/ viernes 28 de junio de 2024

UNAM campus Juriquilla, bastión para la educación y el crecimiento de Querétaro

La misión de la institución educativa no solo enseñar y investigar, sino también extender su influencia cultural y científica a toda la comunidad: Enrique Burgos


La descentralización de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no fue un proceso sencillo, sus impulsores fueron cuatro actores fundamentales: El rector José Sarukhán, los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León, todos convencidos de la necesidad de expandir los alcances de la máxima casa de estudios a los estados, y el entonces gobernador de Querétaro Enrique Burgos García, promotor del campus Juriquilla, quien llevó las negociaciones y acuerdos con las autoridades universitarias y federales.

"No se entendería el Querétaro de hoy sin la presencia de la UNAM", refirió Enrique Burgos García, quien recordó cómo, hace más de tres décadas, Querétaro emergía como un punto de atracción para el desarrollo educativo, cultural e industrial, lo que justificó la necesidad de un centro académico.

El exgobernador resaltó la colaboración clave con José Sarukhán, entonces rector de la UNAM, quien fue un promotor incansable del proyecto.

El ex gobernador de Querétaro Enrique Burgos García fue promotor del campus Juriquilla, quien llevó las negociaciones y acuerdos con las autoridades universitarias y federales

"La visión de Sarukhán fue fundamental para expandir la presencia de la UNAM a nivel nacional y consolidar Juriquilla como un centro de excelencia académica", comentó Burgos García.

Hace más de tres décadas, Querétaro emergía como un epicentro de crecimiento demográfico y atracción cultural e industrial. En ese momento crucial, Burgos García, en su rol como gobernador, vio la necesidad imperiosa de fortalecer la infraestructura educativa y científica del estado. Fue entonces cuando surgió la oportunidad de colaborar con la UNAM para establecer un centro académico que pudiera abordar estas demandas crecientes.

Destacó la resistencia del proyecto durante desafíos económicos y políticos, como los enfrentados en 1994.

"La deuda pública y los compromisos de obra pública exigieron ajustes", señala, pero la prioridad siempre fue proteger los pilares de salud y educación, fundamentales para el desarrollo sostenible.

Inicialmente, el proceso de selección del terreno adecuado para el campus fue complejo. Se exploraron varias ubicaciones, incluida la Cuesta China, pero finalmente se optó por Juriquilla debido a su potencial de desarrollo y su acceso estratégico. La gestión del terreno, en aquel entonces propiedad del gobierno federal, implicó negociaciones con presidentes como Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, quienes compartían la visión de fortalecer la presencia de la UNAM en todo el país.

Con el respaldo del gobierno federal, se identificó una parcela de 100 hectáreas, que se destinaron en su mayoría a la UNAM, con una parte significativa para la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). Este proceso no solo implicó la donación del terreno por parte del gobierno estatal, sino también la coordinación con líderes académicos y gubernamentales para asegurar el éxito del proyecto.

"El establecimiento del campus no solo fue un logro académico, sino también un hito en la colaboración entre sectores públicos y privados", señaló Burgos García. La asignación de 100 hectáreas para el desarrollo del campus, con 70 destinadas a la UNAM y 20 a la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), reflejó un compromiso compartido por enriquecer el panorama educativo y científico de la región.

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"UNAM Juriquilla es un componente altamente significativo para Querétaro, sus orígenes se remontan a poco más de 3 décadas, cuando el estado tenía una velocidad, en ese momento, muy importante, no sólo por el crecimiento demográfico, sino que ya despuntaba como un lugar de atracción significativo para el desarrollo educativo, cultural, industrial, financiero y económico", destacó.

"El desarrollo y la expansión de Querétaro en aquellos años requerían una institución de renombre nacional como la UNAM", enfatizó Burgos García. Fue en este contexto que, durante su mandato como gobernador, se gestó la idea de establecer un campus de la UNAM en la región, un proyecto que encontró terreno fértil gracias al apoyo y la visión del entonces rector de la Máxima Casa de Estudios en el país, José Sarukhán.

Además, enfatizó en la importancia de la misión de la UNAM: no solo enseñar y investigar, sino también extender su influencia cultural y científica a toda la comunidad. Este compromiso se refleja en iniciativas como el Centro Académico Cultural (CAC) en Juriquilla, donde se han realizado actividades culturales y artísticas enriquecedoras.

A lo largo de los años, el campus Juriquilla ha crecido en importancia y relevancia, albergando disciplinas pioneras como Neurobiología, Física aplicada y Ciencias de la Tierra. Esta diversidad académica no solo ha fortalecido la oferta educativa en Querétaro, sino que también ha posicionado al estado como un polo de atracción para la investigación científica y tecnológica.

Burgos García reconoció la labor de figuras clave como Carlos Alcocer Cuarón y Flavio Mena, quienes jugaron un papel fundamental en los primeros años del proyecto. "Su dedicación y compromiso fueron cruciales para establecer las bases de lo que hoy es un patrimonio científico y cultural para Querétaro", subrayó.

"La presencia de la UNAM en Juriquilla no se limita a la academia. También ha enriquecido la vida cultural de la región a través de iniciativas como el Centro Académico Cultural (CAC), un espacio donde convergen el arte, la música y el teatro", destacó Burgos García.

En términos económicos, el campus ha sido un catalizador de desarrollo, atrayendo inversiones y fomentando la colaboración entre universidades, instituciones privadas y el gobierno local. Esta sinergia ha sido fundamental para el crecimiento sostenido de Querétaro como un hub educativo y tecnológico en México.

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Para Burgos García, el legado del campus Juriquilla va más allá de sus contribuciones académicas y culturales. "Es un testimonio del compromiso de la UNAM con la dignidad y el desarrollo integral de México", afirmó.

A través de sus programas de investigación, extensión universitaria y formación de profesionales, el campus continúa siendo un bastión de excelencia y progreso para Querétaro y el país en su conjunto.

Campus Juriquilla ha crecido en importancia y relevancia, albergando disciplinas pioneras como Neurobiología, Física aplicada y Ciencias de la Tierra. Foto: Hugo Arciniega / Diario de Querétaro


La descentralización de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no fue un proceso sencillo, sus impulsores fueron cuatro actores fundamentales: El rector José Sarukhán, los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo Ponce de León, todos convencidos de la necesidad de expandir los alcances de la máxima casa de estudios a los estados, y el entonces gobernador de Querétaro Enrique Burgos García, promotor del campus Juriquilla, quien llevó las negociaciones y acuerdos con las autoridades universitarias y federales.

"No se entendería el Querétaro de hoy sin la presencia de la UNAM", refirió Enrique Burgos García, quien recordó cómo, hace más de tres décadas, Querétaro emergía como un punto de atracción para el desarrollo educativo, cultural e industrial, lo que justificó la necesidad de un centro académico.

El exgobernador resaltó la colaboración clave con José Sarukhán, entonces rector de la UNAM, quien fue un promotor incansable del proyecto.

El ex gobernador de Querétaro Enrique Burgos García fue promotor del campus Juriquilla, quien llevó las negociaciones y acuerdos con las autoridades universitarias y federales

"La visión de Sarukhán fue fundamental para expandir la presencia de la UNAM a nivel nacional y consolidar Juriquilla como un centro de excelencia académica", comentó Burgos García.

Hace más de tres décadas, Querétaro emergía como un epicentro de crecimiento demográfico y atracción cultural e industrial. En ese momento crucial, Burgos García, en su rol como gobernador, vio la necesidad imperiosa de fortalecer la infraestructura educativa y científica del estado. Fue entonces cuando surgió la oportunidad de colaborar con la UNAM para establecer un centro académico que pudiera abordar estas demandas crecientes.

Destacó la resistencia del proyecto durante desafíos económicos y políticos, como los enfrentados en 1994.

"La deuda pública y los compromisos de obra pública exigieron ajustes", señala, pero la prioridad siempre fue proteger los pilares de salud y educación, fundamentales para el desarrollo sostenible.

Inicialmente, el proceso de selección del terreno adecuado para el campus fue complejo. Se exploraron varias ubicaciones, incluida la Cuesta China, pero finalmente se optó por Juriquilla debido a su potencial de desarrollo y su acceso estratégico. La gestión del terreno, en aquel entonces propiedad del gobierno federal, implicó negociaciones con presidentes como Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, quienes compartían la visión de fortalecer la presencia de la UNAM en todo el país.

Con el respaldo del gobierno federal, se identificó una parcela de 100 hectáreas, que se destinaron en su mayoría a la UNAM, con una parte significativa para la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ). Este proceso no solo implicó la donación del terreno por parte del gobierno estatal, sino también la coordinación con líderes académicos y gubernamentales para asegurar el éxito del proyecto.

"El establecimiento del campus no solo fue un logro académico, sino también un hito en la colaboración entre sectores públicos y privados", señaló Burgos García. La asignación de 100 hectáreas para el desarrollo del campus, con 70 destinadas a la UNAM y 20 a la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), reflejó un compromiso compartido por enriquecer el panorama educativo y científico de la región.

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"UNAM Juriquilla es un componente altamente significativo para Querétaro, sus orígenes se remontan a poco más de 3 décadas, cuando el estado tenía una velocidad, en ese momento, muy importante, no sólo por el crecimiento demográfico, sino que ya despuntaba como un lugar de atracción significativo para el desarrollo educativo, cultural, industrial, financiero y económico", destacó.

"El desarrollo y la expansión de Querétaro en aquellos años requerían una institución de renombre nacional como la UNAM", enfatizó Burgos García. Fue en este contexto que, durante su mandato como gobernador, se gestó la idea de establecer un campus de la UNAM en la región, un proyecto que encontró terreno fértil gracias al apoyo y la visión del entonces rector de la Máxima Casa de Estudios en el país, José Sarukhán.

Además, enfatizó en la importancia de la misión de la UNAM: no solo enseñar y investigar, sino también extender su influencia cultural y científica a toda la comunidad. Este compromiso se refleja en iniciativas como el Centro Académico Cultural (CAC) en Juriquilla, donde se han realizado actividades culturales y artísticas enriquecedoras.

A lo largo de los años, el campus Juriquilla ha crecido en importancia y relevancia, albergando disciplinas pioneras como Neurobiología, Física aplicada y Ciencias de la Tierra. Esta diversidad académica no solo ha fortalecido la oferta educativa en Querétaro, sino que también ha posicionado al estado como un polo de atracción para la investigación científica y tecnológica.

Burgos García reconoció la labor de figuras clave como Carlos Alcocer Cuarón y Flavio Mena, quienes jugaron un papel fundamental en los primeros años del proyecto. "Su dedicación y compromiso fueron cruciales para establecer las bases de lo que hoy es un patrimonio científico y cultural para Querétaro", subrayó.

"La presencia de la UNAM en Juriquilla no se limita a la academia. También ha enriquecido la vida cultural de la región a través de iniciativas como el Centro Académico Cultural (CAC), un espacio donde convergen el arte, la música y el teatro", destacó Burgos García.

En términos económicos, el campus ha sido un catalizador de desarrollo, atrayendo inversiones y fomentando la colaboración entre universidades, instituciones privadas y el gobierno local. Esta sinergia ha sido fundamental para el crecimiento sostenido de Querétaro como un hub educativo y tecnológico en México.

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Para Burgos García, el legado del campus Juriquilla va más allá de sus contribuciones académicas y culturales. "Es un testimonio del compromiso de la UNAM con la dignidad y el desarrollo integral de México", afirmó.

A través de sus programas de investigación, extensión universitaria y formación de profesionales, el campus continúa siendo un bastión de excelencia y progreso para Querétaro y el país en su conjunto.

Campus Juriquilla ha crecido en importancia y relevancia, albergando disciplinas pioneras como Neurobiología, Física aplicada y Ciencias de la Tierra. Foto: Hugo Arciniega / Diario de Querétaro

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