Emotivo y lleno de recuerdos resultó el homenaje póstumo que organizó la comunidad jurídica junto con su familia, al Maestro Jorge García Ramírez quien falleciera en el mes de abril de este año y dejara su semilla plantada en la vida de los queretanos. A seis meses de su partida se develó la placa alusiva de un salón a su nombre en la facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Querétaro, y más tarde en el Aula Forense se desarrolló el evento de agradecimiento por su existencia.
Ricardo Ugalde, director de la Facultad de Derecho agradeció la presencia de todos los invitados, servidores públicos, rectora, ex rectores, maestros, alumnos, familia, comunidad jurídica y amigos, con quienes compartió el recuerdo que tiene cuando García Ramírez hace unos meses se acercó para despedirse como maestro por 58 años en la Universidad; y con ese especial sentimiento, con un gran abrazo y apretón de manos, la facultad se quedó con la huella que el maestro dejó al paso de la aulas.
Posteriormente el cronista, Andrés Garrido del Toral, hizo una semblanza de la vida del Jorge García, a quien entrevistó y remarcó su gran amor por Querétaro, conociendo que nació en Hércules e hizo un recuento de su vida alegre, libre y apasionado.
Más tarde tocó el turno al Maestro Francisco Guerra Malo, quien como amigo y colega hizo mención de varios acontecimientos que vivieron juntos, y en lo personal los logros que alcanzó Jorge García.
Juan Ricardo Jiménez, maestro de la facultad, también recordó anécdotas en la escuela, su pasión, su entrega y su gran profesionalismo, el cual dijo, entregó todos los días de su vida al presentarse frente a los estudiantes que lo admiraban y respetaban.
Momento también especial, fue cuando tocó el turno a su hijo, Jorge García Quiroz, quien mostró el perfil de un hombre humano, cariñoso, estricto, amoroso, comunicativo. Estuvo casado con María del Socorro Quiroz y procreó a sus hijos: Jorge, Coco, Alejandrina, Alma Rosa y Paulina, quienes tienen el recuerdo más amoroso, dijeron, de un padre que supo escucharlos, guiarlos y hacerlos hombres y mujeres de bien, un ejemplo de padre y abuelo.
El evento transcurrió entre semblanzas, música, audios, proyecciones y muchos recuerdos, dignos de no olvidar y mantenerlos siempre presentes; entre lágrimas de tristeza, de alegría por haber sido parte importante en la vida de muchos; así se queda Jorge García Ramírez, a quien también tuve el gusto de admirar, respetar y conocer.