Nadie está preparado para que una madre se vaya, no importa las circunstancias, simplemente nunca es el momento. Ese ser que se quiere tener al lado para siempre.
En este día de las madres el recuerdo se hace más presente que nunca, se quiere abrazar el cuerpo de quien nos dio la vida y a cambio de eso veneramos su memoria y brindamos por los momentos de dicha que dieron a cada uno de sus hijos y a quienes las amaron en vida.
“Madre mía, una flor sobre su tumba se marchita, una lágrima sobre tu recuerdo se evapora
Una oración por tu alma, la recibe Dios. Que brille para ti la luz perpetua, que descanses en paz.
Amén. “