En estas campañas uno de los principales reclamos ciudadanos es garantizar no sólo la limpieza de los procesos electorales, sino también que se aplique en las calles después del 2 de junio.
Estas elecciones se prevé que generen en el país más de 100 mil toneladas de residuos sólidos impresos, entre ellos y más preocupante ecológicamente hablando: lonas, pendones y espectaculares; productos plásticos de grandes dimensiones que con un buen tratamiento de reciclaje pueden convertirse –por ejemplo -- en bolsas para mandado, macetas, camas, casitas, areneros para mascotas y otros productos para uso doméstico e industrial.
Es importante recordar que el Artículo 209 de la Ley Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, señala que toda propaganda impresa deberá ser reciclable, fabricada con materiales biodegradables que no contengan sustancias tóxicas o nocivas para la salud o el medio ambiente.
Dicha Ley también establece la obligación de todos los partidos políticos y candidatos independientes de presentar un plan de reciclaje de la propaganda utilizada durante su campaña. Esta medida busca reducir el volumen de desechos, facilitar su manejo y contribuir al cuidado del medio ambiente.
Greenpeace alertó que la mayor parte de los materiales de propaganda electoral está hecha de plásticos, los cuales, dependiendo del tipo, pueden tardar decenas y hasta cientos de años en degradarse, contribuyendo a la contaminación que ya sufre México y el mundo.
Es primordial realizar un plan de gestión respaldado por políticas públicas para prevenir el potencial daño ambiental y regular así la generación, uso y gestión de los desechos producidos por medio de estrategias de buenas prácticas antes, durante y después del uso de dicho material, pero que también posea carácter legal que condiciona a los partidos a garantizar el éxito del plan de acción.
- Facebook: Heidy Wagner Laclette