Casi desde el anonimato y en un pequeño espacio que sólocomprende de una mesa y una computadora, Meléndez crea cientos dediseños que el mundo puede apreciar desde que ingresa a cualquierade los establecimientos de Starbucks.
Sin embargo, pocos sabrían que este arte proviene de unoriginario de la Ciudad de México que durante varios años estuvosin papeles, como inmigrante y sin hablar inglés en EstadosUnidos.
“Llegué aquí a los 19 años, vine de vacaciones, me enamoréy me quedé; el único problema fue que mi Visa se venció”,cometa a Notimex.
La decisión golpeó a la familia de Víctor, y no era paramenos, pues ya estudiaba la carrera de Ingeniería enTelecomunicaciones en el Instituto Politécnico Nacional (IPN),mientras que en Estados Unidos tenía que comenzar de cero.
Ante la falta del idioma, Víctor buscó trabajos donde notuviera que comunicarse con la gente, por lo que comenzó con laentrega de periódicos, después cambiaba platos en los bufetes,fue cocinero de comida china y trabajó en empresas depaquetería.
“Estuve aquí atrapado en el limbo de indocumentado y conincertidumbre, no podía yo salir del país hasta que me casé”,recuerda.
Además de casarse con una norteamericana en Seattle, estudióla carrera de diseño donde tuvo su primer contacto con la empresaStarbucks, la cual pagaba a estudiantes por proyectos reales.
“Me titulé y me fui, pero regresé unos años después a laempresa gracias a los conceptos que hice cuando estaba comoestudiante y empecé a trabajar de tiempo completo”, refiere eldiseñador.
En vasos, tazas, carteles, paredes, bolsas de café,espectaculares, discos y redes sociales se muestran los trabajos deVíctor Meléndez, quien en la actualidad radica en la ciudad dePortland, Oregon.
“No sé si ‘triunfar' sea la palabra, pero lo que sí sientoes orgullo de que se tome en cuenta mi diseño, mi conocimiento deilustración, de arte, que se aprecie en una compañíatrasnacional que tiene alcance mundial, me siento orgulloso comomexicano”, comenta.
Víctor Meléndez participa en “Mexicanos Extraordinarios”,una iniciativa del Instituto de Mexicanos en el Exterior (IME) y elConsulado de México en Portland, Oregon, que consiste en ofrecertestimonios sobresalientes de mexicanos exitosos fuera delpaís.
“Tengo una hija de siete años, su mamá le habla en inglés,pero yo me comunico con ella en español, creo que el hecho dehablar dos idiomas ayuda inmensamente en la vida, además vamosseguido a México y la llevo a los museos, pirámides, cascadas,para que conozca toda la riqueza natural y cultural del país”,expresó.
