El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) sigue siendo hoy una dolencia crónica que bien tratada permite una vida sana, sin embargo, aún no existe vacuna eficaz y se mantiene el estigma de los que viven con ella.
En Querétaro, desde 1983 hasta junio de este año, el número de casos notificados con esta afección asciende a 3 mil 746, de acuerdo con el Informe Histórico VIH-SIDA 2do trimestre 2021, del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de VIH, cuya proporción de casos respecto al total en el país equivale al 1.2%.
En este Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, diversas organizaciones civiles han buscado el cobijo de personas con este diagnóstico para brindar apoyo psicológico y médico, además de ofrecer pláticas y programas de prevención, ante lo que dicen, el estado y sus instituciones no han prestado la atención debida.
“HOMOFOBIA INSTITUCIONALIZADA”
Para Luis Felipe Zumudio Burgos, director del Centro de Orientación e Información de VIH y SIDA AC (COIVIHS), las dependencias de gobierno como la Secretaría de Salud han hecho caso omiso a los reclamos frente a esta problemática, pues denuncia una falta de atención y una discriminación por homofobia institucionalizada, motivo por el que dicho estado se ve rebasado.
"Otro primero de diciembre que pasa desapercibido en el estado, por las autoridades de salud y bueno, ahora con el pretexto del Covid-19, que a nivel mundial ha robado los focos de atención con otras epidemias como el VIH-SIDA. En el estado hay una insuficiencia permanente de difusión y prevención, pues no tenemos otra campaña que no sea la de esta fecha", indicó.
Añadió que esta afección va en incremento en el estado, sobre todo considerando que los registros institucionales son únicamente una proporción de los casos reales, aunado a la falta de apoyos económicos y el retiro de subsidios a instancias para la atención del VIH-SIDA, motivo por el que se vislumbra un panorama poco alentador.
"Ya no entregamos condones, pruebas rápidas, trabajos preventivos y de sensibilización a los grupos con mayor vulnerabilidad a adquirir el VIH, es todo un reto, tampoco tenemos tantos diagnósticos y no es porque no haya, sino porque no hay quienes lo hagan. Además de no hablemos de la discriminación, lo cual también es un reto", manifestó.
En Querétaro este grupo social enfrenta una situación de discriminación estructural derivada de su estado de salud, situación caracterizada por la vulneración o negación sistemática de diversos derechos, que responde a la presencia de estereotipos y prejuicios sobre el VIH o el SIDA.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, un tercio de la población (36%) cree que convivir con personas con VIH o Sida “siempre es un riesgo”, y una misma proporción no estaría dispuesta a rentar una habitación de su hogar a alguien que viva con esta afección.
AMPARO PARA MATRIMONIO
"Hubo un amparo a favor de una pareja que acudió al registro civil para contraer matrimonio y se les negó el derecho porque una persona tiene VIH, y este es un claro ejemplo de discriminación y criminalización que se vive. Las estadísticas nacionales son certeras al respecto. También asuntos de despidos en empresas, discriminación en la familia y este aspecto de vincular la homosexualidad, pero tenemos familias heterosexuales completas que viven con VIH", declaró.
"SE TE ACABA LA VIDA"
Armando Cabrera, quien prefirió usar otro nombre, tiene 47 años y fue diagnosticado con VIH positivo, es decir, que tiene anticuerpos de este virus en la sangre, puede transmitirlo a otra persona y que no necesariamente tiene SIDA. Fue en 2004 cuando se enteró debido a que su entonces pareja la contrajo, motivo por el que acudieron al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) donde, dice, fueron discriminados por el personal médico.
"Fuimos al IMSS a que nos revisaran, pero fue terrible la noticia porque en aquella época había más tabús que hoy, y nos dijeron que lo que nos pasó había sido por putos y promiscuos. Más que darnos un diagnóstico nos señalaron por cuestiones morales. Tuvimos que irnos. Al hacerlo nos pidieron firmar una carta responsiva para deslindarse de responsabilidades y los mandamos al carajo", recordó.
Para Armando, las dificultades de este virus lo llevaron a la hospitalización. Fue su tío, médico, quien decidió atenderlo, por lo que se mantuvo alrededor de cuatro meses en terapia intensiva, caso contrario a su pareja, con quien terminó la relación para enterarse un año más adelante que no había sobrevivido al virus, agravado por una forma de vida poco saludable.
"La recuperación fue difícil, pero salimos adelante y afortunadamente después de ese momento encontré gente valiosa que me ayudó a superarlo y a darme cuenta que no era el fin del mundo. Vivo actualmente con mi pareja, casados desde hace 6 años, todo viento en popa, ya lo puedo contar sin problema, pues ya pasaron muchos años también", detalló.
Sin embargo, aunque ha mantenido su salud estable y sin ninguna complicación, la discriminación persiste aún con los años, por lo que evita comentarlo fuera de su círculo cercano, pues ha llegado a tener conflictos labores al respecto, "pero la situación es terrible, más que en otros sitios aquí en Querétaro hay una postura muy cerrada".
"Fuera de eso, yo les digo a quienes tengan diagnóstico de VIH-SIDA que no tengan miedo. Sé que cuando te enteras sientes que se te acaba la vida y pues nada, no pasa nada; solo es cuidarse la salud, pero pueden tener una calidad de vida bastante buena", concluyó.
