/ martes 23 de marzo de 2021

Evacúan a australianos atrapados en inundaciones

Unas 850 personas fueron evacuadas en helicópteros militares y se pidió a decenas de miles de residentes que abandonen la zona a medida que las tormentas se extienden hacia el interior

Helicópteros militares, motos acuáticas y lanchas inflables fueron desplegados este martes para rescatar a personas atrapadas por las inundaciones "catastróficas" a lo largo de la populosa costa este de Australia, donde ya hay miles de evacuados y casas dañadas.

Las inundaciones llevan una semana azotando Nueva Gales del Sur, el estado más poblado del país, provocando el desbordamiento de ríos y la destrucción de miles de viviendas.

Los servicios de emergencia, que hace un año luchaban contra una sequía e incendios forestales sin precedentes, rescatan ahora a personas con aviones militares y botes salvavidas, que se suelen usar en el mar, para llegar a las zonas más remotas.

Unas 850 personas ya fueron trasladadas por aire y se pidió a decenas de miles de residentes que abandonen la zona a medida que las tormentas se extienden hacia el interior.

En la ciudad de Windsor, al noroeste de Sídney, los residentes se desplazaron en motos acuáticas, tablas de surf y remos por un torrente lleno de escombros.

En algunas zonas de la costa cayó hasta un metro de lluvia en una semana, lo que equivale a dos tercios de las precipitaciones anuales normales.

"Nunca habíamos visto algo así"

"Nunca habíamos visto algo así", dijo Jodie Sallustio, de 50 años, que lleva desde el viernes atrapada por las aguas en la casa de su pareja en Port Macquarie, una ciudad al norte de Sídney.

Unas 18.000 personas ya fueron evacuadas en Nueva Gales del Sur y su primera ministra, Gladys Berejiklian, dijo que las tormentas estaban "afectando a una gran parte del estado".

Las inundaciones son "catastróficas y el hecho de que 15.000 personas deban ser evacuadas en las próximas 24 o 48 horas es una gran preocupación", explicó.

En algunas partes del estado, los residentes empezaron a limpiar, pero los meteorólogos temen que la lluvia continúe durante varios días, aunque se espera una tregua el miércoles.

Miles de residentes siguen sin electricidad y los proveedores de energía advirtieron que no se espera que se restablezca en algunas zonas hasta finales de esta semana.

El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo que se espera que la presa de Warragamba, la principal fuente de agua potable de Sídney, siga derramando agua durante otra semana en los ríos ya crecidos.

"Se trata de un fenómeno meteorológico complejo que cada vez lo es más", dijo a los periodistas desde Canberra.

Los servicios de emergencia respondieron a más de 10.000 llamadas de auxilio.

Hasta el momento no se han registrado muertos ni heridos graves, pero miles de viviendas y negocios resultaron dañados.

Según Andrew Hall, director del organismo que representa a las compañías de seguros en Australia, ya se han presentado 11.700 reclamaciones y se esperan "más" en los próximos días.

El agricultor Rod Bailey dijo que su granja, cerca de la ciudad de Port Macquarie, quedó "totalmente devastada" y que al menos el 95% de sus cultivos fueron destruidos por las fuertes lluvias.

"No tendremos ingresos en los próximos tres meses", dijo a la AFP. "Estamos en una situación difícil, pero muchos de nuestros vecinos están en una situación mucho peor", añadió.

Los científicos advirtieron que es probable que Australia sea especialmente propensa a los fenómenos meteorológicos extremos debido al calentamiento global.

Helicópteros militares, motos acuáticas y lanchas inflables fueron desplegados este martes para rescatar a personas atrapadas por las inundaciones "catastróficas" a lo largo de la populosa costa este de Australia, donde ya hay miles de evacuados y casas dañadas.

Las inundaciones llevan una semana azotando Nueva Gales del Sur, el estado más poblado del país, provocando el desbordamiento de ríos y la destrucción de miles de viviendas.

Los servicios de emergencia, que hace un año luchaban contra una sequía e incendios forestales sin precedentes, rescatan ahora a personas con aviones militares y botes salvavidas, que se suelen usar en el mar, para llegar a las zonas más remotas.

Unas 850 personas ya fueron trasladadas por aire y se pidió a decenas de miles de residentes que abandonen la zona a medida que las tormentas se extienden hacia el interior.

En la ciudad de Windsor, al noroeste de Sídney, los residentes se desplazaron en motos acuáticas, tablas de surf y remos por un torrente lleno de escombros.

En algunas zonas de la costa cayó hasta un metro de lluvia en una semana, lo que equivale a dos tercios de las precipitaciones anuales normales.

"Nunca habíamos visto algo así"

"Nunca habíamos visto algo así", dijo Jodie Sallustio, de 50 años, que lleva desde el viernes atrapada por las aguas en la casa de su pareja en Port Macquarie, una ciudad al norte de Sídney.

Unas 18.000 personas ya fueron evacuadas en Nueva Gales del Sur y su primera ministra, Gladys Berejiklian, dijo que las tormentas estaban "afectando a una gran parte del estado".

Las inundaciones son "catastróficas y el hecho de que 15.000 personas deban ser evacuadas en las próximas 24 o 48 horas es una gran preocupación", explicó.

En algunas partes del estado, los residentes empezaron a limpiar, pero los meteorólogos temen que la lluvia continúe durante varios días, aunque se espera una tregua el miércoles.

Miles de residentes siguen sin electricidad y los proveedores de energía advirtieron que no se espera que se restablezca en algunas zonas hasta finales de esta semana.

El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo que se espera que la presa de Warragamba, la principal fuente de agua potable de Sídney, siga derramando agua durante otra semana en los ríos ya crecidos.

"Se trata de un fenómeno meteorológico complejo que cada vez lo es más", dijo a los periodistas desde Canberra.

Los servicios de emergencia respondieron a más de 10.000 llamadas de auxilio.

Hasta el momento no se han registrado muertos ni heridos graves, pero miles de viviendas y negocios resultaron dañados.

Según Andrew Hall, director del organismo que representa a las compañías de seguros en Australia, ya se han presentado 11.700 reclamaciones y se esperan "más" en los próximos días.

El agricultor Rod Bailey dijo que su granja, cerca de la ciudad de Port Macquarie, quedó "totalmente devastada" y que al menos el 95% de sus cultivos fueron destruidos por las fuertes lluvias.

"No tendremos ingresos en los próximos tres meses", dijo a la AFP. "Estamos en una situación difícil, pero muchos de nuestros vecinos están en una situación mucho peor", añadió.

Los científicos advirtieron que es probable que Australia sea especialmente propensa a los fenómenos meteorológicos extremos debido al calentamiento global.

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