/ domingo 5 de julio de 2020

Cabañuelas

Nomeolvides, la flor del amor desesperado

Nomeolvides (Myosotis sylvatica) género de plantas perteneciente a la familia Boraginaceae, simbólicamente se conoce como la flor del amor desesperado o el amante eterno. Actualmente se conocen más de cincuenta especies, divididas en dos grupos, uno perenne y otro anual, entre mayo y junio, es de gran belleza por lo que es usada en jardines ornamentales.

Nomeolvides es pequeña de gran belleza, endémica de Nueva Zelanda y se ha extendido por todas las regiones templadas de Europa, Asia y América. Esta flor representa la sinceridad y el amor, que al regalarla toma un significado de fidelidad. Su origen y procedencia, encierra grandes misterios y diferentes versiones modificadas a lo largo de la historia.

Cuenta una leyenda alemana que dos enamorados recorrían los orillas del Danubio; en un momento de distracción la joven contempló una bella flor en el agua, y le rogó a su amado que se la llevará. El joven dispuesto a cualquier cosa por el amor de su amada, se lanzó al agua sin pensarlo y recogió la flor. En un momento, el joven que se había precipitado al agua, comenzó a perder el control y se hundió, empujado por el peso de su armadura. Justo antes de morir, este le pudo entregar la flor a su amada gritándole “Vergiss mich nicht” (No me olvides).

Cabe destacar que esta flor también se asocia a una etapa de dolor y guerra en la humanidad. Particularmente se aprecia su imagen en distintos objetos y textos antiguos relacionados con la segunda guerra mundial, donde definen a esta especie como “una luz en la oscuridad, esta planta le da fuerza y optimismo al pueblo, especie símbolo de esperanza y bienestar, capaz de dar aliento a los caídos y desvalidos”.

*Sígueme en Facebook

Heidy Wagner Laclette

Nomeolvides, la flor del amor desesperado

Nomeolvides (Myosotis sylvatica) género de plantas perteneciente a la familia Boraginaceae, simbólicamente se conoce como la flor del amor desesperado o el amante eterno. Actualmente se conocen más de cincuenta especies, divididas en dos grupos, uno perenne y otro anual, entre mayo y junio, es de gran belleza por lo que es usada en jardines ornamentales.

Nomeolvides es pequeña de gran belleza, endémica de Nueva Zelanda y se ha extendido por todas las regiones templadas de Europa, Asia y América. Esta flor representa la sinceridad y el amor, que al regalarla toma un significado de fidelidad. Su origen y procedencia, encierra grandes misterios y diferentes versiones modificadas a lo largo de la historia.

Cuenta una leyenda alemana que dos enamorados recorrían los orillas del Danubio; en un momento de distracción la joven contempló una bella flor en el agua, y le rogó a su amado que se la llevará. El joven dispuesto a cualquier cosa por el amor de su amada, se lanzó al agua sin pensarlo y recogió la flor. En un momento, el joven que se había precipitado al agua, comenzó a perder el control y se hundió, empujado por el peso de su armadura. Justo antes de morir, este le pudo entregar la flor a su amada gritándole “Vergiss mich nicht” (No me olvides).

Cabe destacar que esta flor también se asocia a una etapa de dolor y guerra en la humanidad. Particularmente se aprecia su imagen en distintos objetos y textos antiguos relacionados con la segunda guerra mundial, donde definen a esta especie como “una luz en la oscuridad, esta planta le da fuerza y optimismo al pueblo, especie símbolo de esperanza y bienestar, capaz de dar aliento a los caídos y desvalidos”.

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Heidy Wagner Laclette

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