/ viernes 20 de octubre de 2023

Contraluz | Pedro Ramírez Vázquez


La ceremonia formal de colocación de la primera piedra del Centro Sur, ocurrió el 5 de febrero de 1995, cuando el país se encontraba sumergido en grave crisis económica, pero se trataba de un proyecto de planeación urbana irrenunciable de la administración del gobernador Enrique Burgos García quien, entre otras medidas, se había propuesto atender y regular el acelerado crecimiento urbano adaptando dos amplias áreas para un crecimiento ordenado. En dicho empeño se asesoró en la enorme capacidad del reconocido arquitecto Pedro Ramírez Vázquez.

Fue así como nacieron los dos subcentros urbanos denominados Centro Sur y Centro Norte.

En el primero, con extensión de 487 hectáreas, se previó el establecimiento de oficinas públicas, vivienda, comercios, centros financieros, hoteles y restaurantes, desarrollando para tal fin modernas vialidades conectadas a la traza vial en aquella zona en donde en ese entonces se erguían casi solitarios el Estadio Corregidora y la nueva Terminal de Autobuses de Querétaro.

El Centro Norte, con superficie de 222 hectáreas, fue orientado a garantizar el crecimiento de la vivienda de interés social para lo cual hubo de crearse el acueducto desde Chichimequillas en El Marqués, así como complementar infraestructura comercial, deportiva y de recreación, y servicios educativos a nivel medio superior y superior. Al igual que el Centro Sur, este desarrollo se incorporó al resto de la ciudad por medio de importantes avenidas.

Como decíamos, en dicho proyecto, hoy cumplido y boyante, el entonces gobernador Enrique Burgos García incorporó la sapiencia de una de las figuras más eficientes y representativas de la arquitectura mexicana: Pedro Ramírez Vázquez quien, nació y murió un 16 de abril.

Dependiente del Fideicomiso Qronos que en ese entonces encabezaron Jaime López Trincado y a partir de mayo de 1995 Guadalupe Murguía, los subcentros propuestos fueron reconocidos y respaldados por Pedro Ramírez Vázquez experto urbanista y entonces ya con gran trayectoria.

Ramírez Vázquez había nacido el 16 de abril de 1919 y falleció el mismo día, pero de 2013, a los 94 años.

Se forjó como uno de los arquitectos que dieron representatividad e identidad al urbanismo mexicano del siglo XX al edificar diversas obras arquitectónicas tanto en México como en otros países, mismas que siguen siendo icónicas.

Pedro Ramírez Vázquez nació en la Ciudad de México. Estudió arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México. Al egresar de la carrera se dedicó a la docencia, llegando a impartir la materia de diseño y planificación urbana en la Facultad de Arquitectura en 1942.

Durante su larga trayectoria profesional ocupó diversos puestos docentes y dentro del servicio público.

Destacan entre otros muchos haber sido fundador y primer rector de la Universidad Autónoma Metropolitana, así como secretario de Asentamientos Humanos y Obras Públicas de 1976 a 1982 con el presidente José López Portillo.

Su valía como arquitecto fue reconocida por su modernismo y vanguardismo caracterizado por la experimentación, la búsqueda de un lenguaje personal a través de sus propias raíces y el carácter público de su obra.

Supo además, como factor fundamental de su trabajo, ser excelente coordinador de equipos profesionales gracias a lo cual dejó para la posteridad obras como la Facultad de Medicina de la UNAM, en la que colaboró a mediados del siglo XX como parte de la gran mudanza de la magna institución del Centro Histórico al sur de la ciudad de México; el Museo Nacional de Antropología, edificado en 1964, sobre una superficie de 70 mil metros cuadrados ubicada en el corazón del Bosque de Chapultepec.

Hacia 1966 diseñó en colaboración con el arquitecto Rafael Mijares Alcérreca, el Estadio Azteca, construido como parte de la estrategia para obtener la sede de la Copa Mundial de Futbol de 1970. Diez años después, ante el deterioro estructural y la falta de espacio para albergar a miles de peregrinos, erigió la Nueva Basílica De Nuestra Señora De Guadalupe al norte de la ciudad.

En 1987 creó el Museo del Templo Mayor el cual alberga las piezas arqueológicas descubiertas en las excavaciones realizadas el Centro Histórico.

Además, entre las obras internacionales de Pedro Ramírez Vázquez, se encuentra el Museo Olímpico ubicado en Lausana, en Suiza, recinto que en sus tres mil metros cuadrados exhibe obras de arte, artefactos históricos, documentos, videos y todo tipo de objetos relacionados con la justa olímpica, evento deportivo del cual formó parte como presidente del comité organizador de los XIX Juegos Olímpicos de 1968 realizados en la Ciudad de México.

La participación como organizador de los primeros juegos olímpicos realizados en un país latinoamericano, le trajo un nuevo reconocimiento fuera de la arquitectura, al entrar como relevo para llevar un evento de gran magnitud que ya estaba con el tiempo encima, Ramírez Vázquez junto con su gran equipo supo diseñar la imagen gráfica del evento con elementos como la paloma de la paz y el logotipo de México 68 con letras estilizadas de líneas negras continuas, rectas y curvas.

Además respaldó el añadir un programa cultural con eventos realizados de enero a diciembre de ese mismo año olímpico, con eventos de teatro, danza, música, literatura, exposiciones museográficas, cine, tablas rítmicas y diversos actos de índole artístico y científico, con la participación de 89 países. El programa dio inicio con un acto inaugural en el Palacio de Bellas Artes el 19 de enero de 1968, fecha que quedó marcada como el inicio de la llamada “La Olimpiada Cultural”.

Hoy los subcentros Sur y Norte de Querétaro son expresión de una adecuada planeación urbana que en ese tiempo sumó la modernización de vialidades mediante modernos distribuidores viales –Cuesta China y Bernardo Quintana, los más importantes- que incluyeron la erección de 26 puentes.

En esa tarea de acompasar el crecimiento con el desarrollo urbano mucho tuvo que ver la disposición del maestro Ramírez Vázquez para asesorar, sugerir y acompañar, así como la labor del entonces secretario de Obras Públicas, Gerardo Vega González quien supo asumir los afanes del gobernador Enrique Burgos García en materia de planeación urbana ante el acelerado crecimiento.

A la vista de ese paisaje robusto y no tan lejano quizá valdría la pena poner el acento en el rescate de la Alameda Norte, que abandonada, no cumple la función de esparcimiento comunitario para la que fue creada.



La ceremonia formal de colocación de la primera piedra del Centro Sur, ocurrió el 5 de febrero de 1995, cuando el país se encontraba sumergido en grave crisis económica, pero se trataba de un proyecto de planeación urbana irrenunciable de la administración del gobernador Enrique Burgos García quien, entre otras medidas, se había propuesto atender y regular el acelerado crecimiento urbano adaptando dos amplias áreas para un crecimiento ordenado. En dicho empeño se asesoró en la enorme capacidad del reconocido arquitecto Pedro Ramírez Vázquez.

Fue así como nacieron los dos subcentros urbanos denominados Centro Sur y Centro Norte.

En el primero, con extensión de 487 hectáreas, se previó el establecimiento de oficinas públicas, vivienda, comercios, centros financieros, hoteles y restaurantes, desarrollando para tal fin modernas vialidades conectadas a la traza vial en aquella zona en donde en ese entonces se erguían casi solitarios el Estadio Corregidora y la nueva Terminal de Autobuses de Querétaro.

El Centro Norte, con superficie de 222 hectáreas, fue orientado a garantizar el crecimiento de la vivienda de interés social para lo cual hubo de crearse el acueducto desde Chichimequillas en El Marqués, así como complementar infraestructura comercial, deportiva y de recreación, y servicios educativos a nivel medio superior y superior. Al igual que el Centro Sur, este desarrollo se incorporó al resto de la ciudad por medio de importantes avenidas.

Como decíamos, en dicho proyecto, hoy cumplido y boyante, el entonces gobernador Enrique Burgos García incorporó la sapiencia de una de las figuras más eficientes y representativas de la arquitectura mexicana: Pedro Ramírez Vázquez quien, nació y murió un 16 de abril.

Dependiente del Fideicomiso Qronos que en ese entonces encabezaron Jaime López Trincado y a partir de mayo de 1995 Guadalupe Murguía, los subcentros propuestos fueron reconocidos y respaldados por Pedro Ramírez Vázquez experto urbanista y entonces ya con gran trayectoria.

Ramírez Vázquez había nacido el 16 de abril de 1919 y falleció el mismo día, pero de 2013, a los 94 años.

Se forjó como uno de los arquitectos que dieron representatividad e identidad al urbanismo mexicano del siglo XX al edificar diversas obras arquitectónicas tanto en México como en otros países, mismas que siguen siendo icónicas.

Pedro Ramírez Vázquez nació en la Ciudad de México. Estudió arquitectura en la Universidad Nacional Autónoma de México. Al egresar de la carrera se dedicó a la docencia, llegando a impartir la materia de diseño y planificación urbana en la Facultad de Arquitectura en 1942.

Durante su larga trayectoria profesional ocupó diversos puestos docentes y dentro del servicio público.

Destacan entre otros muchos haber sido fundador y primer rector de la Universidad Autónoma Metropolitana, así como secretario de Asentamientos Humanos y Obras Públicas de 1976 a 1982 con el presidente José López Portillo.

Su valía como arquitecto fue reconocida por su modernismo y vanguardismo caracterizado por la experimentación, la búsqueda de un lenguaje personal a través de sus propias raíces y el carácter público de su obra.

Supo además, como factor fundamental de su trabajo, ser excelente coordinador de equipos profesionales gracias a lo cual dejó para la posteridad obras como la Facultad de Medicina de la UNAM, en la que colaboró a mediados del siglo XX como parte de la gran mudanza de la magna institución del Centro Histórico al sur de la ciudad de México; el Museo Nacional de Antropología, edificado en 1964, sobre una superficie de 70 mil metros cuadrados ubicada en el corazón del Bosque de Chapultepec.

Hacia 1966 diseñó en colaboración con el arquitecto Rafael Mijares Alcérreca, el Estadio Azteca, construido como parte de la estrategia para obtener la sede de la Copa Mundial de Futbol de 1970. Diez años después, ante el deterioro estructural y la falta de espacio para albergar a miles de peregrinos, erigió la Nueva Basílica De Nuestra Señora De Guadalupe al norte de la ciudad.

En 1987 creó el Museo del Templo Mayor el cual alberga las piezas arqueológicas descubiertas en las excavaciones realizadas el Centro Histórico.

Además, entre las obras internacionales de Pedro Ramírez Vázquez, se encuentra el Museo Olímpico ubicado en Lausana, en Suiza, recinto que en sus tres mil metros cuadrados exhibe obras de arte, artefactos históricos, documentos, videos y todo tipo de objetos relacionados con la justa olímpica, evento deportivo del cual formó parte como presidente del comité organizador de los XIX Juegos Olímpicos de 1968 realizados en la Ciudad de México.

La participación como organizador de los primeros juegos olímpicos realizados en un país latinoamericano, le trajo un nuevo reconocimiento fuera de la arquitectura, al entrar como relevo para llevar un evento de gran magnitud que ya estaba con el tiempo encima, Ramírez Vázquez junto con su gran equipo supo diseñar la imagen gráfica del evento con elementos como la paloma de la paz y el logotipo de México 68 con letras estilizadas de líneas negras continuas, rectas y curvas.

Además respaldó el añadir un programa cultural con eventos realizados de enero a diciembre de ese mismo año olímpico, con eventos de teatro, danza, música, literatura, exposiciones museográficas, cine, tablas rítmicas y diversos actos de índole artístico y científico, con la participación de 89 países. El programa dio inicio con un acto inaugural en el Palacio de Bellas Artes el 19 de enero de 1968, fecha que quedó marcada como el inicio de la llamada “La Olimpiada Cultural”.

Hoy los subcentros Sur y Norte de Querétaro son expresión de una adecuada planeación urbana que en ese tiempo sumó la modernización de vialidades mediante modernos distribuidores viales –Cuesta China y Bernardo Quintana, los más importantes- que incluyeron la erección de 26 puentes.

En esa tarea de acompasar el crecimiento con el desarrollo urbano mucho tuvo que ver la disposición del maestro Ramírez Vázquez para asesorar, sugerir y acompañar, así como la labor del entonces secretario de Obras Públicas, Gerardo Vega González quien supo asumir los afanes del gobernador Enrique Burgos García en materia de planeación urbana ante el acelerado crecimiento.

A la vista de ese paisaje robusto y no tan lejano quizá valdría la pena poner el acento en el rescate de la Alameda Norte, que abandonada, no cumple la función de esparcimiento comunitario para la que fue creada.