Lamentablemente esta vez fue Juanito, de 14 años de edad, callado y de complexión diminuta casi frágil, con un físico que refleja una edad menor a la que tiene, quien fue blanco de todo el desprecio profundo generado por la ignorancia y que el 6 de junio recayó sobre él.
Dos de sus compañeros de aula le causaron quemaduras graves que ya han derivado en cuando menos 4 intervenciones quirúrgicas y un estado anímico muy deteriorado. Su origen otomí era el motivo del acoso constante que sufría el menor en aulas, incluyendo a su misma maestra y compañeros, según lo dicho por los padres del menor.
La ignorancia y el aún imperante colonialismo generan un desprecio profundo a nuestras raíces, discriminando lo que no percibimos como “hispano-blanco” como si lo foráneo fuera sinónimo de superioridad.
Entonces se vuelve tan incongruente que “Lele”, la muñeca otomí declarada patrimonio cultural de Querétaro, ande paseando por las grandes ciudades del mundo promoviendo el desarrollo, la riqueza cultural e histórica de nuestro Estado, pero aquí mismo en casa maltratamos a la comunidad que ella representa, con diferentes formas sistemáticas y estructurales de discriminación.
La violación a sus derechos se ve materializada en casos muy concretos, como este donde las instituciones no reaccionan de manera igualitaria para atender situaciones que vulneran los derechos de estas personas. No ha sido suficiente que desde el 2003 exista la Ley Federal para prevenir y eliminar la discriminación cuyo objetivo es eliminar las desigualdades de trato y de oportunidades que finalmente generan exclusión, marginación y pobreza en los pueblos indígenas.
De manera individual tenemos que formar una actitud crítica frente a prejuicios y estereotipos, así como la de fomentar la valorización positiva de la diversidad y un nuevo arraigo a nuestras raíces.
En lo institucional necesitamos programas permanentes de capacitación para que los funcionarios públicos estén actualizados en temas de diversidad cultural, un sistema educacional que fomente la alfabetización y capacitación para el empleo.
Se vuelve necesario modificar de raíz nuestro sistema actual y generar una transformación educacional y cultural de fondo que involucre y sea impulsada por la sociedad, sumando fuerzas con el Estado y las instituciones, así como políticas integrales que garanticen la inclusión y la igualdad de las personas, llevándolas a tener una vida libre y digna.