No solo se deberán de pensar en sanciones punitivas, ante el incremento de la violencia doméstica durante el confinamiento, también en acciones a largo plazo para frenar este fenómeno, así como aumentar los presupuestos a los institutos de las mujeres, consideró Alejandra Martínez Galán, representante de la Asociación Queretana de Educación para las Sexualidades Humanas (Aquesex).
Fue el pasado jueves 30 de abril, cuando el Congreso local aprobó una serie de reformas al Código Penal del Estado y, que incluyeron, el aumento en las sanciones al delito de violencia familiar y que pasó de penas de un año a cuatro años de cárcel, hasta de cinco a 10 años de prisión, además de trabajo a favor de la comunidad y tratamiento médico-psicológico para el agresor.
En este sentido, la activista reconoció que si bien, se aumenta más de la mitad la cantidad de años a las que podría hacerse acreedora una persona que ejerce violencia, particularmente durante este periodo de cuarentena; también sería importante acompañar las sanciones de acciones preventivas.
Señaló que si bien, es importante el reconocimiento legislativo a las situaciones de violencia en las que se encuentras las mujeres, también se deben considerar medidas como aumentar el presupuesto al Instituto Queretano de las Mujeres (IQM), y a las instituciones municipales.
“Lo que si sería importante es que las medidas no solamente fueran punitivas, sino en todo caso también, que fueran acompañadas de otro tipo de medidas, que principalmente, apuntaran a la prevención”, dijo.
Enfatizó que el confinamiento solo muestra una cara “muy cruda”, respecto a la violencia que viven las mujeres en sus hogares y que se agrava, durante el confinamiento. “Se tendrían que pensar en medidas a largo plazo, que no solamente sean paliativas en este momento, sino pensar en acciones que verdaderamente, puedan prevenir la violencia contra las mujeres”, agregó.
Indicó que es importante el aumento de penas, porque esto implica reconocer del fenómeno de violencia; sin embargo, instó a que los legisladores piensen en acciones a largo plazo para que las mujeres no tengan miedo de estar en sus hogares. “Nunca van a ser suficiente las acciones, sino se mira estructuralmente el problema de la violencia”, puntualizó.