Los mixiotes, las carnitas y un buen cartón de cervezas llegaron a la obra, ese fue el menú de celebración de una de las tantas construcciones que se realizan en la capital queretana y en las que, se celebró como cada año, el día del trabajador de la construcción, en un acto de fe que también incluyó una misa oficiada por un sacerdote que se encargó de bendecir la tradicional cruz que se colocó en una parte del inmueble.
Primero la misa y después a comer, fue la consigna del grupo de diez trabajadores que fueron celebrados por sus jefes quienes no escatimaron en ofrecerles una buena fiesta que hasta música incluyó.
“Inicialmente se les hace la misa, todos somos católicos, entonces es dar gracias, que los chavos escuchen un rato misa y después hacerles su comida, festejarles por su esfuerzo que hacen”, reconoció Gustavo Carmona, residente de obra.
Refirió que con esta celebración se reconoce el esfuerzo que día a día realizan los trabajadores quienes son los que logran los proyectos, es por ello que a través de esta celebración se les agradece su dedicación.
Mientras que descansan al pie de un arbolito, las risas y la música aumentan, en una celebración que los propios ingenieros afirman podría comenzar a perderse por la premura de entregar una obra o por la situación económica que se vive actualmente.
“Es cierto, ya hay algunas empresas que no celebran el día, porque ya tienen el tiempo encima y no pueden parar el proyecto, pero creo que es importante reconocer la labor de los trabajadores quienes son los que sacan el trabajo adelante”, agregó.
En una parte de la construcción yace la cruz humildemente adornada, la cual fue bendecida por el sacerdote quien pidió por cada uno de los diez trabajadores que laboran en el proyecto que dentro unos meses se convertirá en una guardería.
“Bendecir nuestro trabajo eso significa la cruz, para nosotros es importante eso porque nuestro trabajo es difícil y con eso nos damos un poco de fuerza para continuar”, afirmó José.
Sin importar que mañana haya que continuar con las labores, cada uno de los trabajadores disfruta el momento, porque es su día y eso “sólo ocurre una vez al año”.
