/ sábado 5 de noviembre de 2022

Tesoro fósil en Querétaro

Resguarda más de 7 mil piezas óseas con antigüedad de miles de años

El Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Campus Juriquilla, alberga una de las colecciones más grandes de fósiles provenientes del Bajío, con más de 7 mil restos de animales que habitaron hace miles de millones de años.

“La mejor colección de fósiles de mamíferos de Querétaro es la que Jorge Rivera Aquino logró en Jalpan de Serra y lo importante de esta colección es la edad (…) Ahí tienen un pequeño museo con fósiles que alguien ha colectado (…) es la mejor colección que hay de mamíferos fósiles del estado de Querétaro, la trajo él”.

Los restos de animales que son los ancestros de los que actualmente conocemos como los rinocerontes, elefantes, ratones y caballos han sido estudiados por el investigador Óscar Carranza, quien detalló que la estructura ósea de los fósiles, así como la tecnología que analiza la ceniza y las características de la tierra donde los halla, son los elementos que permiten conocer cuándo vivieron.

El género gonfoterio, un animal que se relaciona con los elefantes actuales y que llegó de Eurasia a lo que hoy es el territorio estadounidense de Oregón, hace 18 millones de años, pobló América hasta lo que hoy es Honduras.

“La mejor mandíbula de estos animales que hay en México es de Querétaro, se colectó en Landa de Matamoros, de una manera muy casual porque estaban metiendo el agua en la calle (…) es el primer ejemplar que encontramos de ese grupo, de ahí ser derivaron muchas cosas porque había muchas hipótesis falsas de lo que había en Honduras, como que eran endémicos de ahí o de Centroamérica”.

De acuerdo con el investigador Óscar Carranza Castañeda, la paleontología es una rama de las ciencias que estudia la vida del pasado, en este caso, de los mamíferos. En 2018, sus estudios le merecieron convertirse en el primer mexicano en recibir el premio Morris Skinner, que otorga la sociedad de paleontología de vertebrados.

Foto: Iraís Sánchez | Diario de Querétaro

“Toda el área de San Miguel de Allende es el área más importante de México en lo que se refiere a los últimos 10 millones de años (…) yo me inicié en el estado de Guanajuato, era tal la riqueza que dije: vamos a otro lado. (…) Lo que he hecho es documentar eventos geológicos que estaban inciertos porque no habíamos hecho nada”.

La posición geográfica y orográfica de Guanajuato, limitado por sierras y la franja volcánica, así como la temperatura hicieron posible el progreso y la diversificación de una gran cantidad de mamíferos.

“En algunos términos podemos hablar exclusivamente de México, pero lo más importante para mí no es qué tiene México (…) lo importante es qué relación tiene con Norteamérica y con Sudamérica, así como con las migraciones que vinieron de Europa, eso es lo fundamental”.

Carranza Castañeda lamentó que la investigación en el país lleve relativamente poco, sin embargo, señaló que los hallazgos que se han hecho han contribuido al conocimiento con pruebas de las especies de animales que caminaron por el espacio que hoy habitamos.

“Yo estoy haciendo lo que en Estados Unidos se hizo hace cien años, pero la investigación que estoy haciendo es con todas las técnicas de edades radiométricas y las edades que estoy dando son reales, no estamos figurando, son edades sacadas por isótopos y cenizas volcánicas y se hace aquí, en el Centro de Geociencias”.

Foto: Iraís Sánchez | Diario de Querétaro

El investigador refirió que su mejor amigo, Harry J. Galván, a quien conoció en Baja California, trabajó con Carranza durante 25 años, durante los que aprendió a observar y a estudiar los fósiles.

“Este no es un trabajo fácil (…) esto es de tierra, sol y no bañarte, yo no me bañaba en quince días porque no tenía el dinero para ir a un hotel, ahora es diferente, pero por 20 o 25 años trabajé de esa manera, es una investigación nueva y todo lo que es nuevo en México no tiene apoyo, te dan el apoyo hasta que estás viejo y ya no puedes ir al campo, es paradójico”.

A pesar de las dificultades que sorteó para dedicarse a la paleontología, Carranza se dijo satisfecho con los resultados, tanto de su investigación como del desempeño profesional de los estudiantes que se formaron bajo su tutela.

“Nuestras autoridades no entienden lo que es cultura, cultura para ellos es un concierto, violines, pintura… pero esto es cultura y la gente necesita saber de esto, pero tú sal a la calle y si les dices, mira, un fósil, en México hubo rinocerontes, desde Chihuahua, Zacatecas y aquí: tengo tres cráneos enormes”.


El Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Campus Juriquilla, alberga una de las colecciones más grandes de fósiles provenientes del Bajío, con más de 7 mil restos de animales que habitaron hace miles de millones de años.

“La mejor colección de fósiles de mamíferos de Querétaro es la que Jorge Rivera Aquino logró en Jalpan de Serra y lo importante de esta colección es la edad (…) Ahí tienen un pequeño museo con fósiles que alguien ha colectado (…) es la mejor colección que hay de mamíferos fósiles del estado de Querétaro, la trajo él”.

Los restos de animales que son los ancestros de los que actualmente conocemos como los rinocerontes, elefantes, ratones y caballos han sido estudiados por el investigador Óscar Carranza, quien detalló que la estructura ósea de los fósiles, así como la tecnología que analiza la ceniza y las características de la tierra donde los halla, son los elementos que permiten conocer cuándo vivieron.

El género gonfoterio, un animal que se relaciona con los elefantes actuales y que llegó de Eurasia a lo que hoy es el territorio estadounidense de Oregón, hace 18 millones de años, pobló América hasta lo que hoy es Honduras.

“La mejor mandíbula de estos animales que hay en México es de Querétaro, se colectó en Landa de Matamoros, de una manera muy casual porque estaban metiendo el agua en la calle (…) es el primer ejemplar que encontramos de ese grupo, de ahí ser derivaron muchas cosas porque había muchas hipótesis falsas de lo que había en Honduras, como que eran endémicos de ahí o de Centroamérica”.

De acuerdo con el investigador Óscar Carranza Castañeda, la paleontología es una rama de las ciencias que estudia la vida del pasado, en este caso, de los mamíferos. En 2018, sus estudios le merecieron convertirse en el primer mexicano en recibir el premio Morris Skinner, que otorga la sociedad de paleontología de vertebrados.

Foto: Iraís Sánchez | Diario de Querétaro

“Toda el área de San Miguel de Allende es el área más importante de México en lo que se refiere a los últimos 10 millones de años (…) yo me inicié en el estado de Guanajuato, era tal la riqueza que dije: vamos a otro lado. (…) Lo que he hecho es documentar eventos geológicos que estaban inciertos porque no habíamos hecho nada”.

La posición geográfica y orográfica de Guanajuato, limitado por sierras y la franja volcánica, así como la temperatura hicieron posible el progreso y la diversificación de una gran cantidad de mamíferos.

“En algunos términos podemos hablar exclusivamente de México, pero lo más importante para mí no es qué tiene México (…) lo importante es qué relación tiene con Norteamérica y con Sudamérica, así como con las migraciones que vinieron de Europa, eso es lo fundamental”.

Carranza Castañeda lamentó que la investigación en el país lleve relativamente poco, sin embargo, señaló que los hallazgos que se han hecho han contribuido al conocimiento con pruebas de las especies de animales que caminaron por el espacio que hoy habitamos.

“Yo estoy haciendo lo que en Estados Unidos se hizo hace cien años, pero la investigación que estoy haciendo es con todas las técnicas de edades radiométricas y las edades que estoy dando son reales, no estamos figurando, son edades sacadas por isótopos y cenizas volcánicas y se hace aquí, en el Centro de Geociencias”.

Foto: Iraís Sánchez | Diario de Querétaro

El investigador refirió que su mejor amigo, Harry J. Galván, a quien conoció en Baja California, trabajó con Carranza durante 25 años, durante los que aprendió a observar y a estudiar los fósiles.

“Este no es un trabajo fácil (…) esto es de tierra, sol y no bañarte, yo no me bañaba en quince días porque no tenía el dinero para ir a un hotel, ahora es diferente, pero por 20 o 25 años trabajé de esa manera, es una investigación nueva y todo lo que es nuevo en México no tiene apoyo, te dan el apoyo hasta que estás viejo y ya no puedes ir al campo, es paradójico”.

A pesar de las dificultades que sorteó para dedicarse a la paleontología, Carranza se dijo satisfecho con los resultados, tanto de su investigación como del desempeño profesional de los estudiantes que se formaron bajo su tutela.

“Nuestras autoridades no entienden lo que es cultura, cultura para ellos es un concierto, violines, pintura… pero esto es cultura y la gente necesita saber de esto, pero tú sal a la calle y si les dices, mira, un fósil, en México hubo rinocerontes, desde Chihuahua, Zacatecas y aquí: tengo tres cráneos enormes”.


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