La Santa Cruz representa la máxima expresión de amor verdadero que un ser haya sentido en la historia de la humanidad; está ligada irremediablemente al Viernes Santo, día en que murió en ella Jesucristo, lo que la convierte en el idioma de Dios, a través de su propio amor.

El amor que lo orilló a dar su vida por la salvación de los demás, pero también convierte al Padre este sacrificio, como el más grande, al permitir que su hijo se sacrifique por los demás en nombre del amor.

Es así que la Santa Cruz representa el amor, “el amor es el idioma de Dios, y el signo del amor de Dios es la Santa Cruz. Por eso Dios nos entiende a todos; y por eso es también, que solo los que aman se entienden mejor con Dios. La cruz es la nueva escritura que solo con amor podemos leer e interpretar. Ahí, entendemos lo que es amar con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente y con todas las fuerzas”, señaló el Obispo de la Diócesis de Querétaro, Fidencio López Plaza, al darle significado a un Viernes que, de trágico pasa a ser jubilar.

“Ahí, ante la Santa Cruz, es donde mejor podemos entender el nuevo mandamiento de Jesús, que dijo a los discípulos el Jueves. Ámense los unos a los otros, pero no de cualquier modo, ámense como yo los he amado. Esta es la lectura y no se puede cambiar. Como hemos escuchado lo escrito, escrito está. Ahí es donde podemos entender mejor lo que es el amor hasta el extremo, o como dice San Pablo, hasta la locura”, agregó.

“La Santa Cruz es el mejor lugar para comprender que los pobres son felices no por ser pobres, sino por no ser egoístas y opresores. Ahí ante la Santa Cruz es donde podemos comprender que son felices los que prefieren llorar, que ser causa de que otros lloren. Ahí, ante la Santa Cruz es donde podemos comprender que son felices los que prefieren tener hambre. A ser la causa de que otros mueran de hambre. Los que viven así son felices, son bienaventurados, porque tienen esperanza; porque saben que sin este camino y sin estas señales se va perdiendo la necesidad de llegar lejos y de caminar derecho”, continuó.

Y en estos tiempos de crisis, el máximo representante de la Iglesia Católica en Querétaro llamó hacer votos de pobreza, entendiéndose por ella, como humildad y así compartir lo que se tenga con quien más lo necesita.

“Por eso nos hará mucho bien mirar en silencio al crucificado, solo para abrazarnos y manifestarnos su amor hasta el extremo. Por eso, queridos hermanos el Viernes Santo besamos y nos arrodillamos ante la Santa Cruz, porque en su centro de ella miramos el corazón de quien más ha amado en este mundo, del que más ha amado a la humanidad. Porque en la Santa Cruz reconocemos el altar, donde Jesús se ofrece como ofrenda al Padre para la salvación del mundo y, desde ella, Jesús nos ha dejado sus últimas palabras y las convierte en todo un derroche de amor y misericordia”, finalizó.