/ miércoles 15 de mayo de 2024

La pista | Desafíos post electorales


Nos encontramos a tan sólo, o mejor dicho ¡por fin!, a 16 días de la jornada electoral. Después de unas largas campañas federales, que como sabemos se han extendido más de lo que la norma electoral del INE permite.

Son, como se menciona cada 6 años, las elecciones más importantes en la historia de la democracia de nuestro país. El número potencial de mexicanos votantes para este proceso electoral es de casi 98 millones, casi 10 millones más que en la elección del 2018.

Llegamos al colofón electoral, pero ya hay que ir viendo escenarios post electorales, además del habitual, conocer quién será la próxima presidenta de México, la composición de las cámaras será realmente el gran equilibrio para que la democracia en nuestro país no se vaya por la borda. Y aunado a eso se debería trabajar por el INE en regular a las encuestadoras, que también el 2 de junio tendrán su propio examen.

El gran reto post electoral para quien resulte ganadora es entender que México requiere de la unidad nacional para hacer frente a los grandes desafíos que nos tocarán vivir, como serán las grandes deficientes políticas en nombramientos en el Senado que están pendientes o en el del nombramiento del próximo ministro de la SCJN en noviembre.

Para hacer frente a los momentos de grandes definiciones políticas requerimos de una gran madurez política, donde se entienda que los consensos puedan llevar a que tengamos un mejor país.

Porque en este ámbito post electoral no podemos permitir que artificialmente se genere un ambiente de polarización y de encono, por el contrario, este proceso electoral lo que nos pide es valorar eso que nos une, eso que podemos construir juntos como sociedad y de cara al próximo futuro, asegurar que no perdamos ese sentido de unidad y hacer frente a esos discursos que nada abonan a la unidad que requiere nuestro país.

La ciudadanía sigue con el anhelo que el panorama de una economía familiar les pueda ser favorable, que México logre establecer un sistema de salud digno, un país con paz social, donde el crimen organizado no sea el que impere y sobre todo tener los trabajos que correspondan a las profesiones que cada uno de los jóvenes ha decidido estudiar para mejorar no solo su grado académico sino su calidad de vida.

Llevamos años donde las promesas del cambio no se han completado, principalmente porque la visión política del gobierno no ha tenido la capacidad técnica para solo mejorar lo que se necesita y continuar con lo que funciona correctamente.

López Obrador emprendió un camino que significó derrumbar lo construido, por considerar que todo estaba contaminado de corrupción, para crear sus nuevas estructuras, las cuales lamentablemente también están contaminadas.


Nos encontramos a tan sólo, o mejor dicho ¡por fin!, a 16 días de la jornada electoral. Después de unas largas campañas federales, que como sabemos se han extendido más de lo que la norma electoral del INE permite.

Son, como se menciona cada 6 años, las elecciones más importantes en la historia de la democracia de nuestro país. El número potencial de mexicanos votantes para este proceso electoral es de casi 98 millones, casi 10 millones más que en la elección del 2018.

Llegamos al colofón electoral, pero ya hay que ir viendo escenarios post electorales, además del habitual, conocer quién será la próxima presidenta de México, la composición de las cámaras será realmente el gran equilibrio para que la democracia en nuestro país no se vaya por la borda. Y aunado a eso se debería trabajar por el INE en regular a las encuestadoras, que también el 2 de junio tendrán su propio examen.

El gran reto post electoral para quien resulte ganadora es entender que México requiere de la unidad nacional para hacer frente a los grandes desafíos que nos tocarán vivir, como serán las grandes deficientes políticas en nombramientos en el Senado que están pendientes o en el del nombramiento del próximo ministro de la SCJN en noviembre.

Para hacer frente a los momentos de grandes definiciones políticas requerimos de una gran madurez política, donde se entienda que los consensos puedan llevar a que tengamos un mejor país.

Porque en este ámbito post electoral no podemos permitir que artificialmente se genere un ambiente de polarización y de encono, por el contrario, este proceso electoral lo que nos pide es valorar eso que nos une, eso que podemos construir juntos como sociedad y de cara al próximo futuro, asegurar que no perdamos ese sentido de unidad y hacer frente a esos discursos que nada abonan a la unidad que requiere nuestro país.

La ciudadanía sigue con el anhelo que el panorama de una economía familiar les pueda ser favorable, que México logre establecer un sistema de salud digno, un país con paz social, donde el crimen organizado no sea el que impere y sobre todo tener los trabajos que correspondan a las profesiones que cada uno de los jóvenes ha decidido estudiar para mejorar no solo su grado académico sino su calidad de vida.

Llevamos años donde las promesas del cambio no se han completado, principalmente porque la visión política del gobierno no ha tenido la capacidad técnica para solo mejorar lo que se necesita y continuar con lo que funciona correctamente.

López Obrador emprendió un camino que significó derrumbar lo construido, por considerar que todo estaba contaminado de corrupción, para crear sus nuevas estructuras, las cuales lamentablemente también están contaminadas.