Volver a la normalidad, es algo que oigo todos los días, y pienso ¿qué no habremos aprendido nada? Ojalá no volvamos a la normalidad llenando nuestras carencias con cosas, afligidos, por tener más y más cosas, cada vez más lejos de nosotros mismos, cada vez menos humanos.
Viviendo ese estrés constante, más trabajo, más ejercicio, más dinero, más compras, más sexo, seres de hule, vacíos por dentro, el valor puesto hacia cosas, cosificando a las personas.
Es increíble que los asesinatos, no nos espanten, son tantos a diario que no nos detenemos a pensar en la magnitud, de lo que es. Cárceles llenas de inocentes y nadie hacemos nada.
Hemos llegado al punto más alto de narcisismo. Solo vemos por nosotros y los nuestros.
¿Cuándo nos perdimos? ¿Cuándo dejó de ser valiosa la dignidad?, personas que se venden por dinero, por drogas, por alcohol, por pertenecer a una sociedad más que podrida.
Una sociedad cómoda, mujeres que se quedan en matrimonios que no quieren estar, por que moverse de lugar cuesta. La infidelidad es cosa de todos los días.
Ya no existe la palabra de honor. Personas que venden su forma de pensar, por pertenecer a grupos, que no van con ellos.
Nos hemos perdido por un estatus que vale nada, que es vacío, que cosifica a las personas, gastando energía y dinero para ser igual a los demás. Y ¿Qué quedó de la humanidad?.
Se vive un vacío existencial, no sabemos quienes somos, se nos olvidó el contacto con la naturaleza, la bondad, la humildad, el saber pensar por nosotros mismos. La televisión, el internet las redes sociales, nos han dominado.
Creo que debemos en esta pandemia encontrar el camino de regreso, sorprendernos con buenas obras, por pensar en los demás, solidaridad es la acción que no queremos entender.
No solo es salvarnos a nosotros sino ayudar a salvarnos todos de esta sociedad donde manda el sexo, el poder y el dinero. No creo que esto sea la finalidad de estar vivo.
Estamos para trascender como seres amorosos, luminosos, con capacidad de asombro, vivir simples, nada es nuestro y nada nos vamos a llevar.
Es tonto vivir una vida para tener más y más cosas, que no nos llevaremos. Realmente es tiempo de cuestionarnos, ¿qué estoy dejando en este mundo?
Es momento de reinventarnos, de elegir la vida que quiero vivir, dejar a la manada, crecer por dentro en virtudes. Ser yo mismo, se vale no encajar, me gusta la gente, que es diferente, que defiende su verdadero ser, aunque no sea tan aceptado, la gente que es fiel a ellos mismos, que nada los mueve de ser quienes son realmente, no se dejan influenciar.
Es preocupante en los adolescentes, el estrés que les causa, no pertenecer, es trabajo de los padres apoyarlos para ser ellos mismos, y aceptarlos como son. Es muy decepcionante ver y oír, que queramos regresar a esa normalidad vacía de valores. Recapacitemos, y volvamos a lo humano y lo divino que es nuestra esencia.
Se ha perdido el respeto a la familia, a hacer el amor, a la creatividad, a la naturaleza. Tiempo de pandemia, tiempo de volver a ti.
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