discapacidad; a pesar de ello él no se siente discriminado,porque cuando alguien se sabe valorar, no les importa si alguienlos quiere hacer menos, él es autónomo y no le importa siquieraque no le ayude un intérprete”, asegura.

Desde que Ismael era pequeño muchas personas se han acercadocon Enedina para que les enseñe la lengua de señas y hasta lafecha lo hace.

“Si uno lo tiene en la casa, hay que apoyarlos y que salganadelante, al ayudar a personas con discapacidad, siento que ayudo ami familia”, asegura Enedina antes de despedir a su hijo para queentre a la universidad.

Las personas con discapacidad se enfrentan a retos tres vecesmás grandes que cualquier otra persona, la oferta educativa paraellos sufre grandes rezagos en los niveles medio y superior, hayquienes sufren de discriminación en el seno familiar, en lasociedad y en el campo laboral, pues son pocas las oportunidades detrabajo.

Así lo refieren Enedina y su hijo Misael, quienes desde hace 25años se han enfrentado a las dificultades que afectan a unapersona sorda y de bajos recursos, cuando el pequeño mostró lasprimeras señales de percibir el ambiente que lo rodeaba de unaforma diferente.

“Los oyentes nunca se preocupan por comunicarse con lossordos, desconocen la lengua de señas y nosotros nos tenemos queesforzar, pero así soy feliz porque somos iguales; creo que si alos oyentes no les interesa comunicarse con un sordo, a mí tampocome interesa comunicarme con un oyente”, estas son las palabrasque pronuncia Enedina al traducir la opinión de su hijo en lenguade señas.

Hoy Ismael está por empezar el quinto cuatrimestre de suingeniería en Animación y Efectos Visuales, en la UniversidadPolitécnica de Santa Rosa Jáuregui (UPSRJ), una institución quebrinda oportunidades igualitarias a las personas con algunadiscapacidad para que alcancen sus sueños.

El joven estudia una carrera cuyo material no siempre es fácilde conseguir, pero lo impulsa a seguir estudiando el hecho de quemuchos de sus compañeros han mostrado el interés de buscar unaforma de entablar amistad con él, a pesar de que no le puedenhablar.

“A mí no me importa que no sepan lengua de señas, con quesepan escribir el español y se esfuercen como yo, está bien, esdifícil unir las palabras con el lenguaje, por eso debo escribirdiario para comunicarme con los oyentes”, expresa Ismael.

SILENCIO

Hace más de 25 años, en San Martín Texmelucan Puebla, Enedinaconvivía regularmente con personas sordas que eran amigos de suesposo, pero no tenía el interés de aprender la lengua de señaspara comunicarse con ellos; la poca disposición de Enedina produjouna conversación que nunca olvidaría.

“Mi esposo me decía que aprendiera lengua de sordos para queno fueran groseros conmigo y yo no quería, recuerdo que me dijo‘un día puedes llegar a tener un hijo sordo y qué vas ahacer’, yo le dije, ‘pues en ese momento aprenderé lengua desordos, mientras no’”, rememora.

Casi como una profecía, las palabras del hombre se volvieronrealidad poco después, cuando nació Ismael, un niño comocualquier otro, que no hacía caso y se alejaba corriendo mientrasEnedina lo llamaba; sus días pasaron con normalidad hasta que sepercataron de que el pequeño sólo escuchaba el silencio. “Pocoa poco identificamos que no nos hacía caso, el ruido no leafectaba y un día llegaron unas personas en una jornada de salud,nos dieron un pase para ir al CRIQ del estado de Puebla, ahí nosdieron la noticia de que nuestro hijo es sordo profundobilateral.

Recé porque no fuera así, salimos abrumados y mi marido hastala fecha no lo ha aceptado. Salí triste, pero me finqué la metade que mi hijo saliera adelante”, recuerda.

El primer reto al que Ismael se enfrentó fue que en lacomunidad donde vivía no había una escuela que se adaptara a susnecesidades, a los dos años él necesitaba un lugar que loatendiera y sólo había una escuela de atención múltiple; entrócon niños mayores que él, de hasta seis años.

Fue entonces cuando Enedina comenzó a desarrollarse como mamáde un niño sordo, aprendió la lengua de señas, aunque aseguraque sigue en proceso porque las señas siempre evolucionan; cuandoMisael tenía seis años llegó a Querétaro y entró al Centro deAtención Múltiple Hellen Keller, porque todo era máspersonalizado.

“Cuando estaba muy chico, a veces lo mandaba a la tienda y conseñas me decía “yo, cómo voy a pedir, soy sordo’, y yo ledecía, no me importa, eres sordo, pero puedes pedir escribiendo oseñalando’, me puse en el plan de ‘no me importa tudiscapacidad, lo tienes que hacer’”, señala Enedina con ungesto duro.

Con el tiempo Misael se convirtió en el mayor de tres hijos,pero pronto perdería su figura paterna, “su papá me dejóporque llegamos al acuerdo de que en vacaciones yo llevaría a mishijos a San Martín y él me enviaría dinero, pasaron 13 años, mecansé de buscarlo y sólo ocho veces me envió algo”.

Para mantener a su familia, Enedina tuvo que trabajar en uncentro comercial por la noche, por las mañanas hacía el aseo enotras casas y después llegaba atender a sus hijos, sólo podíadormir cuatro horas, lo mismo durante seis años.

Los hermanos de Misael extrañaban a su papá, por eso quisieronregresar a San Martín; ahí el niño ingresaría a una escuelallamada Jean Piaget, para sordos, pero la larga distancia quedebía recorrer para llegar y el maltrato de sus compañeros ledisgustaron, por eso se quiso regresar a Querétaro con “su mamáLola”, como conoce a su abuela materna.

Sin la ayuda de Enedina terminó la secundaria, lo que lesirvió para convertirse en una persona autónoma; después sushermanos y su mamá regresaron a Querétaro.

Por esos días se abrió el programa piloto de inclusión en elCOBAQ y Enedina no dudó en aprovechar la oportunidad; no obstante,al término de un año les dijeron que se prescindiría delprograma, pero los padres de familia y los intérpretes se unieronpara que continuaran enseñando a las personas condiscapacidad.

Ismael, Enedina y sus compañeros lograron que el programa sequedara y hasta hoy egresan nuevas generaciones de sordos.

OPORTUNIDADES NULAS

Cuando Ismael salió del COBAQ entró a trabajar a una empresadonde hacían piezas para montacargas, donde demostró ser unempleado ejemplar y pidió la oportunidad de subir de puesto;siempre le decían que sí, pero nunca lo evaluaron y no pudocrecer en la empresa.

“Es muy difícil, Ismael ha pedido trabajo de medio tiempopara que pueda seguir estudiando, pero es difícil que se lo denpor su discapacidad; a pesar de ello él no se siente discriminado,porque cuando alguien se sabe valorar, no les importa si alguienlos quiere hacer menos, él es autónomo y no le importa siquieraque no le ayude un intérprete”, asegura.

Desde que Ismael era pequeño muchas personas se han acercadocon Enedina para que les enseñe la lengua de señas y hasta lafecha lo hace.

“Si uno lo tiene en la casa, hay que apoyarlos y que salganadelante, al ayudar a personas con discapacidad, siento que ayudo ami familia”, asegura Enedina antes de despedir a su hijo para queentre a la universidad.

Local

Presentan protocolo de paz para elección de titulares de la UAQ

Además de un decálogo de paz sobre tener piso parejo, participación libre, participación democrática y responsable, votar sin miedo y sin amenazas

Finanzas

Querétaro, tercera ciudad más cara del bajío

Precios en el estado tuvieron un alza de 0.27% en la primera quincena de abril

Elecciones 2024

Promete "Chepe" Guerrero obra social en Corregidora

Puntualizó que la obra social incluye el reencarpetado, el empedrado ahogado en mortero, electrificación, y drenaje sanitario.

Finanzas

Empresas enfrentan retos para smartshoring

Presidente del Clúster Vórtice IT, Jorge Buitrón indicó que las empresas requieren analizar cuáles son sus necesidades específicas

Elecciones 2024

Reitera Dorantes que creará Centros de Atención en Salud Mental

Señaló que la salud mental es fundamental para que los jóvenes puedan resolver conflictos y alcanzar lo que se propongan

Deportes

Conspiradores debuta en casa este viernes

La novena de la entidad, llega con una sola serie ganada, previo a su presentación en casa perdieron la serie ante Bravos de León