Angela Merkel denunció el lunes las "imágenes vergonzosas" del intento de los manifestantes antimascarillas de entrar el sábado por la fuerza en el edificio del Reichstag, la sede del parlamento alemán.
"Este fin de semana tuvimos un ejemplo de la manera como la libertad de manifestarse puede sufrir abusos", dijo a la prensa el portavoz del gobierno, Steffen Seibert.
"Naturalmente este derecho a manifestarse pacíficamente es un logro precioso, incluso en tiempos de pandemia" de nuevo coronavirus, añadió.
"Sin embargo este derecho fue claramente ultrajado este fin de semana", dijo Seibert, hablando "en nombre del gobierno y de la canciller" Merkel.
Varios centenares de manifestantes forzaron el sábado las barreras para subirse a las escaleras del edificio del Reichstag.
En el último momento las fuerzas de seguridad evitaron que entraran utilizando aerosoles para dispersar a la muchedumbre y detuvieron a varias personas.
Las imágenes crearon indignación en Alemania.
"El resultado son imágenes vergonzosas, inaceptables" del intento de irrupción en el edificio del Reichstag por parte de "antidemócratas" dijo Seibert.
El Reichstag, donde se reúnen los diputados alemanes en sesión plenaria, es un lugar muy simbólico de Alemania.
El edificio y su célebre cúpula fueron incendiados en 1933 por los nazis, un acto que tenía el objetivo de atentar contra la democracia alemana.
Por su parte el presidente de la República Federal, Frank-Walter Steinmeier, dijo que "la violencia de extrema derecha durante la manifestación del sábado en Berlín asustó e indignó con toda la razón a muchas personas".
